El
crecimiento de la Juventus ha estado marcado por un Dybala excelso y un gran
rendimiento colectivo. Aunque los cuatro atacantes han constituido una parte
vital.
Múltiples factores han
colaborado con la evolución de la Juventus en los dos últimos meses. La
acumulación de once victorias consecutivas en Serie A y la clasificación a
semifinales de Coppa Italia llegaron tras un comienzo gélido del equipo. El
inicio de temporada lo vio reacomodar piezas, con la meta de ensamblar las
partes tras la salida de tres hombres referentes del plantel finalista de
Europa. La adaptación de aquellos jugadores que se incorporaron en el mercado
coincidió con un bajón de los que ya estaban.
De todos modos, si ha dado
muestras el conjunto bianconero en el
último tiempo es de su extrema capacidad competitiva. Un equipo inconformista,
que dejó atrás los malos días del inicio de temporada para alcanzar una racha
considerable y ubicarse en los puestos de vanguardia. La inclusión de Claudio
Marchisio en el equipo (no había jugado por lesión en los albores de la
campaña, y con él en cancha el equipo no perdió), la inclusión de un interior
de ruptura como Sami Khedira, la solidez defensiva o los movimientos siempre en
bloque del colectivo colaboraron para entender el presente. Pero, sin ninguna
duda, las piedras basales del conjunto que dirige Massimiliano Allegri son sus
delanteros.
Los cuatro nombres que ha ido
alternando el entrenador con el desarrollo de las competencias han respondido
notoriamente, con Paulo Dybala como estandarte del equipo. Es que el ex
atacante del Palermo no detiene su marcha y continúa sumando recursos a su
repertorio. A lo que ya hacía en territorio siciliano, añadió elementos que
poco a poco lo han hecho casi imprescindible. En paralelo, Mario Mandzukic,
Simone Zaza y Alvaro Morata son capaces de presionar en todo momento en tres
cuartos de campo, además de sus funciones en ataque organizado.
En un equipo que ha enfrentado
numerosos rivales que se repliegan y entregan la iniciativa, Dybala mantuvo un
nivel extraordinario que va en aumento. La movilidad del cordobés es siempre
productiva, y no solo se mueve por el frente de ataque. En ocasiones, aparece
en campo propio para ser un apoyo más de salida y llevar el balón a terreno
contrario. Sin ser un delantero que fije defensores, cae a banda en incontables
ocasiones para asociarse y crear espacios a los centrocampistas, un hecho de relevancia si
se toma en consideración el propósito de los volantes internos del conjunto
turinés. Incluso, genera constantemente superioridades al llegar a zona de
balón, recibe entre líneas (su primer tiempo ante Roma fue soberbio) y es un efectivo que no se cansa de asfixiar la salida de balón
adversaria. Por si fuera poco, junto a su calidad técnica con el pie zurdo, la precisión de sus definiciones y la
potencia de sus conducciones, hay que contar el recurso de la pegada en tiros libres.
Allegri, en entrevista al diario El País de España, el 06/12/15: <<Dybala tiene una gran capacidad de aprendizaje, es una esponja, basta con mirarlo a los ojos, tiene mirada de killer, ves que quiere conseguir su objetivo. El líder del vestuario es Buffon, aunque en un equipo también existe el líder técnico y ese dentro de poco puede ser Dybala>>
Durante el juego ante Udinese,
en el Stadio Friuli, pudieron observarse las virtudes asociativas de Dybala y
Mandzukic, un delantero que destaca más por ser un rematador que por combinar
con el equipo. Sin embargo, tanto el argentino como el croata salieron
frecuentemente del área y permitieron el origen de vacíos aprovechados por los
mediocampistas y carrileros. Las alturas de los desplazamientos de ambos puntas
fue distinta, pues el ex Instituto llegaba por momentos a la línea meridional,
y el balcánico apoyaba a un toque en tres cuartos.
Khedira ataca el espacio originado por Dybala y Mandzukic |
Quien fuera delantero del
Atlético Madrid, hasta el final de la temporada anterior, ha convertido goles
por sus aptitudes de saber ubicarse en el área e imponerse. Sin lugar en el
Vicente Calderón (no es un delantero acostumbrado a correr), hoy es uno de los
primeros jugadores juventinos que presiona. Algo similar exhibió Zaza en el
juego ante Lazio por Coppa, aprovechando las pocas oportunidades de las que
dispone. El sacrificio del ex Sassuolo fue encomiable, recuperó balones en varios sectores del campo. Y en inferioridad numérica, fue capaz de sacar lo que se
le antojase para crear situaciones de peligro.
Esta Juventus se adapta a
tomar la iniciativa y enfrentar a un rival que cierra espacios como así también
puede ceder el balón, bascular usualmente bien hacia las bandas y ocupar su
campo. No fueron pocas las veces que tomó el segundo camino posteriormente a
encontrar una ventaja (ante Sampdoria, por ejemplo). Más allá de la búsqueda,
el equipo siempre se mueve junto, no existen casi espacios entre líneas. Precisamente,
ante Lazio el patrón fue otorgar el balón y que Morata y Zaza sacasen agua de
las piedras. Ambos delanteros dejaron varios desmarques y pivotearon con
acierto muchas veces, pero también giraron y condujeron en inferioridad hacia
el arco de Etrit Berisha. Además, las recepciones a espaldas de los volantes rivales es otro signo diferencial del ex Real Madrid.
La seguridad de Gianluigi Buffon, la
solidez de Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, la presencia y el talento de Paul Pogba, la
inteligencia de Marchisio y cuatro delanteros de una categoría remarcada.
Dybala solo tiene por encima a un Gonzalo Higuaín extraordinario para ser el
mejor jugador del Calcio. Sea quien sea su acompañante, destaca y posibilita
las mejores acciones del conjunto. Los otros atacantes tienen una capacidad técnica y de
lucha notable. Juventus ha mutado los pobres rendimientos del comienzo por un
convencimiento colectivo que se traduce en resultados. Y el póker de delanteros
ha tenido mucha injerencia.
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