Desde México, nuestro corresponsal nos trae la primera entrega de lo que será el diario del un hincha que pelea el descenso. El Atlas se apronta a disputar un semestre al borde del abismo. Crónicas con pasión, miedo y preocupación.
Evocar momentos de grandeza es materia obligada en alguien
que se jacte autodenominarse un buen hincha. Esta historia empieza aquí,
conmigo, evocando los momentos en los que el Atlas me hizo feliz. No fueron
muchos evidentemente, porque si uno revisa la historia de los rojinegros, se va
a encontrar con la de un equipo que merodea con la gloria pero que le es ajena.
Un título liguero en las vitrinas no es gran cosa, y menos si tú no lo viviste,
menos si fue en el lejanísimo 1951.
Si bien mis rojinegros no han sido todo esplendor, sí nos
han dado satisfacciones: un juego lindo, pelota a ras de suelo, mucha movilidad
y juventud han sido su bandera por muchos años. El subcampeonato de liga en el
verano de 1999 y una semifinal por Copa Libertadores en 2005 son los
antecedentes del pasado más o menos reciente que hicieron que el hincha
dibujara una sonrisa en el rostro.
De ahí en más no hay mucho que contar, que somos la Academia
por el fútbol que se practica, que se practicaba…
Para el amor, no hay edad |
A qué viene entonces ese sufrir, todos sufrimos con nuestros
respectivos equipos, todos sentimos la emoción de ver saltar a la cancha a once
que van a dar la vida, las piernas por los colores, por el escudo.
Hipotéticamente hablando claro está, pues a veces les pedimos que den más de
tres toques bien, que no erren las infinitamente fáciles. Todos sufrimos con
nuestro club. Pero…
¿Qué pasa cuando ese club se desangra? ¿Qué sucede cuando se
pierde la identidad? ¿Qué sientes cuando observas que tu equipo muere de a
poco? Es un hecho que entonces tu club sufre, por las malas decisiones, por el
manoseo de los directivos, por el constante desfile de técnicos, sufre por no
poder levantar cabeza. Es ahí en las malas cuando debes estar, no des la
espalda a los colores que una vez te emocionaron y te llenaron de alegría,
sufre, sufre con tu club, y sopórtalo todo, putea a los directivos, a los
jugadores si es preciso, pero no te vayas, no dejes de alentar, porque si lo
haces, cuando el presente sea luminoso no tendrás derecho a decir: YO SOY DEL ATLAS.
"Conejito" Brizuela, esperanza |
Lo que siento yo, no me es exclusivo, lo que sufro yo, lo
sufrimos miles. En este año el Atlas se juega la vida, arranca último en los
promedios y delante tiene, pese a todo lo que se ha hecho mal, la invaluable posibilidad
de redimirse en 17 partidos, esos que al final dirán si seguimos perteneciendo
al máximo circuito o si tenemos que pagar nuestra condena a la mediocridad y el
fracaso en la complicadísima liga de ascenso, esa a la que todos temen y de la
que pocos vuelven.
Somos los del atlas les quedo chingon la neta amo a esoscolores tan hermosos mil veces arriba el atlas awante la akade dale atlas dale karajo
ResponderEliminarSólo me queda una duda: ¿Atlas en semifinales de Libertadores? ¿Cuándo? los rojinegros jugaron 2 Copas, en el 2000 y en el 2008, y en ambas llegaron a cuartos de final.
ResponderEliminarCierto, muy cierto... mi memoria me jugó una mala pasada, gracias por el aporte de la corrección
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