River
regresa a tierras japonesas, donde obtuvo la Intercontinental de 1986. En el
medio, se encuentra en pleno proceso de renovación de juego y con el objetivo
de volver a las bases.
Allá a lo lejos se observan
las finales ante el Steaua Bucarest y Juventus, con espacio de separación de 10
años. El gol de Antonio Alzamendi, una victoria y una derrota. Tras 19 años,
River vuelve a tierras niponas para protagonizar un certamen global. Será la
primera vez en que participe del Mundial de Clubes, tras haber sido partícipe
de dos finales de Intercontinental. En el medio, la ilusión de un equipo cuyo
nivel ha ido decreciendo, pero que ha aparecido con rotundidad en grandes
citas.
En 1996, la anotación de Alessandro
Del Piero hizo que los italianos se consagrasen, en medio de denuncias por
doping que tiempo más acá se corroboraron. En el plantel de aquel momento,
Marcelo Gallardo daba sus incipientes pasos, siendo hoy el líder del conjunto,
al que ha sabido devolverle identidad y con el que ha transitado más de una
renovación. El Muñeco ha matizado el
estilo en vistas de posibles soluciones en el año y medio que lleva en el club.
Actualmente, llega a tierras asiáticas en busca de nuevas variantes que le permitan
seguir asentando su paradigma.
Fue en el mes de marzo cuando,
en la encrucijada de levantar el nivel y clasificar en fase de grupos de Copa
Libertadores, el entrenador pudo reencontrarse con una dinámica positiva. Aquel
equipo de sus primeros meses, de presión y ataque voraz, directo y con mucha
capacidad asociativa, tuvo su correspondencia en el pragmatismo. Gallardo es un
entrenador inmensamente capaz de adaptarse al contexto que tiene en frente. Sin
una regularidad en los albores del año, el equipo exhibió un entendimiento
colectivo notable, y golpeó con mano de hierro en duelos de eliminación
directa.
Las decisiones del director
técnico sirven para destacar su trabajo. En la última serie disputada ante
Boca, la colocación de Leonardo Ponzio como falso enganche fue la piedra basal
sobre la que edificó el triunfo. Tres tiempos se jugaron y el episodio del
entretiempo obligó a suspender las acciones, pero River había sido superior y
se había impuesto con mucha intensidad. El aguerrido centrocampista, situado
metros por delante de Matías Kranevitter, obstaculizó a Fernando Gago e
imposibilitó que el rival sacase limpio el balón.
De cualquier manera, la salida
de Ariel Rojas en el intervalo de Copa América significó una baja más que
importante en el equipo. Por la izquierda, el Chino era sin dudas una pieza clave del ajedrez. Apoyaba
constantemente la circulación de balón y era siempre preciso en la entrega,
además de ayudar constantemente a Kranevitter o Vangioni. La simbiosis alcanzada
con el lateral había sido un factor elemental. La ida del volante zurdo al Cruz
Azul y las lesiones del marcador de punta hicieron que River deba regenerar su
sector izquierdo.
Sin un futbolista de similares
características, Gallardo se vio obligado a cambiar, y aún se encuentra en la
búsqueda de alguien fijo para el puesto. Parece ser Luis González el mejor
reemplazante pero, más allá de su pulcritud y finura con el balón, no tiene el
mismo trabajo sin él. Con el doble pivote y Carlos Sánchez por derecha, Gonzalo
Martínez y Nicolás Bertolo se sucedieron en el flanco izquierdo. Aunque el ex
Huracán ha ido de menor a mayor, decidiendo mal en metros decisivos, y el ex
Banfield está alejado del nivel mostrado en el Florencio Sola.
Para colmo, Milton Casco no ha
sido una variante segura para el lateral de ese costado. Alejado de su punto
álgido, aquel que alcanzó con Gerardo Martino como conductor de Newell’s, tuvo
continuidad y hasta llegó a jugar por derecha en la serie de semifinales de
Copa Sudamericana. Es uno de los jugadores que, en caso de recuperar su nivel,
sería necesario en el plantel. No obstante, llegó en medio de la competencia y
su entendimiento con la zaga todavía no alcanzó a ser óptimo. Y en este ámbito,
la baja de Ramiro Funes Mori hizo disminuir el nivel de la línea defensiva.
River pasó de tener la mejor
defensa del continente a tener que buscar una salida. El central izquierdo del
equipo era vital por su capacidad de anticipo y salida de balón; se imponía por
su físico y asumía riesgos una y otra vez. Eder Álvarez Balanta, alejado de ese
jugador que irrumpió con fuerza en el fútbol argentino, es hoy en día uno de
los futbolistas a recuperar por el cuerpo técnico. Jonathan Maidana continuó
siendo decisivo, como así también Gabriel Mercado, quien llegó a ocupar
posiciones centrales de la defensa, pero la línea de cuatro ya no tenía dos
referentes. Es de esperar que, de cara al certamen de Japón, Vangioni retorne a
su ubicación usual.
Por otro lado, en la baja
progresiva de nivel hay que contar un factor que no es para nada menor. River
desarrolló una pretemporada, a mitad de año, totalmente enfocada en los
partidos ante Guaraní y lo que ello podría depararle. La apuesta acabó
saliéndole de manera perfecta, pero luego se evidenció que los restos físicos
no fueron los mismos con el transcurrir de la competencia.
Ante ese contexto, el
entrenador señaló en una entrevista con Canchallena: “Existe ese relax
inconsciente que genera un confort después de haber ganado cosas importantes.
Lo bueno es saber detectarlo y que los jugadores se den cuenta, porque después
cuesta mucho encontrarse otra vez”. Previamente a la vuelta de la serie contra
Huracán en el mes de noviembre, el equipo realizó trabajos intensos con el fin
de recuperar aquella voracidad y el Mundial en el horizonte.
En tanto, sin obligaciones en
el campeonato doméstico, Gallardo se decidió por diferentes probaturas, más que
nada en zona ofensiva. En muchos encuentros, alineó cuatro mediapuntas por
delante de Kranevitter y detrás de un único delantero. Sin Lucas Alario por su
lesión en el hombro durante poco más de un mes, Rodrigo Mora y Javier Saviola
alternaron las funciones de referencia. Sin embargo, el sistema se caracterizó
por la gran movilidad de los componentes en terreno contrario, rotando y
saliendo de sus posiciones. De todos modos, hubo pocas ayudas al
mediocentro (el partido ante Independiente como muestra) y bajones
individuales.
Es probable que, para jugar la
semifinal, el entrenador retorne al once más habitual de los que presentó. El objetivo volver a las bases. En Japón, ubicó a Lucho González en la primera práctica, aunque luego se decidió por Leonardo Pisculichi. River extraña la zurda prodigiosa del ex Argentinos Juniors, que ha aparecido a cuentagotas luego de un primer semestre excelso en Núñez.
Posible XI |
Cómo
llega
Campeón de la Copa Libertadores tras 19 años, River tuvo resultados mayormente negativos una vez
retornó de tierras niponas tras jugar la Suruga Bank. La inexistencia de
inmediateces en el torneo argentino hizo que el equipo pudiese probar
diferentes variantes y no se perfilara un once fijo. Así, concedió algunas
ventajas que brindan una estadística negativa: a posteriori de la final ante el
Gamba Osaka, el conjunto jugó 18 encuentros, con cinco victorias, nueve
derrotas y cuatro empates, contabilizando liga y Sudamericana. En el mes de
octubre, venció a Boca en un clásico en Córdoba.
Con Marcelo Gallardo, el
equipo ha tenido concepciones holísticas y colectivas notables. Disputó 15
series de eliminación directa hasta el momento, habiendo caído solamente ante
Huracán, tanto en Copa como en la Supercopa argentina. Arriba a territorio
asiático sin el mejor rendimiento y en proceso de renovación, pero ya ha dado
muestras de que es capaz de aparecer en momentos importantes.
En
el Mundial
Jugará semifinales el 16/12 ante Sanfrecce Hiroshima, el conjunto que clasificó al certamen por ser campeón de Japón. En las fases previas, el local eliminó al Auckland City de Nueva Zelanda (2-0) y TP Mazembe de Congo (3-0), y ha mostrado ser un rival serio y con concepto. Destacó en ambas participaciones por sus movimientos en bloque, optando mayormente por ceder la inicativa, ocupar espacios y lanzarse con velocidad y mucha pulcritud con el balón.
20/12 – Final o partido por el
tercer puesto > Ciudad de Yokohama. Rival a confirmar entre Guangzhou Evergrande (China) y Barcelona (España).
Historia
en el certamen
Hasta aquí, River nunca había participado en un Mundial de Clubes y es el único debutante de las siete escuadras. En 1986 y 1996, disputó la Copa Intercontinental, con
victoria por 1-0 ante Steaua Bucarest de Rumania y derrota por el mismo
resultado ante Juventus de Italia.
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