El Swansea City comenzó la temporada de la mejor manera y con un gran nivel. Sus argumentos hacen que los hinchas se ilusionen con clasificar a copas internacionales. Todo depende de la regularidad.
Con la victoria del
sábado último ante Newcastle United, el conjunto galés certificó la buena
imagen colectiva entregada en Stamford Bridge y asoma como un rival de cuidado
para cualquier equipo, postulándose como contendiente a un lugar en Europa
League.
Swansea City inició la temporada de Premier League a buen
nivel, y ha cosechado cuatro puntos ante rivales para nada menospreciables. Una
igualdad a dos goles ante Chelsea en calidad de visitante y un auspicioso
triunfo en Liberty Stadium ante el Newcastle de Steve McClaren, dibujan una
sonrisa en el rostro de los ‘Swans’.
Sin embargo, no son únicamente los resultados los que hacen
soñar a esta industrial Ciudad de extremo sur de Gales. El rendimiento
colectivo del equipo y algunos puntos altos en lo individual, logran
entusiasmar a los propios e interesar a los extraños. Swansea ha mostrado cosas
más que destacables en los 180 minutos disputados y ahora solo necesita llevar
este nivel al largo plazo que propone la temporada. Desmenucemos un poco este
promisorio arranque de Swansea City.
Pruebas exigentes
El fixture entregaba un incómodo debut en Stamford Bridge
ante el último campeón de Premier League, el Chelsea de José Mourinho. Si bien,
el pasado año, Swansea golpeó de entrada derrotando a Manchester United en Old
Trafford, en la presentación de Louis Van Gaal como entrenador de los Red
Devils, los Blues parecían una escala aún más dura que aquella para el
inicio de esta campaña. Sin embargo, Swansea le arrebató un empate al equipo
londinense y pudo haberse llevado la victoria sin demasiado por reprochar. El equipo blanco, demostró que no sólo puede generar riesgo desde el control del balón sino
también con transiciones ofensivas rápidas.
En la presentación como local, el último sábado, Newcastle
llegaba con la amenaza de los interesantes valores individuales que posee en su
plantilla. Más allá de que McClaren aún debe amalgamar las piezas a un
rendimiento colectivo más acorde al material que maneja, el solo hecho de
enfrentar a jugadores de la talla de Moussa Sissoko, Georginio Wijnaldum, Chancel Mbemba, Vurnon Anita, Tim Krul o
Daryl Janmaat, entre otros, constituye un peligro latente en la previa. Swansea
sorteó el compromiso sin dejar margen para la duda y ganó con extremada
claridad, demostrando un rendimiento colectivo sin fisuras.
Posesión y garantías
El conjunto dirigido por Garry Monk, toma como base
fundamental de su juego, la tenencia del balón. Ante Chelsea, las necesidades
del equipo de Mou, le hicieron resignar parte de esa posesión y,
prácticamente, repartió en partes iguales esa posesión, sin dejar de generar
peligro por ello. Swansea cuenta con un excelente asistidor desde lejana distancia
como Jonjo Shelvey, Bafétimbi Gomis y Jefferson Montero desequilibran
asiduamente en velocidad con metros por delante y Andre Ayew, le agregó a la estructura Swan llegada al gol y creatividad en los tres cuartos de campo. De este modo,
el equipo galés se las arregló para complicar seriamente a los Blues y
desnudar la escasa asistencia de su mediocampo en las funciones defensivas,
sobre todo por los costados del campo.
En Liberty Stadium, ante la visita de Newcastle, el tema fue
muy diferente. Swansea se adueñó claramente del balón y llevó el partido a
campo adversario. Con pocos metros a espaldas de los defensores rivales,
Swansea no fue menos efectivo y punzante. Shelvey llegó hasta las cercanías del
área para generar juego a los tres cuartos, Montero y Ayew hicieron estragos
por las bandas, Gylfi Sigurdsson participó mucho más que en Stamford Bridge y
Gomis consiguió asociarse con aquellos que llegaban desde atrás para generar
espacios o aprovecharlos por su cuenta como en el primer gol.
En el apartado defensivo, aunque la jerarquía ofensiva de
Chelsea puso en algún aprieto a la última línea de los Jacks, el equipo siempre
mantuvo cercanía entre sus líneas, tanto en campo propio cómo cuando se
adelantó en el terreno a partir del control del balón, y no sufrió desequilibrios
colectivos preocupantes. Incluso, ante los Magpies, Swansea consiguió, en la mayor parte del juego, recuperar con celeridad el balón, muy lejos de su área, asegurando al máximo su propia tranquilidad y minimizando los riesgos
para una defensa que, muy probablemente, es la línea más floja en lo del equipo en lo individual.
Shelvey y los tres
mosqueteros
El aparato creativo de Swansea entrega elementos para la
ilusión. Cuesta creer que Liverpool haya liberado a Shelvey de sus filas, más
aun teniendo en cuenta la edad avanzada de
Steven Gerrard, quien hubiera tenido en el calvo mediocampista, un sucesor de
lujo.
Shelvey pide a gritos el regreso a la selección nacional
inglesa. Juega y hace jugar. Es el termómetro futbolístico de un equipo que lo
ve como el eje central de sus largas posesiones. Es el que clava estiletazos
entre líneas que lastimas de gravedad a los sistemas defensivos adversarios. Es
capaz en la pelota parada y su media distancia mete miedo. Y por si fuera poco,
pese a no sentir al extremo la función defensiva, difícilmente queda mal parado
en el campo o permite espacios cómodos para el rival.
Si el año pasado tenía en el coreano Ki Sung-Yueng un ladero
de confianza –y Jack Cork ha demostrado ser un correctísimo reemplazante del
oriental-, ahora la línea de tres cuartos le entrega mayores opciones para
distribuir el balón. Ayew, Sigurdsson y Montero, están explotando al máximo el
talento distributivo de Shelvey y lo convierten en escenas de suspenso para el arquero
rival. Los tres tienen condiciones de sobra para decidir con criterio el
destino del balón, pero también pueden desequilibrar por cuenta propia y pisar
el área con decisión y gol.
En el par de partidos que ha entregado la Premier League,
Sigurdsson ha rematado cuatro veces al arco por encuentro, mientras que Shelvey,
Gomis y Ayew promediaron tres remates y Montero 1,5. Esto demuestra la cantidad de
gente involucrada activamente en la búsqueda del gol y la cantidad de chances
ofensivas que despliega Swansea.
¿Será Swansea el
Southampton de esta temporada?
Si Swansea consigue mantener el nivel demostrado en el largo
plazo, navegará varios meses en la parte alta de la tabla. Todo lo bueno que
había demostrado en la primera parte de la temporada pasada, se terminó yendo
por la borda con la salida de Wilfried Bony y una serie de lesiones y bajos
rendimientos que minaron de irregularidad la campaña del equipo.
Hoy el conjunto es más fuerte. El recambio es mayor y el
nivel del plantel es bastante parejo y confiable. La mayoría de las piezas están
amalgamadas y aquellos, como Ayew, que han arribado recientemente, se
acomodaron rápido a una estructura que ya tiene trabajo encima.
No hay duda que el equipo dirigido por Monk se debe a sí
mismo, la temporada que no pudo cumplir en 2014-15. Las posibilidades de éxito
aparecen directamente ligadas a la regularidad. Hay talento, hay idea, hay
recambio, hay identidad y por sobre todo, hay ilusión.
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