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El ascenso del más humilde

Solo cinco años atrás, el Carpi jugaba en Serie D. Su veloz crecimiento lo encuentra hoy en la élite del fútbol de Italia. El club de una ciudad que logró recuperarse ante la desgracia.



Italia es un país de héroes anónimos, de historias gigantes entre pequeñas poblaciones. Los relatos se entrecruzan de personas que no son reconocidas nacionalmente, pero sí han logrado sacar de la angustia a diversas ciudades. En el país de la bota, la tragedia y la alegría conviven en partes iguales. Muchos lugares conocen tradiciones tanto negativas como positivas. Uno de ellos es la ciudad de Carpi que, con el transcurrir de los años, ha logrado convertir páginas tristes en la alegría que puede dar al pueblo un resultado deportivo.

Carpi conoce de historias que han marcado temerosamente su camino. Durante la Segunda Guerra Mundial, funcionó allí un centro de prisioneros. Más acá en el tiempo, un terremoto azotó la ciudad en 2012. Asimismo, las leyendas en torno a distintas personalidades comenzaron al inicio del pasado siglo, cuando Dorando Pietri, hijo de un campesino de la zona, consiguió ser uno de los grandes maratonistas que participó en los Juegos Olímpicos de Londres de 1908. A Dorando acabaron por quitarle la medalla obtenida dado que fue ayudado por los jueces a levantarse cuando llegó casi desmayado a una meta equivocada.

En la actualidad, el club más importante de esta localidad del norte de Italia responde a aquellos días de desgracia y levanta al pueblo. El Carpi ha sido protagonista de un ascenso meteórico por las distintas divisiones del Calcio y jugará la próxima temporada en la élite del fútbol italiano. Lejos aún de los presupuestos de otras entidades, aunque con una organización que cuida su estructura.

Tan solo cinco años atrás, el conjunto biancorossi se encontraba disputando la Serie D, por entonces la quinta categoría. Ha subido sin pausa y actuará por primera vez en su historia en la máxima categoría. De cualquier modo, en su recorrido ha sufrido diferentes resultados que quitaron posibilidades. En el curso 1996/97, el equipo tuvo su oportunidad de alcanzar la segunda división, aunque la derrota contra el Monza puso fin a sus aspiraciones. En aquella escuadra, dirigida por Luigi de Canio, Marco Materazzi daba sus incipientes pasos.

La crisis que azotó el fútbol de Italia en la década del ’90 también tuvo efectos en el Carpi, que debió refundarse y tomar la plaza del Dorando Pietri, nombre del otro club de la ciudad. Con el nombre de Football Club Carpi 1909, comenzó nuevamente su andadura en el año 2000 en la D. La sucesión de malos resultados tardó en mutar, pues fue recién en la 2008/09 cuando tuvo su segunda oportunidad de ascender a la Serie B. La derrota ante Pro Vercelli hizo caer las esperanzas, que crecieron en otra ocasión, cuando el Carpi por fin pudo subir a esa categoría al vencer al Lecce en 2013. Por aquel entonces, el conjunto rival, que había descendido en los escritorios, era el gran favorito.

Ya en un peldaño menor a la élite, el objetivo pasaba por atravesar sin zozobras un torneo desconocido. Finalizaron su primer año en mitad de tabla, aunque luego alcanzaron un ascenso histórico que se definió cuatro jornadas antes del cierre de la liga. La ciudad que hoy cuenta con 70.000 habitantes y que vio tan de cerca la tragedia a lo largo de su historia, celebra por una institución que fue fundada en 1909 por un grupo de estudiantes.

La empresa de mantenerse será, sin dudas, el deber más complicado de un equipo que cuenta con un promedio de edad de 23 años y que, en el último balance, ha superado apenas los tres millones de euros de presupuesto. En su crecimiento, han sido vitales cuatro hombres que deciden el destino del club. Stefano Bonacini, ex jugador, es dueño de la empresa de moda llamada Gaudi y se encarga de tareas empresariales, en paralelo a su apoyo al club mediante los beneficios que obtiene con su comercio. Claudio Caliumi, en roles institucionales, ha sido importante para lograr la fusión del Carpi con el Pietri, en 2009. Además, comparte las acciones con Bonacini y ambos son dueños de más del 70% de las acciones del Carpi.

Por otro lado, el director deportivo, Cristiano Giuntoli, ha decidido continuar en su cargo, pese a que recibió distintos llamados para cambiar el rumbo. El cuarto factor es el entrenador, Fabrizio Castori, quién ha recorrido toda su trayectoria en clubes pequeños de distintas divisiones del Calcio, y que contará con su primera gran oportunidad. El DT de 61 años llegó en julio de 2014, alcanzó una gesta heroica y tiene contrato hasta el fin de la temporada a comenzar.

La intención de las autoridades es emular lo conseguido por el Sassuolo, el equipo más importante ahora mismo de la región de Emilio-Romagna. Bologna, que consiguiera siete ligas en el pasado, alcanzó el ascenso en el playoff, mientras el Módena actúa en segunda y el Piacenza en cuarta categoría. No obstante, el Carpi no podrá actuar de local en su estadio, puesto que apenas supera la capacidad para 4.000 espectadores.

El milagro de un club humilde logra que la población olvide por momentos aquellos días de desazón. Siempre han logrado recuperarse. Sin futbolistas reconocidos ni grandes erogaciones. El crecimiento del Carpi esconde el trabajo y la modestia.

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