Hubo un tiempo en donde el Stade de Reims supo ser una potencia continental y le peleó mano a mano al Real Madrid. Tuvo grandes tropezones y deambuló por el ascenso. La memoria es un arma fundamental..
Para muchos la historia solo la escriben los que ganan, pero por suerte para muchos otros todo no pasa por las victorias o derrotas. Esta bien podría ser la leyenda de un equipo que perdió varios títulos cuando los estaba acariciando, sin embargo sería una gran mentira porque logró instalarse como una potencia durante un largo período y en ese tiempo llenó sus vitrinas de trofeos. Increíblemente, hoy en día éste conjunto parece haber perdido la memoria y deambula sin pena ni gloria por la tabla de la Ligue 1 y hasta llegó a jugar en Championnat National, la Tercera División francesa. Hablamos del Stade de Reims, una institución que supo lo que es la gloria.
Lamentablemente, este team del norte de Francia se cruzó con el que para muchos fue uno de los mejores equipos del mundo: el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano y compañía. Son demasiados los que recuerdan que los Merengues se quedaron con las primeras cinco Copa de Campeones que se disputaron, aunque deben ser poquísimos los que tienen en su memoria que uno de sus mayores rivales por ese entonces fue el Stade de Reims. Los franceses sufrieron el poderío de los españoles en las finales de las temporadas 1955-56 y 1958-59. La primera de estas definiciones fue la edición que inició esta competencia y terminó por ser un partidazo, que culminó con el triunfo de los españoles por 4-3 en el Parque de los Príncipes.
Lo penoso para los galos fue que cayeron en ese encuentro a pesar de ir por delante en el marcador por dos goles. La potencia y el poder del Madrid surtió efecto y el empate llegó, aunque el Stade se puso en ventaja nuevamente y cuando parecía que la Copa se iba para para la tierra de la moda, aparecieron Marquitos y Héctor Rial para darle el triunfo al conjunto blanco. El once del rojiblanco de ese día desde ya tenía varias figuras pero se destacaban Robert Jonquet, Michael Hidalgo y Rymond Kopa, quien luego pasaría a vestir la camiseta del Real. Esa fue la primer frustración internacional para esta institución.
Para muchos la historia solo la escriben los que ganan, pero por suerte para muchos otros todo no pasa por las victorias o derrotas. Esta bien podría ser la leyenda de un equipo que perdió varios títulos cuando los estaba acariciando, sin embargo sería una gran mentira porque logró instalarse como una potencia durante un largo período y en ese tiempo llenó sus vitrinas de trofeos. Increíblemente, hoy en día éste conjunto parece haber perdido la memoria y deambula sin pena ni gloria por la tabla de la Ligue 1 y hasta llegó a jugar en Championnat National, la Tercera División francesa. Hablamos del Stade de Reims, una institución que supo lo que es la gloria.
Lamentablemente, este team del norte de Francia se cruzó con el que para muchos fue uno de los mejores equipos del mundo: el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano y compañía. Son demasiados los que recuerdan que los Merengues se quedaron con las primeras cinco Copa de Campeones que se disputaron, aunque deben ser poquísimos los que tienen en su memoria que uno de sus mayores rivales por ese entonces fue el Stade de Reims. Los franceses sufrieron el poderío de los españoles en las finales de las temporadas 1955-56 y 1958-59. La primera de estas definiciones fue la edición que inició esta competencia y terminó por ser un partidazo, que culminó con el triunfo de los españoles por 4-3 en el Parque de los Príncipes.
Lo penoso para los galos fue que cayeron en ese encuentro a pesar de ir por delante en el marcador por dos goles. La potencia y el poder del Madrid surtió efecto y el empate llegó, aunque el Stade se puso en ventaja nuevamente y cuando parecía que la Copa se iba para para la tierra de la moda, aparecieron Marquitos y Héctor Rial para darle el triunfo al conjunto blanco. El once del rojiblanco de ese día desde ya tenía varias figuras pero se destacaban Robert Jonquet, Michael Hidalgo y Rymond Kopa, quien luego pasaría a vestir la camiseta del Real. Esa fue la primer frustración internacional para esta institución.
Los años pasaron y en 1959 se volvieron a ver las caras. La escena fue la misma: la final de la Copa de Europa. Esta vez la gran definición se disputó en el estadio Neckarstadion de Stuttgart, Alemania. La escenografía fue distinta pero el resultado fue el mismo y los merengues alzaron la copa. Fue un 2-0 contundente y que tuvo como goleadores a Enrique Mateos y a la Saeta Rubia. Poco pudo hacer Just Fontaine, mítico artillero francés y que comandaba los hilos del Stade en ese momento, frente Di Stéfano, Gento, Rial o Kopa, ese mismo que había perdido la final cuatro años atrás con la camiseta contraria. Así como en la anterior final, el Stade tuvo una leve ventaja, en este choque también fue así porque el arquero Dominique Colonna le desvió un penal al propio Mateos. Otra vez la historia le jugó una mala pasada.
Estas dos caídas a nivel continental bien podrían haber significado una debacle para muchos equipos, pero los vestidos de rojo y blanco ya ondeaban la bandera del buen fútbol desde antes que cayeran por primera vez. Fueron animadores de la Ligue 1 entre las temporadas 1948-49 y 1961-62, donde se quedaron con seis títulos de liga y dos Copas de Francia. Ocho consagraciones en poco más de una década, una cifra que para varios es inalcanzable o simplemente imposible y a la que debemos sumarle obtención de la Copa Latina, un torneo donde jugaban los campeones de Francia, Italia, España y Portugal, en 1953. Como se puede apreciar ambas derrotas contra el Real Madrid poco importaron en el andar un conjunto que tenía las ideas claras y desplegaba un gran dominio dentro del terreno de juego. En Francia había un monstruo y era el Stade de Reims.
Durante este tiempo, el equipo estuvo comandado por dos entrenadores. Henri Rossler logró los primeros festejos, pero luego se marchó al Olympique de Marsella y hubo que buscar a un reemplazante. Ahí fue dónde surgió el nombre de Albert Batteux, quien formaba parte del plantel profesional pero que había decidido retirarse. Él fue el que rompió con todo lo establecido y creó el paradigma del "fútbol champagne", mítico artilugio utilizado para citar a equipos que juegan de buena forma. Para Batteux mantener la posesión y que la pelota se traslade solo por el piso eran dos de las premisas más importantes y con estos puntos como cabeza de un mandato hizo que la gente hablara del andar de sus dirigidos. Alguna vez Kopa fue acusado por la prensa, cuándo no, de gambetear demasiado y el DT fue clarito: "El día que no dribles te echo".
A pesar de los laureles que supo cosechar, tras la partida de Batteux el Stade cayó estrepitosamente en su nivel y en la temporada 1963-64 descendió de categoría. Una caída que nadie esperaba y a la cual muchos pensaron que dejaron atrás luego de volver a Primera en 1966, sin embargo los libros marcarán que ese fue el fin de la gloria de este equipo, el cual luego navegó a la deriva y hasta llegó a la bancarrota y a la refundación en 1992. Increíblemente los malos manejos continuaron y recién en la última época el barco se enderezó y logró salir a flote. Después de deambular por el ascenso regresó a la Ligue 1 en el 2013 después de 33 años y en la actualidad no lucha por títulos sino por no descender. No son pocos los que dicen que el Champagne se te sube a la cabeza y te marea, quizás este sea un claro ejemplo pero vale la pena recordar que siempre es bueno brindar por una buena causa..
Estas dos caídas a nivel continental bien podrían haber significado una debacle para muchos equipos, pero los vestidos de rojo y blanco ya ondeaban la bandera del buen fútbol desde antes que cayeran por primera vez. Fueron animadores de la Ligue 1 entre las temporadas 1948-49 y 1961-62, donde se quedaron con seis títulos de liga y dos Copas de Francia. Ocho consagraciones en poco más de una década, una cifra que para varios es inalcanzable o simplemente imposible y a la que debemos sumarle obtención de la Copa Latina, un torneo donde jugaban los campeones de Francia, Italia, España y Portugal, en 1953. Como se puede apreciar ambas derrotas contra el Real Madrid poco importaron en el andar un conjunto que tenía las ideas claras y desplegaba un gran dominio dentro del terreno de juego. En Francia había un monstruo y era el Stade de Reims.
Durante este tiempo, el equipo estuvo comandado por dos entrenadores. Henri Rossler logró los primeros festejos, pero luego se marchó al Olympique de Marsella y hubo que buscar a un reemplazante. Ahí fue dónde surgió el nombre de Albert Batteux, quien formaba parte del plantel profesional pero que había decidido retirarse. Él fue el que rompió con todo lo establecido y creó el paradigma del "fútbol champagne", mítico artilugio utilizado para citar a equipos que juegan de buena forma. Para Batteux mantener la posesión y que la pelota se traslade solo por el piso eran dos de las premisas más importantes y con estos puntos como cabeza de un mandato hizo que la gente hablara del andar de sus dirigidos. Alguna vez Kopa fue acusado por la prensa, cuándo no, de gambetear demasiado y el DT fue clarito: "El día que no dribles te echo".
A pesar de los laureles que supo cosechar, tras la partida de Batteux el Stade cayó estrepitosamente en su nivel y en la temporada 1963-64 descendió de categoría. Una caída que nadie esperaba y a la cual muchos pensaron que dejaron atrás luego de volver a Primera en 1966, sin embargo los libros marcarán que ese fue el fin de la gloria de este equipo, el cual luego navegó a la deriva y hasta llegó a la bancarrota y a la refundación en 1992. Increíblemente los malos manejos continuaron y recién en la última época el barco se enderezó y logró salir a flote. Después de deambular por el ascenso regresó a la Ligue 1 en el 2013 después de 33 años y en la actualidad no lucha por títulos sino por no descender. No son pocos los que dicen que el Champagne se te sube a la cabeza y te marea, quizás este sea un claro ejemplo pero vale la pena recordar que siempre es bueno brindar por una buena causa..
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