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La crisis del Barcelona B

El equipo filial del Barca, que tiene como objetivo final proveerle jugadores a la plantilla de la mayor, sufrió en la última temporada el descenso a la Segunda División B. ¿Qué fue lo que pasó para que ese equipo, que tantos excelentes jugadores le ha dado al fútbol, hoy viva una difícil situación?

Antes de comenzar su exitosa carrera como entrenador del primer equipo, Pep Guardiola dirigió durante un año al Barcelona B, que por ese entonces disputaba la Tercera División (cuarta categoría). Lo más destacable de esa cantera, dejando a un lado los resultados deportivos, son los grandísimos jugadores que le suministra al primer equipo y que alcanzan la talla de estrellas mundiales. De esta época, por ejemplo, algunos de ellos son Lionel Messi, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Pedro Rodríguez, Sergio Busquets y un largo etcétera de fenómenos del pasado.

El triunfo deportivo no es lo sustancial en el Barcelona B. La premisa es la de formar al jugador como persona y futbolista, transmitirle los valores del club y, en últimas, lograr que se sumen a la plantilla del primer equipo. El descenso del último año no fue sólo la consecuencia de un mal desempeño dentro del campo; algo cambió en el ambiente.

Los números de la mala cosecha del Barsa B en la última temporada atemorizan: consiguió 36 puntos producto de nueve victorias, nueve empates y 24 derrotas. En cuanto a goles a favor, obtuvo la buena suma de 55. Pero en los recibidos, es por lejos el ganador, ya que le convirtieron 83 veces, 17 más que el segundo equipo con más goles en contra (Sabadell).

Eusebio, quien comenzó la temporada como el entrenador del equipo, y Jordi Vinyals, el encargado de finalizar al mando tras el despido del primero, coincidieron en que les resultó imposible motivar a los jugadores. "El que esté pensando únicamente en este equipo como un escaparate, mejor que salga ya", anunció en unas de sus conferencias el ex jugador del Celta de Vigo, poco antes de que lo despidan del cargo.

Además del poco compromiso de algunos jugadores, quienes antes de aprender cómo manejarse en el medio ya piensan en ser estrellas, se le suma una mala planificación por parte de las autoridades del club. El año anterior, el Barcelona B cuajó una de sus mejores campañas al finalizar el torneo en la tercera posición. Sin embargo, la plantilla se desarmó.

Las promesas del club, al ver que al equipo mayor se incorporaban cada año jugadores ya consagrados como Neymar, Luis Suárez e Ivan Rakitic, quienes tapaban sus posibilidades de progresar, optaron por emigrar. Entonces, la predisposición de los jóvenes es otra, al saber que sus chances de jugar en el primer equipo del Barcelona se reducen al mínimo.

A partir de agosto, el Barsa B disputará la Segunda División B, una categoría muy difícil por el predominio del juego físico sobre el técnico, algo que seguramente no favorecerá a los jóvenes jugadores del equipo culé. Además de buscar el ascenso, lo que deberá priorizar el club debe ser volver a encontrar el rumbo, ese que tantos buenos jugadores le ha proporcionado al primer equipo.

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