La Roja venció a Argentina en la tanda de penales (4-1) tras
haber igualado sin goles durante los 120 minutos de juego, en uno de los peores
encuentros de la Copa América.
Chile tomó las riendas del juego desde el minuto cero. Argentina solo aguardó para salir de contra con Lionel Messi y Sergio Agüero. Línea de tres defensores con Silva, Marcelo Díaz y Gary Medel; con Jean Beausejour e Isla por los extremos y Arturo Vidal, Charles Aranguiz y Jorge Valdivia en la mitad de cancha, dejando más sueltos a Alexis Sánchez y a Eduardo Vargas. Argentina jugó con su sistema habitual: los laterales llegando desde la línea de mediocampistas, Javier Mascherano relevando, Lucas Biglia y Javier Pastore en la mitad de cancha, Messi suelto, Ángel Di María por izquierda y Agüero solo de boya.
Sampaoli aplicó presión sobre la salida Argentina desde el comienzo
y la albiceleste nunca supo superar esa barrera. Ahí la pelota caía en
pelotazos a Agüero que, testarudo como es, peleó el 100% de las pelotas que
cayeron a sus espaldas, en su cabeza o incluso a los defensores chilenos. Aranguiz fue de lo más interesante, ante un Alexis que no se
encontró y un Vidal desdibujado en Chile. Mauricio Isla y Beausejour fueron un dolor de
cabeza permanente para los cuatros defensores argentinos que cumplieron una
tarea excepcional durante todos los minutos de juego. Di María era la salida
más clara de un equipo que se tiró a defender y a apostar a la velocidad de los
hombres de arriba.
Cuando se lesionó el Fideo la cosa se complicó un poco más.
Entró Ezequiel Lavezzi y más allá de poder cumplir las mismas funciones, no tenía la
clara salida ni el mismo arranque y aceleración en tramos cortos. El juego era controlado en el medio por Díaz, que rompía desde
fondo y Aranguiz en la medular, aunque nunca llegaron a complicar por completo al
seleccionado argentino, que contó con la más clara en un cabezazo al primer
palo que contuvo Claudio Bravo de manera brillante.
El primer tiempo terminó con una muy clara: Pastore
enganchó, metió centro atrás y Lavezzi le apuntó al medio, donde estaba Bravo,
quien la rechazó para un costado fácilmente. Después fue todo una suma de sucesiones de pases y de
acciones inconclusas que morían en tres cuartos de canchas y que si no era por
Messi de un lado o de Alexis del otro, no se llegaba nunca a ejecutar un tiro,
así fuese errado, desviado o contra un defensor.
Y si de Messi hablamos, en un partido muy pobre de la Pulga,
a los 89 minutos se limpió dos jugadores del camino y dejó a Lavezzi mano a mano
quién optó por un centro incorrecto a Gonzalo Higuaín, el cual llegó exigido, impactó,
pero no logró anotar.
El tiempo extra fue de un Chile totalmente abatido físicamente.
Si señor/a. Chile había terminado muerto los noventa minutos, pero el tiempo
extra lo arrolló a Argentina que solo apostaba a pelotas aéreas o a destrezas
de algunos ya mencionados. El conjunto de Sampaoli hizo trabajar a Sergio Romero esos
treinta minutos, más que en toda la Copa América. Con Mascherano y Lavezzi
desgarrado y acalambrado respectivamente, los penales fueron la única vía de
decisión.
Para Chile convirtieron Matías Fernández, Vidal, Aranguiz y Alexis
Sánchez. Para Argentina, solo Messi y fallaron Higuaín y Éver Banega. Chile por primera vez en su historia, se consagró campeón de
la Copa América. Argentina consiguió su segunda derrota consecutiva en finales.
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