Argentina venció por penales a Colombia y se clasificó a la semifinal de la Copa América 2015. Por contexto y rival jugó el mejor partido del torneo. A pesar de no poder convertir durante los 90 minutos, la Selección fue muy superior al equipo dirigido por Pekerman.
Veintitrés minutos duró lo que parecía un osado y ambicioso plan de juego de José Pekerman. Ante la falta del doble cinco titular, el ex entrenador de la Selección Argentina, decidió encarar el partido con Alexander Mejía como eje en el medio, Juan Guillermo Cuadrado y Victor Ibarbo como sus laderos, James Rodríguez flotando como enganche y la dupla Teófilo Gutiérrez, Jackson Martínez en la delantera. La idea del seleccionador colombiano fue explotar ambas bandas con sus jugadores más veloces, pero la idea solo quedo en una simple intención que en ningún momento pudo plasmar en la cancha.
El mediocampo argentino fue mucho para Alexander Mejia durante los primeros minutos del primer tiempo. Javier Pastore comenzó a moverse entre líneas y a posicionarse por detrás del volante central colombiano, las expediciones de Lionel Messi a la mitad de la cancha, más los apoyos de Lucas Biglia y Javier Mascherano, generaron una constante superioridad numérica en ese sector del campo. Superioridad que rápidamente se reflejó en el desarrollo no solo en las primeras ocasiones de gol para la albiceleste, sino también en la prematura tarjeta amarilla del mediocampista central cafetero.
La reacción de Pekerman fue instantánea, su equipo se estaba viendo superado en todas las facetas del juego, su volante de contención no daba abasto y el fantasma de una posible segunda amarilla sobrevolaba ante cada ataque argentino. El director técnico del combinado colombiano movió fichas a tan solo veintitrés minutos de juego, Teo dejó la cancha y en su lugar ingresó Edwin Cardona, con el cambio la selección cafetera modificó su esquema y quedó parado en un 4-4-1-1 con James más cerca de Martínez que de Mejia.
"Colombia hizo un cambio a los 20 minutos, Mascherano pegó tres gritos y acomodó todo de nuevo", así explicó Gerardo Martino como su equipo siguió dominando a pesar de los cambios de Pekerman. La selección de Colombia continuó con desajustes defensivos en todas sus líneas, Santiago Arias, quien comenzó el partido como lateral derecho, persiguió a Messi en cada una de las diagonales que el diez realizaba desde la derecha hacia el centro, sin embargo Ibarbo no continuaba el movimiento defensivo para suplir el hueco que el lateral dejaba en esa porción de la cancha. Aprovechando uno de estos desajustes, el Flaco Pastore recibió ante la tenue oposición del mediocampista colombiano y fabricó la jugada de gol mas clara del primer tiempo, la de la doble atajada de David Ospina que seguramente quedará guardada como de las mejores del año.
El primer tiempo finalizó sin un solo remate de Colombia al arco defendido por Sergio Romero. Nuevamente la falta de contundencia de cara al gol, más algunas brillantes intervenciones del arquero rival, evitaron que Argentina pudiera irse al descanso con una ventaja que en el desarrollo ya era más que merecida. En el complemento Pekerman volvió a mover fichas, Arias con tarjeta amarilla se alejó de la zona Messi e intercambio posiciones con Camilo Zuñiga. Cardona, Mejia y James formaron un triángulo cerrado al medio, con Cuadrado e Ibarbo por los costados, arriba la única referencia seguía siendo Martínez o Radamel Falcao luego de reemplazar a Jackson. La selección colombiana quedó parada en un 4-5-1 demasiado cauteloso ante la calidad y la capacidad de los jugadores que estaban en cancha, el arco quedó aún más lejos para James y el único delantero fue absorbido en todo momento por la zaga central argentina, sobre todo por Nicolás Otamendi quien jugó un partido soberbio que lo posiciona como una de las figuras del equipo.
En la recta final de los 90 minutos el Tata Martino comenzó a realizar a cambios. Éver Banega ingresó en lugar de Pastore, Carlos Tevez reemplazó a Sergio Agüero y Ezequiel Lavezzi hizo lo propio con Ángel Di María. A diferencia de los partidos anteriores, la selección no mostró su peor cara en el último cuarto de hora del partido, por el contrario, pudo haberlo ganado en más de una ocasión, pero el destino parecía estar encaprichado en que la figura del partido sea el arquero Ospina. Con el partido finalizado llegó la definición desde los doce pasos. La serie de penales fue un tanto bipolar y podemos dividirla en dos, una primera parte en donde los pateadores demostraron la calidad que los caracteriza haciendo inútiles las estiradas de los arqueros, pero desde el quinto penal en adelante comenzaron los errores.
Luego de que Argentina desperdiciara dos "match point", la imprecisión colombiana desde los once metros le dio una oportunidad más, la tercera y la vencida. Esta vez le toco el turno a Tevez, el Apache tenía la espina de aquella Copa América 2011 en donde falló el último penal con el cual Uruguay eliminó a Argentina en Santa Fe, el Tata confesó al finalizar el partido que por este mismo antecedente había decidido preservar a Carlitos de la presión que significa ser uno de los cinco jugadores que toman la pelota y caminan desde la mitad de la cancha hasta al área. Pero el destino, que estuvo muy caprichoso durante toda la noche, estaba empecinado en que Tevez debía cerrar la herida de hace cuatro años. El Apache no dudó un segundo, remate al medio y clasificación para Argentina.
El próxima martes la Selección enfrentará al rival que saldrá del partido entre Brasil y Paraguay. El descanso de seis días representó una bocanada de aire importante para el equipo que desplegó grandes pasajes de juego, sometiendo al rival para obligarlo a jugar a su medida. La falta de contundencia es la única mancha que queda en la noche de Viña del Mar, Argentina deberá mejorar la eficacia en la definición y así controlar los partidos desde el resultado. De todas formas Mascherano ya lo repite por costumbre: "Hay que saber sufrir para ganar".
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