En el cierre del grupo A, Chile fue mucho para una timorata Bolvia, lo goleó por 5 a 0 y se quedó con el liderazgo de la zona. Ambos, debido a la victoria de Ecuador sobre México, ya estaban clasificados.
Aunque la victoria en el partido previo de Ecuador sobre México les aseguró a los dos seleccionados la clasificación a cuartos de final, no fue motivo suficiente para que Chile apaciguara su entusiasmo por quedarse con la punta del grupo.
La premisa del equipo boliviano no era meterse atrás con todos sus hombres y cerrar espacios, como otros equipos ya lo han hecho, sino que la idea inicial era acumular gente en la mitad de la cancha para cortarle los circuitos de juego al equipo chileno y, a partir de ahí, elaborar el ataque. Pero el plan falló porque, entre otras cosas, la defensa de Bolivia nunca se animó a dar el paso hacia adelante y respaldar a los jugadores más adelantados. Entonces, quedó mucho campo entre líneas que Chile supo capitalizar y explotar al máximo.
Los locales, que estrenaron la línea de 4 en el fondo, jugaron sin referencia fija de área. Sánchez, Vargas y Valdivia, éste último desde más atrás, rotaban constantemente para no quedar fijados por los defensores rivales. El desconcierto de los bolivianos, los espacios y el buen nivel del equipo en general, fueron argumentos suficientes para que Chile sea dominador absoluto del partido.
Con el tempranero gol de Aránguiz, todo se hizo aún más cuesta arriba para el visitante. De muy flojo nivel, el único jugador que generaba un peligro real para los chilenos era Martins, histórico delantero de la selección de Bolivia, aunque siempre que recibió la pelota lo hizo muy lejos del área. Lo del resto fue muy pobre; prácticamente, el equipo visitante no atacó.
Además, para desgracia de los bolivianos, el equipo dirigido por Sampaoli mostró un nivel superlativo, el mejor hasta acá en lo que va de la Copa. Nunca cedió la iniciativa, y en ningún momento se vio amenazado por su rival. Otro punto positivo para la Roja fue el gran nivel demostrado por Sánchez y Valdivia. El primero, además, pudo romper su racha negativa frente al arco, ya que fue el autor del segundo gol.
Luego del gran concierto brindado por su equipo en la primera parte, Sampaoli no quiso arriesgar. Sacó a Vidal y a Sánchez para prevenir imponderables, pero aún sin sus mejores jugadores en cancha la supremacía chilena continuó. Con el mismo hambre, arrolló por completo a su rival.
El último gol, el que decretó el 5 a 0 final, es una representación perfecta de lo que fue el partido para Bolivia. El desafortunado despeje de Raldes fue la demostración de lo que padeció el conjunto que dirige Mauricio Soria.
De todas maneras, ambos seleccionados ya se encuentran en cuartos de final. Con dos realidades muy distintas, Chile, de magnífico partido, dio una clase de fútbol ante su gente que le permite soñar con levantar, en su territorio, su primera Copa América.
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