Las emociones como común denominador para ambos equipos. Por un lado los locales festejaron ante su afición el campeonato obtenido una semana atrás, y como si fuera poco, Xavi emblema y capitán del equipo jugó su último partido como culé. Al frente el Deportivo la Coruña dependiendo de sumar puntos en el Camp Nou más alguna combinación de resultados para poder continuar jugando en la Primera División.
Barcelona se adelantó en el marcador rápidamente, los culés aprovecharon los espacios que quedaron tras un córner en contra y con un pase pusieron al Deportivo a correr de frente a su arquero. Messi finalizó la jugada rematando de cabeza un centro de Rafinha. Los visitantes habían comenzado el partido asumiendo una postura defensiva acumulando muchos jugadores por atrás de la línea de la pelota. Ante la primera expedición en campo contrario, se encontraron con un contraataque letal al que no pudieron hacer nada.
El golpe sufrido por los visitantes los obligó a retrasarse aún más de lo que ya estaban. Barcelona dominó durante todo el partido la pelota y el terreno de juego, a base de una buena circulación de la pelota y movilidad de los receptores, intentó encontrar espacios dentro de la muralla de diez jugadores contrarios. Cuando los espacios aparecieron, las oportunidades de gol llegaron, pero el arquero Fabricio se encargó de mantener la diferencia en un gol.
De manera similar a la del primer tiempo, en una de las pocas situaciones en las que los visitantes colocaban una buena cantidad de jugadores en campo contrario, llegó un nuevo gol de Barcelona. Pedro peinó la pelota y puso a Neymar a correr de frente al arquero Fabricio, en un nuevo acto de generosidad recíproca del tridente sudamericano, el brasileño tocó hacia un costado y dejó a Lionel Messi de cara al gol. El argentino convirtió el segundo gol y las aspiraciones de los visitantes a mantener la categoría parecían esfumarse.
El guiño de suerte que necesitaba el Deportivo para soñar comenzó a aparecer. A varios kilómetros del Camp Nou, Almería y Valencia igualaban 2 a 2. El Depor necesitaba sumar aunque sea un punto y de esta manera continuaría jugando en la máxima categoría española. Para poder empatar necesitaba al menos contar de situaciones de gol, que hasta ese momento no se habían hecho presentes. Promediando el complemento Lucas Pérez remató desde el borde del área haciendo ineficaz la volada de Jordi Masip, hoy arquero de Barcelona. El 2 a 1 entonó a los visitantes para buscar la proeza.
Con el descuento, Deportivo asumió una postura de ataque sabiendo que se encontraban a solo un gol de diferencia. El premio al cambio de actitud llego luego de un tiro libre y una serie de rebotes, en la que Salomao aprovechó la pelota picando y puso el empate en el partido. Con menos de veinte minutos por jugar, Barcelona retomó el control de la pelota y la visita nuevamente se replegó muy cerca de su arco, sin embargo los locales no lograron poner en peligro el arco rival.
El partido finalizó empatado y Deportivo continúa siendo de Primera División. Festejo para todos en la cancha y en las tribunas. En el Camp Nou aún faltaba el momento para homenajear al capitán del equipo. Xavi fue el encargado de levantar la Copa que coronó campeón a su equipo, luego vino la famosa vuelta olímpica de los jugadores saludando a cada rincón de un estadio repleto que aplaudió de pie el recorrido de los futbolistas. Para el final quedaron las palabras de Xavi, las últimas como jugador del F.C. Barcelona. Luego de 17 temporadas, el jugador de Terrassa se retira de la mejor manera, cosechando su octava liga de España y con dos frentes abiertos aún por definirse. El capitán, dueño de un estilo, emblema de un equipo y de una manera de jugar, dijo adiós, un adiós que posiblemente sea simplemente un...hasta luego.
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