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Del trámite a la épica

Racing dio vuelta un 0-2 ante Deportivo Táchira y selló el primer lugar del Grupo 8 con un 3-2 emocionante. Milito, Bou y Brian Fernández los goles del equipo de Diego Cocca que ahora espera por su rival en octavos. 




El murmullo era insostenible, las imprecisiones abundaban y sin querer queriendo todos se preguntaban por el resultado entre Sporting Cristal y Guaraní en Lima. Racing caía inesperadamente ante Deportivo Táchira en Avellaneda y arriesgaba el primer lugar del Grupo 8 que todos daban por seguro. 

Fue allí cuando Pablo Alvarado, desafortunado en los dos goles venezolanos, salió con oficio del asedió de dos rivales y se mandó, envió un pelotazo preciso al pecho de Gustavo Bou y este le puso el pase exacto a Diego Milito para que el Príncipe la empujara y comenzara una página más en el libro de las historias emocionantes de la Copa Libertadores

El zaguero ex San Lorenzo fue quien levantó la bandera de la remontada. Con casta, el central comenzó a hacerse fuerte en los mano a mano y participaría en el segundo y tercer gol del equipo argentino. Estas noches se construyen así, con esas pequeñas acciones individuales. También con errores, con enjundia, con confusión. Todo eso se vivió en el Cilindro en un martes que no prometía entregar tanto nerviosismo y tensión. 

¿Por qué Racing se entregó así solo en la desventaja? Como si lo ocurrido la última semana en Asunción no hubiera hecho mella, la Academia no tuvo esa intensidad para marcar el terreno de arranque. Claro, enfrente estaba un conjunto al cual se había goleado allá lejos, a mediados de febrero, en su casa. Táchira, por su parte, se fue creyendo que tenía un papel mucho más protagónico que el que le entregaba el guionista y se vistió de villano. 

Ya en la jugada previa al 1-0 de Alí Meza, Racing exhibió que estaba ido. Una serie de duelos individuales perdidos que se coronaron con un caño a Ezequiel Videla (el peor jugador de los locales) y un remate de Yohandry Orozco que contuvo Saja. Minutos después el propio Videla se dejó ganar la posición y Meza hizo gala de su cintura para exponer a Alvarado y definir de gran manera al palo derecho de Saja. Era sorpresa, pero quedaba tiempo aún. Bou en el cierre del primer tiempo disparó al palo y así el juego se iba con un 1-0 llamativo. 

Los venezolanos tuvieron muchos méritos defensivos durante la primera hora de juego. Negaron los pases interiores a la dupla de ataque de Racing (algo que no hicieron nunca en San Cristóbal) y liberaron las bandas. Camacho, de mal partido, no desnivelaba y sobre la derecha Pillud solía quedar en inferioridad numérica. Romero era demasiado esporádico más allá de su buen criterio para optar a la hora del pase. 

Meza volvió a taladrar a la zaga local con otra contra furibunda al comienzo del segundo tiempo. Más allá del buen pie de ambos, Nicolás Sánchez y Alvarado son lentos y en los largos desplazamientos pueden sufrir. No son complementarios, de ahí el valor de Yonathan Cabral, hoy ausente. Otra vez el delantero de Táchira definió de manera inapelable y ahí sí era baldazo de agua fría, sorpresa, e incertidumbre de cara a lo que se venía. 

Milito anota el descuento en un momento clave
Pero apareció esa enjundia de un Alvarado hasta allí errático y con ese descuento salió a la luz ese instinto asesino de este Racing de Cocca. El empate fue una decantación de lo que se veía en el campo, antes del gol de Bou, Brian Fernández había reventado el travesaño y ya Marcos Acuña había empezado a machacar por izquierda. José Contreras, que se había destacado por hacer tiempo y tocar el balón que había ido al palo, pudo haber hecho algo más. 

Si su respuesta en el 2-2 fue deficiente, qué decir de lo que hizo en el 3-2. Racing ya se había apaciguado, parecía sentirse satisfecho con esa remontada pese a que aún iba por la victoria. Facundo Castillón ya estaba en cancha pero no pesaba. Nuevamente Alvarado empujó desde el fondo, jugó una pared con Pillud quien devolvió de taco, pero antes de que la tomara el marcador central, Brian Fernández apareció para meter un enganche y sacar un zurdazo hacia donde estaba el "1" visitante. Se le escurrió con la misma facilidad con la que se escapa un fin de semana y el ex Defensa y Justicia pudo sentirse héroe luego de tantas jornadas de frustración pese a sus buenos aportes. Ya se jugaba el tiempo de descuento. 

Un aviso más de cómo cualquier rival puede ser peligroso y de que estos errores de acá en más se pagan muy caro. Racing no sabe quién tendrá enfrente en octavos pero sí que definirá en su casa la llave. Comienza otro torneo

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