El cambio posicional de Eto’o fue vital para que Sampdoria se pusiera
en ventaja. Milan, con sus dificultades rutinarias con balón, pudo igualar a
partir de una jugada parada. Acabó siendo 1-1 en San Siro.
Tan solo
cinco juegos ha perdido Sampdoria en la presente temporada de Serie A. Mihajlovic
construyó una base sólida que se sustenta en su capacidad defensiva y aspira
actualmente a puestos europeos. El orden es uno de los principios colectivos
más fuertes del equipo genovés. Adquirió automatismos para evitar goles en
contra y por tramos, logra desplegarse de forma correcta en campo rival.
Del otro
lado, al Milan le cuesta una enormidad generar ventajas a través de su salida
de balón en primera fase. De Jong, incrustado entre centrales, inicia el juego,
pero los de Inzaghi rara vez pueden asentarse y lograr una posesión larga en
territorio contrario. Las características de ambos conjuntos se evidenciaron durante
un juego marcado por las modificaciones del entrenador serbio.
La Samp
saltó al campo de juego con un esquema que mutaba con la posesión del balón.
Eto’o era extremo por izquierda, Eder caía sobre la banda opuesta y Okaka se
encargaba de fijar a los centrales. Sin balón, el sistema empleado era el
4-4-2, cuando el camerunés se ubicaba como carrilero y ejercía una responsabilidad
defensiva. Similar misión realizó el ex Inter en partidos de misma entidad.
La simetría
de los laterales milanistas, que se proyectaban al unísono, permitía al dueño
de casa abrir la cancha en sus ataques. Pero nunca pudo Milan hallar espacios
interiores. Sus marcadores de punta eran la principal vía de ataque. No
obstante, tanto Abate como Antonelli estuvieron muy desacertados al decidir.
Las acciones finalizaron con centros en los que Silvestre y Romagnoli se
impusieron.
Asimismo, los
visitantes utilizaban a Okaka para juntar gente. El italiano recibía los envíos
directos desde propio campo y descargaba a los costados. Cerca de la media hora
de juego, Mihajlovic ordenó presionar la salida rival. Si antes se le hacía
imposible crear líneas de pase, el Milan debía encontrar una nueva solución
para no perder la bola cerca de Diego López. Sampdoria logró robar arriba en
algunas ocasiones, aunque no pudo crear post recuperación.
Para el
comienzo de la segunda mitad, el DT del conjunto Blucerchiato dispuso que Eto’o comenzase a jugar por dentro. De esa
forma, Samuel recibió muchos balones en la posición de enlace. Y dicho
movimiento fue vital para encontrar la fórmula del gol. En una jugada que
parecía diluirse, Eto’o asistió con un pase extraordinario (entre las piernas
de Mexes) a Soriano. El interior llegó al área, atacó el vacío y definió de
cara al arquero.
Eder cambió
de lado y profundizó sobre la izquierda y Soriano empezó a caer en la posición
de extremo diestro. Sampdoria se unía con el balón y lograba recuperarlo rápido.
El mediapunta africano, en tanto, mostraba su agilidad en cada uno de sus
desplazamientos. Sin embargo, los genoveses decidieron replegar y pararse sobre
su base defensiva. Duncan ingresó por el autor del gol y el equipo se ubicó
nuevamente con dos líneas de cuatro hombres en terreno propio.
Sin
creatividad en espacios reducidos, Milan solo creó peligro con un remate al
palo de Suso -había entrado por un Cerci poco desequilibrante- y las
conducciones de Menez. El francés generó un córner que Mexes pudo transformar
en gol a partir de un cabezazo, pero fue desviado por Duncan. En la siguiente
jugada, el tiro de esquina acabó en el empate, cuando el remate de De Jong se
desvió en el jugador ghanés.
La solidez
en repliegue de la visita acentuó aún más los problemas del Milan para romper
líneas cuando toma la iniciativa. En la próxima jornada, el Rossonero deberá enfrentar al Inter en
el Derby della Madonnina. Por lo pronto, alcanzó un empate que solo exhibió sus
recurrentes problemas en ataque estático.
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