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De esas noches sin sustento

Huracán cayó por 3-0 en su visita a Mineros de Venezuela y quedó afuera de la Copa Libertadores. Falto de creatividad, cada pérdida evidenció su desorden sin balón.




Había disputado uno de los partidos más importantes de su historia. Lo hizo mostrando su mejor cara, ganando ante Cruzeiro para depender de sí mismo en la última jornada. Sin embargo, en el juego que pudo otorgarle la clasificación a octavos de final, realizó un partido insulso, en el que no exhibió ninguna de sus virtudes. Así como recibió por primera vez un gol como visitante en la presente edición, fue su única derrota, pero la serie de cuatro empates consecutivos ya le había quitado margen.

Mineros fue a buscar arriba a Huracán desde el inicio del encuentro. Presionaba la salida del equipo argentino y hacía daño a los espacios. Así, a los de Apuzzo se les hizo muy dificultoso subir el balón y cada pérdida se transformaba en peligro. Vismara, principalmente por sus giros y precisión, era elemental para salir de la asfixia venezolana y encontrar a sus hombres entre líneas. Solo en algunas ocasiones pudo el mediocentro dejar a Toranzo con ventaja, pero el colectivo careció de profundidad.

Luego de una recuperación alta de los locales, llegó el tiro de esquina en el que se abrió el marcador. Cuando la jugada parecía tomar otro rumbo, apareció Peña para activar el ataque y, con una gran acción, asistir a Valoyes. El atacante, tal como lo hizo en el Tomas Ducó, convirtió ante el Globo y volvió a jugar un gran partido. Ya con ventaja, Mineros optó por replegarse. En base a su planteo solidario y de gran compromiso holístico, quitó fluidez a Huracán y pudo hallar muchos espacios.

Por el costado derecho, el chileno Puch recibía y comandaba las acciones visitantes. Pero lo hacía en inferioridad, pudiendo solo originar varias faltas cercanas al área. Una vez más, Ábila fue el fin de todas las jugadas creadas, ya sea con balones largos o algún desmarque del centro delantero. De hecho, el ex Instituto caía a banda para apoyar al extremo que llevase el balón, pero la única chance clara con la que contó fue en el cierre del partido (un cabezazo en el área chica que se fue desviado).

Cada pérdida en el centro del campo hacía tambalear a los de Parque Patricios. Tanto Guerra como Rojas sacaban a relucir su velocidad y se hacían imparables para un conjunto que quedaba siempre partido en transiciones defensivas. Con el desequilibrio de Guerra, llegaría el segundo gol de Valoyes, quién atacó el espacio para recibir en libertad post conducción del mediapunta.

Apuzzo, tal como hizo en el partido como local ante Universitario de Sucre, acumuló efectivos arriba, aunque no tuvo una idea clara sobre de qué manera romper a su rival. Torassa y Espinoza (retornó de su larga lesión, luego del Sudamericano Sub 20) ingresaron después del descanso y el equipo pasó a defender con tres hombres, siendo dos de ellos laterales. Conservaba a Vismara en el eje del campo y juntaba seis jugadores en territorio adversario.

Del otro lado, los extremos y Valoyes ayudaban en la recuperación y se mostraban muy sueltos para salir con velocidad a los vacíos. En cada robo, Mineros intentó ubicar el balón por detrás del único volante rival. Existía una parcela enorme entre los zagueros de Huracán y la línea medular. Atacando ese espacio, arribó el tercer tanto que resultó definitivo. Una vez más, Guerra condujo y, tras el rebote de Marcos Díaz, fue Acosta quién convirtió.

Hubo tiempo para que Montenegro ingrese por Toranzo, aunque la inventiva siempre brilló por su ausencia. Ya eliminado previamente al choque, Mineros jugó el partido con una intensidad inesperada. Luego de cambiar al entrenador en medio de la Copa, jugaron el mejor partido de la presente edición. Mientras tanto, Cruzeiro venció a Universitario en Belo Horizonte y acabó como líder del grupo. El conjunto boliviano, pese a la derrota, también avanzó a la siguiente instancia. 

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