Barcelona se consagró campeón de la Liga Española. Derrotó 1 a 0 al Atlético Madrid en el estadio Vicente Calderón. Los culés sumaron su título de Liga número 23 y el quinto en las últimas siete temporadas. Messi convirtió el gol en el segundo tiempo.
Barcelona visitó el estadio Vicente Calderón con la posibilidad de coronarse campeón. La ausencia de Luis Suárez fue la nota llamativa en el once blaugrana. El Uruguayo había sufrido una sobrecarga en el partido de vuelta contra Bayern Munich y Luis Enrique prefirió cuidarlo teniendo en cuenta la importancia de partidos que se acercan.
La ausencia de Luis Suárez en el campo no fue un dato menor. El delantero sudamericano cumple roles dentro del funcionamiento del equipo que no pueden ser sustituidos por otros compañeros. En ataque lo hace todo, fija a los centrales y permite jugar mano a mano a los extremos contra los laterales, recibe de espalda y pivotea para la llegada de los medios y los extremos, sumado a la movilidad en todo el frente de ataque buscando diagonales y siendo apoyo para sus compañeros, sin mencionar que dentro del área es un asesino serial. En fase defensiva conforma junto a Piqué la barrera defensiva en pelotas paradas.
Pedro ingresó en lugar del uruguayo y ocupó la posición de delantero centro. Messi y Neymar bien abiertos sobre las bandas fueron las únicas armas de Barcelona para lograr contrarrestar un sólido planteo defensivo típico de los equipos del Cholo Simeone. Los locales presionaron muy adelantados la salida de Barcelona negando todas las líneas de pase para que estos pudieran progresar en la cancha con la pelota dominada. La presión obligaba a los culés a tener que jugar en largo y saltar a los jugadores colchoneros. Este movimiento dejaba en evidencia nuevamente la falta de un delantero centro de las características de Suárez. El uruguayo es el receptor de cada salida en largo, Mascherano y Piqué sintieron su ausencia.
Los dirigidos por Simeone lograron poner en aprietos el arco de Claudio Bravo, sin embargo el arquero chileno demostró con más de una intervención por qué aspira al premio Zamora con la valla menos batida de la temporada. Luego de las atajadas de Bravo llegaron las de Oblak, el arquero local evitó durante el primer tiempo que Barcelona convirtiera. Los blaugranas sufrieron durante toda la primera parte la presión alta de los dirigidos por el Cholo, sin embargo cada vez que lograron superarla, en ataque posicional lograron ventajas que no pudieron ser aprovechadas.
La tendencia de los primeros 45 minutos se mantuvo durante el complemento. La visita asumiendo el rol de encontrar espacios en un muro rojiblanco para poder filtrar una pelota que dejara en posición ventajosa a sus delanteros. Los locales refugiados en su mitad de cancha pero alejados de su arquero, intentaron sorprender a su rival con Torres y Griezmann como únicas referencias de ataque. Los ataques de Barcelona tenían todos el mismo final, chocaban o terminaban en la puerta del área siendo despejados por los defensores.
Real Madrid ganaba en su visita a tierras catalanas y obligaba a los culés a tener que convertir un gol para poder gritar campeones en esta jornada. El escenario estaba armado para que solo un jugador pudiera cambiar el destino del partido, la muralla de color blanco y rojo solo podía ser destruida por una genialidad propia de un genio. A los 15 minutos del complemento la genialidad del día se hizo presente, Lionel Messi recibió en el borde del área, asistió a Pedro y al mismo tiempo buscó la devolución de la pared para definir entre las piernas de Godín haciendo inútil el esfuerzo del arquero. Me olvidaba, todo esto en tan solo unos metros. Messi adelantó a los catalanes con una jugada Messiánica y le dio la tranquilidad que necesitaba el equipo para transcurrir los últimos minutos del partido sin sufrir sobresaltos
Barcelona gritó campeón aún con una fecha por disputarse. El equipo de Luis Enrique comenzó la remontada luego de aquel 4 de enero en el que ni el más optimista se animaba a presagiar semejante futuro. Luego de la derrota en Anoeta llegó una victoria ante el Atlético de Madrid, ese partido fue el inicio de algo grande y casualmente una rueda después y ante el mismo rival los blaugranas cosecharon esos frutos. La mano de Luis Enrique potenció las individualidades desde las cuales Barcelona se hizo fuerte, recuperó el nivel de algunos jugadores que parecían estar cumpliendo un ciclo y mejoró aspectos tácticos que lograron una levantada notoria. Las manos de Claudio Bravo, la solidez defensiva de Piqué y Mascherano, el gran nivel demostrado por Dani Alves, son la columna vertebral de este equipo, pero por encima de todo esto, el tridente ofensivo. La simbiosis demostrada por los sudamericanos dentro y fuera de la cancha son el principal factor por el cual hoy en Barcelona se festeja. Y claro, el astro, el genio, el diez, de la mano de Messi Barcelona es campeón.
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