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Las mismas escenas

Huracán igualó 1-1 ante Universitario de Sucre. Ábila produjo las mejores acciones, aunque el equipo volvió a depender en demasía de él. Acumula cuatro empates en misma cantidad de partidos.





Inmerso en uno de los grupos más equitativos de la Copa Libertadores, Huracán ha igualado los cuatro encuentros que disputó. Aún sigue con vida, partiendo de que ninguno de los equipos de la zona ha podido dar un salto. Igualmente, no pudo imponerse en los dos partidos que jugó como local y estará obligado a ganar en las fechas que restan. Ante Universitario en el Tomás Ducó, el equipo de Apuzzo dominó pero no doblegó a su rival.

Los encuentros del conjunto de Parque Patricios han seguido un mismo trazo. Enfrentó equipos que replegaron sus líneas al actuar como local y, fuera de casa, cedió la iniciativa para retrasarse. El entrenador volvió a plantear en el campo un 4-2-3-1 ya característico en su juego colectivo, aunque le costó poder romper el esquema defensivo del conjunto boliviano.

El trabajo realizado por Universitario al ocupar los espacios en campo propio hizo que Huracán careciese de profundidad. Más allá de tener la posesión del balón, se le hizo imposible encontrar a Romero Gamarra y Toranzo con ventaja. La escuadra visitante obturó los carriles centrales y no permitió que Vismara o Villarruel filtren un balón. De esa manera, la búsqueda principal fue la fórmula más repetitiva del Globo en el semestre, el envío largo a su centro delantero.

Toranzo intentó caer sobre el costado derecho para generar superioridad junto a Puch y Mancinelli. Lograron algunas buenas sociedades que rápidamente se diluyeron al no poder lanzar un último pase de calidad. Villarruel intentó lo mismo sobre la izquierda, pero Echeverría (central reconvertido a lateral) nunca se desdobló con criterio por la banda. Era Ábila quién producía las mejores acciones del equipo, por su capacidad de desmarque y de soltar el balón para los llegadores. Incluso, Wanchope supo generarse sus propios espacios para recibir y rematar.

En un balón largo desde el centro del campo de Vismara, Ábila orientó la jugada al controlar con el pecho y sentenció al definir. Así abrió un partido que parecía cerrarse a cada tramo que pasaba. No obstante, inmediatamente logró Universitario igualar, en su único ataque profundo. Suárez, de una labor encomiable al ayudar constantemente en defensa y llegar al área contraria, recibió en tres cuartos, cedió el balón y atacó el espacio. Luego, convirtió tras una gran asistencia del español De la Cuesta.

Vismara creció en el complemento, con su claridad en salida de balón. Puch cambió de banda al ingresar Torassa, pero no tuvo más que decidir en inferioridad al no contar con el apoyo de Echeverría. Apuzzo decidió quitar al marcador de punta e hizo ingresar a Montenegro. Más tarde, sería el turno de Borghello. Huracán finalizó con casi todos sus hombres ofensivos en el campo, aunque no pudo obtener la victoria. Dos jugadas calcadas, en las que Vismara habilitó y Romero Gamarra quedó de cara, fueron desperdiciadas.

Recibirá en la próxima jornada a Cruzeiro y luego deberá visitar Venezuela para cerrar el grupo ante Mineros. Aún no perdió y sigue con chances, pero le esperan dos juegos de una consideración vital para llegar a octavos de final. Mientras tanto, las imágenes se suceden. Ante una circulación lenta de balón, Huracán depende de Ábila. Y esa característica es cada día más repetitiva en su juego.

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