Sufrida victoria de Barcelona ante Valencia. Los culés
ganaron por 2 a 0 y mantienen la cima de la clasificación de la Liga de España.
Los goles de Suárez y Messi en el primer y último minuto del partido sentenciaron
al equipo visitante que logró someter a los blaugranas durante muchos minutos
del partido.
Barcelona recibió a Valencia en el estadio Camp Nou ante la
mirada de más de 92.000 espectadores que se acercaron al encuentro, recordemos
que Luis Enrique en la previa del partido había pedido el apoyo masivo de los
aficionados para ayudar a su equipo en un partido que se mostraba complicado.
Los locales llegaron al encuentro con menos de 72 horas de descanso tras una
trabajada victoria en París por Cuartos de Final de Champions League, ante este
panorama las rotaciones del entrenador no se hicieron esperar. El regreso de
Dani Alves, la inclusión de Adriano en el lateral izquierdo y la presencia de
Mascherano y Busquets de forma simultánea en el mediocampo fueron las piezas
tocadas en el equipo local. En frente
Valencia, que llegaba al Camp Nou arrastrando una racha sin perder desde el
mes de febrero.
Antes de que todos los hinchas se acomoden en sus asientos,
Barcelona consiguió abrir el marcador por medio de Luis Suárez, el uruguayo
completo de esta manera una semana espectacular sumado a su doblete en París.
Cuatro pases antes del gol, Mascherano, Xavi, Busquets y Messi, alcanzaron para
poner a correr hacia atrás a la visita y hacia adelante a los delanteros, el
resultado cada vez que sucede esto es demoledor. Todo gol tempranero, de esos llamados ‘goles
desde el vestuario’, trae como consecuencia movimientos en los cimientos que
cada equipo había delineado para el partido, sin embargo esta vez fue la
excepción. Valencia pareció no acusar el
golpe de recibir un gol al minuto de juego y continuó apostando a la misma idea
con la cual llegaron a Barcelona, presión alta para incomodar la salida del
rival, interiores bien cerrados formando un muro junto al mediocentro, extremos
cruzando la línea de la pelota para unirse con los laterales, un combo de
movimientos que incomodaron a los culés tanto en fase ofensiva como defensiva.
Tan incómodos se sentían los blaugranas que luego del gol
cedieron todas las iniciativas a la visita, los dirigidos por Nuno Santo
tuvieron la posibilidad de emparejar el encuentro, pero la ineficacia de cara al gol sumado a la
presencia de Claudio Bravo en el arco lo impidieron. Destacado aparte para el arquero chileno,
quien contuvo un penal pateado por Dani Parejo a nueve minutos de comenzado el
partido. En diez minutos de juego Valencia sufrió dos adversidades importantes,
el gol de Suárez al minuto de juego y el penal atajado por Bravo, pero nada de
esto impidió que el dominio del juego sea todo para la visita. Con el correr de
los minutos del primer tiempo se repitieron las jugadas de gol en el arco del
chileno, el mereciómetro no se correspondió con el resultado, fútbol en estado
puro.
El sometimiento que sufrió el equipo de Luis Enrique en los
primero 45 minutos hacía suponer que los cambios no se harían esperar en el complemento.
Busquets y Mascherano en el mediocampo y de forma simultánea no parece
encajar, para juntarlos Sergio debe
correrse hacia el interior derecho lo cual termina acotando su visión del campo
de juego, a priori no parecen ser compatibles al menos desde el arranque de un
partido, otra cosa es cuando se juntan para cerrar un partido que ya se
encuentra encaminado, como por ejemplo el pasado miércoles contra Paris Saint
Germain.
Rakitic ingresó en lugar de Adriano, un cambio que retocó
varias piezas en el equipo. Mascherano volvió a la zaga central de la defensa
junto a Piqué, Mathieu se desplazó hacia el lateral izquierdo en lugar del
sustituido Adriano y Busquets fue a ocupar la posición que mejor le sienta, la
de mediocentro. El ingreso del croata puede tranquilamente ser un ejemplo de
cómo el juego es indisoluble y no puede ser dividido en partes diferentes. Un
solo cambio produjo resultados en todas las líneas del equipo, Rakitic como
interior derecho desplazo a Busquets a su zona de confort, a su vez fue un
auxilio para Dani Alves el cual dejó de sentirse vulnerable ante cada ataque de
Valencia, lo cual trajo aparejado que Piqué no deba relevar constantemente la
espalda del lateral brasileño. Un cambio que ordenó a todo el equipo.
Los retoques realizados por Luis Enrique frenaron el envión
que tenían los visitantes en el primer tiempo, sumado a una merma física que se
podía suponer dado el desgaste realizado por los jugadores durante 45 minutos.
Valencia retrocedió en el terreno de juego y dejó de presionar en todas las
salidas, con los once jugadores detrás de la línea de la pelota confiaron en
encontrar mal parado en una transición a los culés para empatar el partido,
algo que pudiera haber sucedido en algún que otro contra ataque, pero
nuevamente la figura de Bravo lo impidió. Con lo visitantes totalmente jugados
al ataque, Neymar habilitó a Messi quien recorrió los 50 metros que separan la
mitad de la cancha con el arco contrario y pese a una fallida definición logró
dar por cerrado el marcador. Gol número 400 para el argentino en su carrera
blaugrana.
Barcelona blindó la cima de la clasificación y encara la
recta final de la Liga con cuatro puntos de ventaja sobre Real Madrid. Aún
todo está abierto y la definición parece que va a ser apasionante.
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