Por la 5ta fecha del Grupo 5 de la Copa Libertadores 2015, Boca venció, como visitante, a Montevideo Wanderers. Con goles de Calleri en dos oportunidades y Monzón, el conjunto argentino, con un mix de titulares y suplentes, dejó en claro que es serio candidato para quedarse con el torneo continental.
Que lejos quedaron aquellos malos momentos del 2014. La salida de Riquelme, el despido de Carlos Bianchi -ambos ídolos de la institución-, los malos resultados. Era un pozo del que parecía muy difícil salir. Llegó Arruabarrena, consiguió levantar el ánimo del plantel y el juego, además de sacar varios puntos. Parecía que el barco se había vuelto a enderezar, pero faltaba pasar un escollo muy grande.
Semifinales de Copa Sudamericana, el destino decidía que se dispute entre Boca y River. El equipo de Gallardo doblegó al de Arruabarrena, y luego se coronaría campeón del certamen. Fue un trago amargo muy difícil de digerir. En Boca se presagiaban dos posibilidades, el debacle total tras el duro golpe, o el resurgimiento. Y, por ahora, esto último sucedió.
Este 2015 está siendo redondo para Boca en todos los sentidos. El buen juego, que aún no ha llegado a su punto máximo, es acompañado de resultados positivos. Invicto y líder en ambas competiciones, torneo local y Copa Libertadores, el xeneize ha conseguido despertar ilusiones que sus hinchas ni se acordaban que existían. La idea de juego es clara, y cada vez sus intérpretes la asimilan mejor. La premisa es tener la pelota y atacar, algunas veces siendo más directo, y otras más paciente, haciendo circular la pelota sin prisa con el fin de crear los espacios.
También, al tener un plantel tan amplio, la misma puede variar. Sin ir más lejos, ayer, frente al equipo uruguayo, Boca varió su juego en distintos pasajes del partido. A pesar de ser un equipo al que le gusta proponer y dominar, también es uno de los más peligrosos cuando opta por el repliegue y la salida rápida. El segundo gol de ayer, en el que Chávez escapó por izquierda y tocó al medio para que Calleri definiese por el centro, es un ejemplo ilustrativo de esto.
La otra cara muy positiva que tiene este Boca modelo 2015 es la de su rotación. Con más de 30 profesionales, que en su mayoría serían titulares en cualquier otro club, el equipo del Vasco rota constantemente sus jugadores y, aun así, gana. Esto habla del buen clima que se vive en la institución, ya que a cualquiera que le toque desempeñarse cumple con creces.
Monzón, quien venía con un nivel muy por debajo de sus cualidades, metió un gol y cerró una buena actuación. Orión, acechado por los buenos rendimientos de Guillermo Sara, no quiso ser menos y tuvo excelentes intervenciones. Burdisso, quien hasta hace poco menos de dos meses parecía totalmente relegado, se desempeñó muy bien cuando le tocó entrar.
Es cierto que aún falta mucho y Boca no ha ganado absolutamente nada. En ocasiones, los resultados no terminan reflejando en absoluto lo merecido adentro del terreno, y esa es una posibilidad que se debe barajar. Sin embargo, si eso llegase a ocurrir, no se debe tirar todo por la borda. Hay que valorar y reconocer lo hecho hasta aquí, que no es poco. Boca, sigue derecho.
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