Real Madrid había perdido en su visita a Bilbao. Los culés sabían que la victoria era la única opción posible para dar vuelta una liga que hasta hace poco tiempo parecía muy lejana. Si solo nos quedamos con el resultado el equipo no decepcionó, seis goles que aseguraron los tres puntos para volver a estar en la cima de la clasificación, si además al análisis le agregamos el rendimiento tenemos que mencionar casi dos partidos diferentes dentro de los 90 minutos.
El partido comenzó disputado desde la posesión, los visitantes desde el primer minuto demostraron que no viajaron para tomar un papel secundario. Disputar la tenencia de la pelota y presionar constantemente en campo contrario fueron las armas que el Rayo Vallecano trasladó hasta el Camp Nou para incomodar a los locales. Tal y como había sucedido frente al Granada los culés en el inicio del partido se adelantaron en el marcador, un pase filtrado por Xavi fue aprovechado por Luis Suárez que definió de tres dedos ante la salida del arquero.
Suele suceder que los equipos al recibir un gol tempranero cambian en cuanto a la manera de afrontar el partido, un gol a cinco minutos del inicio puede (o no) condicionar los 85 minutos restantes, este no fue el caso para los dirigidos por Paco Jémez. Cuando todo hacía suponer que los siguientes goles estaban al caer, el Rayo no modificó el libreto con el cual habían llegado hasta ahí. La presión a la salida rival le trajo serios problemas al local, errores en el manejo de la pelota y algunos desajustes defensivos complicaron un primer tiempo que terminó con la mínima ventaja. La sensación de la primera parte fue que cuando Barcelona pudiera saltar la primera línea de presión del rival los goles caerían solos.
El segundo tiempo comenzó de la misma manera que había empezado el primero. Los locales golpearon desde el inicio y a los tres minutos tras un córner, Gerard Piqué aprovechó un rebote para empujar de cara hacia el arco. Tal y como había sucedido en la primera parte, luego del gol la visita se mantuvo fiel a su estilo, pese a encontrarse dos goles abajo desde el juego la diferencia no había sido tal, por ende tenía razones de sobra para no salirse de su camino.
A los diez minutos del complemento se produjo el quiebre del partido. Una infantil falta en el área de Roberto Román 'Tito' dejó a su equipo con un jugador menos y con un penal en contra que Messi cambió por gol, no antes de haber fallado en un primer intento que el árbitro invalido al haber existido invasión. El desarrollo cambió por completo, solo se necesitaron 12 minutos para que nuevamente Messi en dos ocasiones pusiera el marcador 5 - 0. Con sus tres goles el argentino alcanzó a Cristiano Ronaldo en la tabla de goleadores, ambos con 30.
En los últimos minutos llegaron los goles que pusieron la cifra definitiva al encuentro. Primero Bueno descontó para la visita tras un penal cometido por Dani Alves que vio la tarjeta roja. Luego Luis Suárez cerró el definitivo 6 a 1 convirtiendo en gol una excelente asistencia de Leo Messi. Dos partidos diferentes dentro de los 90 minutos, hasta el 2 a 0 el resultado se justificaba con dos jugadas aisladas que permitieron adelantarse en el marcador y abrir el camino, luego de la expulsión de Tito el desarrollo le fue totalmente favorable a Barcelona y una ráfaga del diez, que no había tenido mucha participación hasta el momento, sentenciaron los tres puntos que ubica a los catalanes por encima de todos en la tabla de posiciones.
En la próxima fecha Barcelona visitará al Eibar, sin la presencia de Alves por la expulsión y con Mascherano con cuatro amarillas, sumado a la incertidumbre de si Busquets llegará con su recuperación, Luis Enrique deberá decidir si arriesgar o no al Jefecito en el partido previo al clásico contra Real Madrid.
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