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Déjà vu, esto ya sucedió

River visitó a Juan Aurich por la fecha 3 de la Copa Libertadores 2015. El partido terminó empatado 1 a 1. Álvarez Balanta adelantó a la visita en el primer tiempo, Rengifo igualó para los locales en la segunda parte. Los millonarios no consiguen sumar de a tres y continúan últimos en el Grupo 6.


El partido se disputó sobre una superficie que levantó todo tipo de críticas en la previa del partido, una cancha de césped sintético que no fue cambiado en los últimos ocho años y que a priori parecía beneficiar al equipo peruano. Los primeros minutos fueron de adaptación, no solo para el equipo argentino sino también para los peruanos, quienes no parecían estar acostumbrados al terreno

River se acomodó rápidamente al partido, entendiendo que el juego vertiginoso no era el camino adecuado para doblegar la defensa rival. En base a un juego pausado y de toques comenzaron a aparecer las primeras ocasiones de gol, Pisculichi de afuera del área y Mora minutos después probaron los reflejos del arquero Pedro Gallese, quien con sus muy buenas atajadas mantuvo a Juan Aurich dentro del partido en esos minutos iniciales.

La pelota parada le dio la posibilidad a River de adelantarse en el marcador, Pisculichi ejecutó, Maidana la bajó y Balanta cabeceó con destino a la red. Con la desventaja en el marcador los locales tuvieron la necesidad de salir a buscar el gol que los devuelva al partido, esto generó un espacio en el terreno a espalda de los mediocampistas peruanos que fue aprovechado en cada transición conducida por los delanteros riverplatenses, sin embargo la falta de precisión en los últimos metros no permitió que el marcador se extendiera. La superioridad individual y colectiva de River fue notoria en los primeros 45 minutos, el 1 a 0 terminó siendo un resultado corto que mantuvo a los locales con la posibilidad de revertir la situación. 

El complemento arrancó totalmente distinto para River, en la primera parte Kranevitter y compañía detuvieron cada avance de los rivales ni bien intentaron superar la mitad de la cancha, las líneas estuvieron juntas y la presión era efectiva robando la pelota en cuestión de segundos, a diferencia, en el segundo tiempo los robos de pelota en campo contrario fueron cada vez menos frecuentes, la distancia entre delanteros y mediocampistas fue tan grande que le costó hilvanar una jugada a base de pases en toda la segunda parte. 

Los cambios en el desarrollo del partido tuvieron sus consecuencias, sobre todo cuando Juan Aurich encontró a River mal posicionado en una transición defensiva que le terminó costando un gol, Rengifo definió ante la salida de Barovero que nada pudo hacer ante el remate. Tras el gol los cambios de Marcelo Gallardo no se hicieron esperar, Camilo Mayada y el Pity Martínez, quien volvió tras semanas de inactividad, ingresaron juntos con la intención de darle nuevamente ritmo al juego de River. Mayada venía siendo una rueda de auxilio para el muñeco en los últimos partidos, a un equipo carente de desequilibrio individual y de gambeta el uruguayo lo revolucionaba ante cada ingreso a la cancha. Esta vez no fue la excepción, aunque el poco tiempo que estuvo en el terreno no permitió que la diferencia que marcó con su ingreso se traduzca en el resultado. 

El partido concluyó empatado, los últimos minutos fueron para cualquiera, si bien River pudo haberse llevado los tres puntos, sobre el final alguna conducción de Tejada pudo haber dejado al millonario con las manos vacías. La falta de precisión a la hora de definir en los primeros 45 minutos y la total desconexión entre las líneas en el complemento hicieron que River dejase en el camino dos puntos que solo el destino evaluará su importancia.

El juego demostrado por River fue el mismo que se vio a lo largo del 2015 y nuevamente le empataron un partido que venía ganando. El nivel de algunos jugadores en considerablemente más bajo que en el semestre pasado lo que repercute en un funcionamiento deficiente tanto a la hora de atacar como a la hora de defender. Cuando el equipo ataca mal el comportamiento defensivo termina siendo igual de mal, las jugadas de gol parece encontrárselas o llegar a ellas solo por un desequilibrio individual y las rotaciones poco sirven si el equipo no sabe cómo y a qué jugar. 

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