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Cambio de actitud y goleada

Mostrando mucho carácter al dar vuelta un partido con creces en la segunda mitad, Boca superó como visitante al Zamora de Venezuela por 5 a 1 y alcanzó el puntaje ideal luego de cuatro encuentros disputados. Murillo, de lo mejor de los locales, había puesto en ventaja al conjunto de Venezuela, mientras que Martínez en dos oportunidades, Colazo también en dos ocasiones y Chávez fueron los autores de los goles del xeneize.

Además de la lógica responsabilidad que conlleva un partido de Copa Libertadores, éste sería un desafío especial para los de Arruabarrena: sin Gago y Lodeiro, los sustentos en el juego del conjunto argentino, Boca se encontraba ante la necesidad de demostrar que, sin sus dos mejores jugadores, también puede ser un equipo competitivo.

Quien mira el diario del día después y lee el resultado final, pensará que Boca fue a pasear a Venezuela y que, de paso, jugó un partido de fútbol. Pero no fue tan así. En la primera mitad, el xeneize la pasó realmente mal. En ese período salteó demasiado el mediocampo y tiró mucho pelotazo. Con la pelota, al no tener un jugador cuya característica principal sea el manejo de la misma, se lo vio muy impreciso y poco conexo. Calleri, de lo mejor del partido, quedaba muy lejos del resto del equipo, por lo que el área del Zamora fue territorio ignoto para Boca en los primeros cuarenta y cinco.

Zamora, que necesitaba ganar, aprovechó esa floja versión de su rival para intentar proponer algo más de lo que venía demostrando. Y lo logró. Por los costados, sobre todo por el derecho, le hizo mucho daño a Boca: Monzón era superado constantemente por Murillo, y además, el lateral derecho, Farías, también se acoplaba al ataque y a Carrizo le costaba mucho retroceder para seguirlo.

Ya en la segunda mitad, con el resultado en contra, Arruabarrena no tardó e hizo cambios que resultaron determinantes: Colazo por Monzón y Castellani, quien tuvo sus primeros minutos en este 2015, por Cristaldo. De arranque, la predisposición de Boca fue otra. Se paró en campo rival, mandó a sus laterales al ataque, manejó la pelota y los tiempos y no sufrió en defensa. Con la rápida revertida del marcador, tras los goles de Martínez y Colazo, el equipo de Venezuela sintió que su utopía se acababa, sobre todo cuando su capitán, Arles Flores, se fue expulsado.

Porque sin aptitudes, cualidades, todo se hace muy difícil. Pero también es cierto que las mismas deben ir acompañadas de actitud, ganas para jugar, mostrarse, correr cuando hay que hacerlo. Y sobre todo esto último fue lo que cambió en Boca en la segunda mitad, porque del otro lado había un rival muy tibio que sólo se había aprovechado del flojo desempeño del equipo argentino en la primera etapa. Para remarcar también son los atinados cambios que realizó el DT, Arruabarrena. Colazo, además de su aporte con dos goles, erradicó los problemas que por ese sector había sufrido el xeneize. Chávez cumplió con un gol y Castellani, quien sabía que esa sería su última oportunidad, se bancó el contexto del partido, se mostró siempre y le dio el manejo de la pelota que era menester para Boca en ese momento.

Sin sus mayores figuras, aunque con un equipo 'B' que es cierto que tiene integrantes que serían titulares en cualquier otro equipo de Argentina, Boca superó la prueba de Venezuela. Volvió a golear, esta vez por 5 a 1, dio una importante muestra de carácter al cambiar totalmente para bien de un tiempo a otro y alcanzó los 12 puntos en 4 partidos jugados. Boca, a un paso más de la clasificación.

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