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Un cambio de posición

Volvió la Champions League con un empate 1-1 entre Paris Saint Germain y Chelsea en la capital de Francia. Goles de Ivanovic y Cavani para un marcador que dejó una mínima ventaja a los ingleses por la regla del gol de visitante. A los londineses los clasifica el empate sin goles en Stamford Bridge, mientras que el PSG tiene que anotar mínimo un gol para avanzar en caso de victoria o forzar la prórroga si se repite el resultado de hoy. El cambio de posición de Cavani fue vital para que el PSG estuviese muy cerca de llevarse una ventaja que podía haber sido clave de cara a la vuelta.


El conjunto local saltó al terreno de juego con la novedad de David Luiz como mediocentro posicional (origen con Rafa Benítez en Chelsea), Verratti y Matudi como interiores dentro del 4-3-3 que mutaba a un 4-5-1 en repliegue, que dibujó una mitad del campo en forma de medialuna con los extremos Cavani y Lavezzi pegados a la línea de cal. El brasileño realizó una buena tarea, siempre concentrado. Incrustándose, por momentos, entre centrales y aportando su físico e intensidad y su juego aéreo en ambas áreas en cada balón parado.

Chelsea vs PSG - Football tactics and formations
Formaciones iniciales
Los pupilos de Mourinho se asentaron en un 4-2-3-1 con la dupla Ramires-Matic en la medular y Cesc como mediapunta. El retroceso formaba un 4-4-1-1 con Cesc como enganche a una posible contra y Costa en punta. Matic se descolgaba en jugadas aisladas y presionaba a Verratti. Tanto Fábregas como el italiano buscaron iniciar jugada entre Matic y Ramires y David Luiz y Matuidi, respectivamente.

En la primera parte ninguno asumía riesgos en la entrega, todo era horizontal y con mucho orden. En los saques de puerta de Courtois, el destino era la búsqueda por alto de Ivanovic ante Matuidi, algo que no generó ventajas. Ante la imposibilidad de hallar un pase entre líneas, ambos elencos buscaron balones largos hacia su delantero centro para hallar una segunda jugada o un pivoteo que nunca se produjo.

Mantener la posesión era la tónica del encuentro. Extrema timidez y una cohibida presión del equipo local, que en teoría, necesitaba la victoria para el partido de vuelta. Demasiada acumulación de jugadores por carriles centrales. El miedo al fallo ante tanta calidad del rival, generaba el constante pase atrás, que evitaba las transiciones precisas del contrincante. Respeto mutuo y un ataque organizado muy estático debido a la poca movilidad y a los escasos espacios y metros que brindaba cada equipo. Ibrahimovic y Costa continuaron esperando el esférico post robo para generar una transición ofensiva que pocas veces se hizo presente en el Parc des Princes.

Cabe destacar las dos reacciones a puro reflejo de Courtois ante los cabezazos de Matudi e Ibrahimovic en la misma jugada y minutos después, tras un córner ejecutado por Lavezzi, ante Cavani. A diez minutos del final del primer tiempo, una jugada hilada por tres de los cuatro componentes de la zaga londinense acabó con el balón en la red. Terry centró raso, Cahill prolongó de taco e Ivanovic cambió la trayectoria del esférico ante un Sirigu que nada podía hacer. Era el merecido 0-1 ante tanto conservadurismo de Blanc quien le quitó toda libertad a Verratti. El volante italiano estuvo demasiado relegado a tareas defensivas. Sin él no se baten líneas, no se generan ventajas con la tenencia del balón y el juego carece de verticalidad. Otra vez como frente a España en la última Eurocopa o contra el Chelsea en la vuelta de cuartos de final de la edición pasada, el ex jugador francés no eligió un posible camino correcto, al menos con una presión más adelantada para que el Chelsea no se sintiera tan cómodo ni fuera creciera de forma gradual con el correr de los minutos.

En el segundo acto, Laurent Blanc corrigió una situación y cambió el partido a su favor con su decisión. Cambió de posición a Cavani, de extremo a delantero centro. El uruguayo muy sacrificado en defensa e incluso con participación en la elaboración en los primeros 45 minutos, se sintió como pez en el agua recordando su pasado en el Napoli. Cuando los triángulos defensivos estaban siendo excelsos, con Ramires-Willian-Ivanovic por derecha y Matic-Hazard-Azplicueta por izquierda; Matuidi apareció en el encuentro para comerse todo el flanco desde donde llegó el gol y se generó la mayoría de ocasiones de gol para el PSG. Él centró tras pase de Maxwell, y Cavani envió a la red su cabezazo que significaba las tablas ante una defensa pasiva (el uruguayo remató entre Ivanovic, Cahill, Matic, Terry y Azpilicueta, más atentos del balón que del delantero). Un empate que no era producto de ataques continuos pero sí de una mejoría en el juego local debido al peligro, atención y al trabajo que generaba Cavani.

Cavani empató la contienda
Matuidi siguió creciendo y tras un robo, Ibrahimovic hizo lucir al portero belga y en el rebote, Azpilicueta salvó debajo del arco ante el disparo de Lavezzi desde la frontal. Gran segundo tiempo de un Matuidi que generó todo y más en la espalda de Ramires. Chelsea estaba grogui a punto de recibir el golpe final. Sin espacios ni posibilidades de salir al contragolpe, David Luiz se comió literalmente a Cesc y Thiago Silva a Costa. Mientras ambos extremos estaban pendientes de forma constante de las subidas de los laterales del club francés.

Van der Wiel y Maxwell se proyectaban una y otra vez y el equipo de Mourinho estaba cada vez más embotellado en su campo. Verratti comenzó a ser Verratti y para más inri, Pastore ingresó y se ubicó en ese sector izquierdo del ataque parisino que estaba siendo una pesadilla para el Chelsea. Otro ataque por esa zona fue el de Cavani, quien definió de puntera ante un rápido achique de Courtois y el balón se perdió a escasos centímetros de la portería.


PSG vs Chelsea - Football tactics and formations
Así acabaron
A estas alturas la verticalidad se potenciaba y Courtois tuvo que intervenir otra vez, ante otro cabezazo (el cuarto del encuentro y el segundo de Ibra), tras otro centro medido (esta vez desde las botas de un muy activo Maxwell) desde el famoso sector izquierdo. Tras ese córner se acabó un partido que de ser un combate de boxeo se hubiesen llevado los locales por puntos. Destacar la infantil infracción de Ramires dentro del área y sin balón ante Pastore que no fue señalada por el árbitro turco, Cuneyt Çakir.

En la sala de prensa, José Mourinho comentó que su rival ha estado más cerca de ganar, que ha pasado de tener la sensación de superioridad en el primer acto a ser inferior en el segundo debido a la presión y que el jugador tiende a relajarse tras convertir un gol tan importante como lo es, el gol de visitante. Son direcciones momentáneas que toma un partido fuera del control del entrenador.

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