Eran los comienzos del Siglo XX. El Imperio Otomano,
dominador absoluto de la zona conocida como Oriente Próximo (que abarca a Arabia
Saudí, Bahréin, Chipre, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Israel, Palestina, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Siria, Turquía, Yemen y Egipto), reclutaba
hombres de tierras vecinas para adiestrarlos en su ejército y mandarlos a las
distintas luchas que se tenían en la época por el poder. Debido a eso, muchos
de los posibles infortunados optaron por abandonar sus vidas en terrenos
conocidos y lanzarse a una aventura del otro lado del mundo, con la esperanza
de poder sobrevivir, aunque sin saber exactamente con que se iban a encontrar.
Así fue como una oleada palestinos decidió huir de su suelo natal sin un rumbo
predeterminado.
Luego de la Primera Guerra Mundial, muchos europeos
emigraron hacia América. Los palestinos, esta vez, sí sabían a donde se
dirigían: Chile. Allí, vigente hasta el día de hoy, se formó la comunidad
Palestina más grande del mundo fuera de lo que es Asia. En ese entonces, se solían celebrar olimpiadas atléticas
entre los emigrantes extranjeros: españoles, italianos y demás europeos. Los palestinos,
al notar esto, y al reconocerse ellos mismos como una gran comunidad de la
misma etnia, decidieron participar de las mismas. Pero para esto último debían
representar algo; una entidad, algo con lo que pudieran identificarse y
diferenciarse del resto. De esa manera, el 20 de agosto de 1920 en la ciudad de
Osorno, y de la mano de los inmigrantes palestinos, se fundó el Club Deportivo
Palestino.
La camiseta de la polémica. |
Sin destacadas actuaciones en sus primeras décadas de vida,
más que militar en el fútbol amateur de Chile, en 1952 se postularían para
participar en la nueva categoría que se implementaría en el fútbol chileno: la
Segunda División. Sin conformarse con esto, Palestino cumplió su primera
temporada en el segundo escalón con creces, y se coronó campeón de la categoría
al superar al Rangers por 4 a 2, lo que significó su ascenso a la máxima
división.
Repleto de figuras, el club se consagró campeón de Primera
en 1955. Luego, sufrió un descenso en el 1979, pero volvió a la élite dos años
más tarde. A partir de ese entonces afrontaría la mejor década de su
historia, ya que consiguió coronarse en la Copa Chile en el 1975 y 1977. Además
de ganar nuevamente lo que sería su segundo y último título de la Primera
División, con aquél mítico equipo del 78’. Ese conjunto, lejos de la
conformidad, logró la hazaña de meterse en Semifinales de la Copa Libertadores
del 1979, lo que también sería la mejor actuación de Palestino en esa
competición, récord vigente hasta el día de hoy.
Sólo un bache más padecería el club antes de llegar a este
presente que lo tiene como uno de los equipos reveladores de Sudamérica. Fue en
el año 1988, en medio de cambios dirigenciales en la institución, cuando el
Palestino volvió a descender, aunque retornó al lugar que le corresponde sólo
un año después.
Pero más allá de la historia a grandes rasgos que hasta aquí
hemos repasado, que no difiere demasiado con la de cualquier otro equipo de
fútbol, el Palestino es más que un club meramente deportivo: Los colores de su escudo, los mismos que lleva en sus
uniformes, son los de la bandera que representa a Palestina; sus jugadores, una
vez que se adentran en lo que significa el club, adquieren una empatía
especial; su peso simbólico y emocional, lo generan pocos equipos del mundo.
Uno de los hechos más relevantes fue el del 2014. Ese año,
el equipo estrenó una camiseta que, en el número de los dorsales, reemplazaba
al tradicional uno por el del mapa del territorio prometido por la ONU a
Palestina en 1946, algo que nunca se cumplió y que conllevó a luchas y matanzas
terroríficas. Tan alto fue el grado de mediatización que cobró esta
demostración del club que, debido a quejas de Israel, la Asociación Nacional de
Fútbol Profesional de Chile tuvo que prohibir el uso de dicha remera, que sólo
duró tres partidos. Otro de los condimentos más significativos es la publicidad
que lleva en el frente de su camiseta el club: ‘Bank Of Palestine’. Lo más
curioso en este caso, y que es algo que describe a la perfección el mutuo compromiso que se siente en ambas partes, es que en Chile no hay sucursales de dicho banco,
aunque la idea es abrir una en el futuro inmediato.
El sentimiento es recíproco: de cara al debut del equipo que
en la actualidad dirige el argentino Pablo Guede, el presidente de la Autoridad
Nacional Palestina, Mahmud Abás, contó que en Palestina se vivía con mucha ansiedad y
expectativa el desempeño del equipo que, para ellos, los representa en una
cancha de fútbol a pesar de encontrarse a más de trece mil kilómetros de
distancia.
Hoy, la felicidad que se vive en los alrededores del club es
plena. Recientemente han logrado superar al histórico Nacional de Uruguay y
conseguir la clasificación a la Copa Libertadores, en la que se enfrentarán,
por ejemplo, a Boca Juniors, segundo equipo que más veces conquisto el certamen, el primero es Independiente. También se encuentran en la final de la Copa Chile, en la que deberán enfrentar a la Universidad de Concepción. Pero más allá de eso, han sorprendido muy gratamente por su estilo de juego: a
pesar de tener jugadores jóvenes y desconocidos para la mayoría de los
futboleros, el Palestino prioriza el buen trato de la pelota, busca tomar el
protagonismo del partido siempre y no renuncia a su filosofía en la adversidad.
Más que nunca, este año, la comunidad Palestina verá como su equipo defiende
los colores de la comunidad contra los grandes de América. Porque el Club
Deportivo Palestino, además de representar a Chile, es la bandera simbólica de
estos asiáticos que luchan por el reconocimiento de su soberanía.
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