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Una fiesta de colorido y talento

Guinea Ecuatorial abre las puertas para la máxima competición africana de selecciones. La urgencia del cambio de sede por la negativa de Marruecos a organizar el torneo no parece empañar la gran fiesta continental que afronta su trigésima edición.


Colorido, ruido, música, danzas y el típico calor africano serán parte integrante del escenario de un certamen tan particular como apasionante que conjuga un abanico de estilos futbolísticos provenientes de distintas formas de entender el fútbol que, muy probablemente, tiene origen en los distintos países colonizadores que han pisado el suelo del continente africano.


Tampoco faltarán figuras de gran calibre como los marfileños Yaya Touré, Gervinho o Wilfried Bony, el maliense Seydou Keyta, los argelinos Yacine Brahimi y Sofiane Feghouli, los cameruneses Stepháne M’Bia y Eric Choupo-Moting, el ghanés Asamoah Gyan, el gabonés Pierre-Emerick Aubameyang o los senegaleses Sadio Mané y Papiss Cisse entre otras figuras de renombre que se reúnen con otras de gran nivel pero sin tanta fama como Jonathan Pitroipa, Ibrahima Traoré, Youssuf Mulumbu, Yannick Bolasie, Serge Aurier, Vincent Aboubakar o Clinton N’Jie por citar algunos casos.

Guinea Ecuatorial, el improvisado anfitrión que debió organizar de apuro la fiesta que Marruecos deshecho por el temor al brote de ébola, surgido en el corazón mismo del continente que amenazó con propagarse rápidamente a nivel mundial, enfrentó en el partido inaugural a Congo (1-1) en un estadio de Bata que tuvo un marco impresionante de público con la acertada decisión de colocar las entradas a precios bastante accesibles.

Así larga la trigésima edición de un torneo que a lo largo de su historia ha visto pasar por los campos de juego a 38 naciones participantes y 14 campeones diferentes con Egipto, uno de los grandes ausentes a esta cita, como máximo galardonado con 7 títulos de campeón, entre ellos 3 consagraciones consecutivas entre 2006 y 2010. Nigeria, la última campeona y poseedora de 3 estrellas, Sudán, Etiopía y la desertora Marruecos serán las otras ausentes que figuran en el palmarés del torneo.

Si bien este es un torneo que ha entregado grandes sorpresas en sus 58 años de existencia, el gran presente futbolístico de Camerún y Argelia, las individualidades de Costa de Marfil y Ghana y el correcto nivel de Senegal, los colocan al frente de la lista de máximos aspirantes al título en Guinea Ecuatorial. Detrás, Túnez, que sin un gran rendimiento colectivo superó invicta las eliminatorias; Malí,  que sin brillo siempre consigue llegar lejos cuando participa de la Copa, y algunas selecciones que apuestan al juego ofensivo y al buen trato del balón como Sudáfrica, República Democrática del Congo, Zambia, Cabo Verde, Burkina Faso y Gabón, pelearán a brazo partido por subirse al grupo de los ocho clasificados a cuartos de final y, desde allí, conseguir los pasos necesarios para sorprender a los principales contendientes por el título.

Tanto el local como Congo y Guinea, parecen ser las cenicientas del torneo aunque no se puede descartar una sorpresa del calibre de la de 2012, cuando una ‘desconocida’ Zambia le arrebató el título a la poderosa Costa de Marfil de Didier Drogba y compañía para llevar al mundo las imágenes de inmensa alegría de un grupo de desconocidos jóvenes que se llevaron la Copa contra cualquier pronóstico previo.

Ajusten sus cinturones para vivir las permanentes emociones de un fútbol cada vez más cercano al corazón del espectador que cautiva desde todos los aspectos y promete una edición vibrante en un momento en que, tras la pobre actuación de sus representantes en Brasil 2014, el fútbol africano mira hacia horizontes más ofensivos en busca del crecimiento esperado para un continente que debe ordenarse tácticamente pero que cuenta con enorme capacidad física y sobrado talento individual como para llegar a codearse con las principales potencias futbolísticas del mundo.

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