Chelsea consiguió
doblegar a Everton en el final del partido y cosechó tres puntos más en su camino
hacia el ansiado título de Premier League. Un remate de Willian que se desvió
en Steven Naismith cuando transcurría el minuto 89 de juego marcó la diferencia.
Los pasos de un campeón no sólo cuentan con
grandes exhibiciones de fútbol y triunfos contundentes. El camino hacia el
campeonato tiene obstáculos que deben ser superados de una u otra manera.
Cuando el juego no alcanza y las condiciones para alcanzar el triunfo no
consiguen su máximo esplendor, la suerte puede ser cómplice de aquel que la
ayuda. Chelsea ganó con un golpe de fortuna pero también porque siempre buscó
la diferencia.
Desde el inicio mismo del encuentro, Chelsea se dispuso a
ganar el partido. Aún con dos de sus piezas fundamentales –Cesc Fábregas
regresando al banco de suplentes y Diego Costa suspendido- fuera del campo, el
equipo de José Mourinho entendió que éste partido era una prueba de carácter en el camino hacia el título. Y
así fue a buscar el triunfo por propias armas y ayudó con creces a ese golpe de
suerte que llegaría desde el botín izquierdo de Steven Naismith.
Poco a poco el equipo
local fue convirtiendo a Tim Howard en una figura rutilante en el
encuentro. Sin la potencia ofensiva que caracteriza a su juego, Chelsea llevó
preocupación al área del arquero norteamericano durante la mayor parte del
partido y lo obligó a revolcarse para desactivar un par de remates con
destino de gol. Los ‘Blues’ intentaron desde todos lados y la media distancia fue un recurso utilizado
con asiduidad y calidad.
Sin embargo, no fue todo color de rosa en el partido para
Chelsea. Quizás, la situación más clara de gol fue la que dispuso Romelu Lukaku
enfrente mismo de la portería que Petr Cech rechazó con el pie izquierdo en una
notable demostración de reflejos cuando promediaba el complemento. Y si la
primera mitad había sido muy favorable a Chelsea, el segundo tiempo entregó
mayor paridad hasta el cuarto de hora final.
Pero Mou decidió que había que arriesgar y colocó a Didier
Drogba y a Cesc Fábregas por Loïc Remy y
Juan Cuadrado. Los cambios, si bien no demuestran una clara intención ofensiva,
tuvieron el efecto deseado: renovar el ánimo y refrescar el cerebro del equipo.
Y Chelsea llevó el partido bien adentro del campo rival. Una falta de Gareth
Barry a Willian haría gran parte del resto.
Con poco tiempo por jugar, el ex mediocampista de Manchester
City, que había sido amonestado en la primera mitad y pudo ser expulsado antes,
derribó al activo brasilero desde atrás, se ganó la segunda amonestación y le
entregó a Chelsea la oportunidad que la suerte le pedía. Fábregas envió el
balón al área, Branislav Ivanovic la metió de cabeza a las proximidades del área menor generando un rechazo con los puños de Howard que Willian aprovechó para despachar un derechazo hacia la multitud que Naismith desvió con su pie y
colocó contra el palo izquierdo de su propia portería. La fortuna le guiñó el
ojo al más ambicioso y le entregó una ventaja indescontable a Chelsea.
No había tiempo para más en Stamford Bridge. Un Everton que
desaprovechó lo que pudo generar y que había sido superado a lo largo del
partido por el local, se terminó quedando sin nada cuando parecía que cerraba
el empate. Chelsea festejará largas horas esta victoria y anotará estos dos
puntos como fundamentales para el
recuento final. La suerte del campeón se ha hecho presente en Londres.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario