El temperamento del león español

La U.D.G se juega la permanencia en la Liga MX, y para ello cuenta en la media cancha con un guerrero trotamundos. Hablamos de Marc Crosas (Gerona, 1988) jugador surgido de La Masía que hoy por hoy vive el mejor momento de su carrera.

A últimas fechas en el globo, si se puede hablar de una escuela que ha marcado tendencia en cuanto a un fútbol asociativo y preciosista, en el que prima la posesión del balón; ha sido La Masía del Barcelona. Y es ahí en donde Marc Crosas ha dado sus primeros pasos tras la redonda. Logró debutar en el primer equipo en 2006, con 18 años apenas y en la posición en dónde la cantera ha otorgado sus mayores exponentes: la media cancha. 

El juvenil, no desprovisto de talento, tenía por delante suyo a dos monstruos mundiales como Andrés Iniesta y Xavi Hernández, por lo que su progresión no estaba del todo garantizada. Un año apenas duró en el primer equipo azulgrana antes de que otro grande fijara sus ojos en él. 

Una liga menos importante aparecía en el horizonte, un préstamo por un año al Olympique de Lyon, en un equipo donde hipotéticamente tendría más posibilidades. Sin embargo contó con pocas posibilidades y Marc tampoco pudo hacerse de un puesto. 

De nuevo tuvo que hacer la maleta, su nuevo destino el Celtic Glasgow de Escocia, donde aún confiaban en su juventud y calidad. Tres años estuvo Crosas en donde pasó (otra vez) de ser una gran promesa a un jugador fallido. Recibió elogios el primer año, pero su juego y su ilusión de volver a Barcelona se fueron diluyendo junto con su fútbol. Había pasado de ser un trequartista con proyección a un reemplazante caro para el Celtic.

Con un puñado de oportunidades desperdiciadas de nuevo emprendió el periplo hacia una nueva liga, FC Volga Niznhy Novgorod de la Premier Rusa le abrió las puertas. Ahí encontró regularidad durante 2012. Ya sin los reflectores de antes, pero con fútbol en sus todavía jóvenes piernas (25 años entonces). Esa regularidad mostrada se debió en gran medida a que retrasó un poco su posición y se convirtió en un medio de contención, menos creativo que antes.

Ese nuevo rol atrajo el interés de un equipo que por entonces daba un giro a su forma de trabajar. El Santos Laguna de México, buscaba en Europa puntos en común en la filosofía institucional de otros clubes. De inmediato se forjó una estrecha relación con el Celtic de Glasgow. La pretensión de profesionalizar sus prácticas, los llevó a preguntar en Glasgow por algunos jugadores que poseyeran disciplina y carácter. La gente del Glasgow recomendó a Marc y Santos fue por el.

Así Marc Crosas pasaba a jugar en una nueva liga, en un equipo en crecimiento pero con historia. Ésta nueva filosofía redituó en un campeonato de liga. Sin embargo en Torreón, el español nunca fue un fijo, siempre elogiado por su forma de trabajar pero jamás titular indiscutido, Se le veía sin ambición en Los Guerreros. Santos Laguna se deshizo de él a mediados de 2014. Su nuevo destino: Leones Negros de la U.D.G.

Y es aquí en donde Crosas tuvo su despegue futbolístico definitivo, quizás ante la necesidad de Los Leones por encontrar un líder en el campo tras 20 años sin jugar en Primera. El español es el punto más fuerte del equipo de Guadalajara. Un equipo que cada fin de semana tiene que salir a jugar con el cuchillo entre los dientes para eludir el descenso.

La lucha, una constante para el español.

Hoy antepenúltimos en la tabla del porcentaje. Mucho le deben a la mejor versión de Crosas. Convertido en un auténtico guerrero dentro de la cancha. Por algo lleva el brazalete de capitán en el brazo izquierdo y la voz de mando en todo el territorio de los Leones Negros.

Si la U.D.G. consigue la salvación, mucho le deberá a aquel muchacho que un día aprendió a jugar al fútbol en La Masía y que hoy da cátedra de garra y pundonor en el Jalisco.

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