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Diez minutos y las manos vacías

River cayó derrotado por 2 a 0 contra San José de Oruro en el primer partido de la fase de grupos de la Libertadores. Tras cinco ediciones ausente los millonarios volvieron a la máxima competencia de clubes del continente. El partido se disputó en el estadio Jesús Bermúdez a más de 4000 metros de altura.

El millonario saltó al campo de juego con un 4-3-2-1, en el que resaltaba la inclusión de Balanta como lateral izquierdo, Mayada ocupando la posición de Rojas y Mora como único punta por delante de Martínez y Pisculichi. El partido comenzó como era previsible, los locales intentaron desde los primeros minutos hacer valer la localía imponiendo un ritmo de juego veloz y vertiginoso. La primer jugada clara del partido daba un pantallazo de lo que el equipo Boliviano iba a proponer, encontrar en velocidad a sus volantes para ganar la espalda de los laterales visitantes.

Con el correr de los minutos la intención de San José se fue diluyendo, River logró controlar los avances y acomodarse en el partido. A pesar de no sufrir defensivamente, los millonarios no lograban concretar una jugada asociada que le permita adelantarse en el marcador, confundía el camino y en vez de hacer circular la pelota y asociarse en corto, buscaba jugar en largo y al espacio. Las situaciones de gol llegaban de la mano de individualidades del Pity Martínez con remates que pasaban cerca del travesaño de Carlos Lampe.

Defensivamente River alternó entre esperar en bloque en 3/4 de cancha o presionar la salida del rival, cada vez que adelantaba líneas y presionaba dejaba en evidencia que las condiciones técnicas de los locales eran escasas, pero se exponía a dejar espacios en las espaldas de sus defensores sabiendo que las transiciones defensivas podían ser complicadas. El primer tiempo terminó con la impresión que físicamente la altura no había sido un inconveniente, restaba saber si San José se había guardado un resto para el segundo tiempo.

La segunda parte comenzó tal y como había terminado la primera. San José no inquietaba y River insinuaba más de lo que podía llegar a concretar. Promediando el cuarto de hora del segundo tiempo comenzaron los problemas. Ponzio comenzó a sufrir molestias en su pierna izquierda, a esto se sumó un fuerte golpe que sufrió Pezzella que lo terminó sacando del partido. La salida del central obligaba a River a reacomodar su defensa, el ingreso de Urribarri al lateral izquierdo desplazó a Balanta a su zona de mayor confort, la zaga central, y unos minutos después Solari ingresó por el agotado Pisculichi. Los cambios pararon al equipo en un 4-4-2, con Ponzio (quién decidió continuar a pesar de las molestias) y Sánchez en el eje central, Solari y Mayada en sus costados y dos puntas, Martínez y Mora.

El equipo sintió los cambios, la presión en campo rival fue menos y las posesiones duraban cada vez menos tiempo. River sufrió un llamado de atención en una mala transición defensiva en la que tras un pase erróneo de Mercado en campo contrario, terminó con una clara situación de gol para San José. Esto pudo haber sido un presagio de lo que minutos después sucedería. A pesar de jugar lejos del arquero contrario, Mora se las arregló para rematar en la puerta del área tras una pared con Sánchez, el arquero boliviano atajó la que probablemente fue la pelota de gol más clara del partido.

Lo que minutos atrás había sido un llamado de atención, a diez minutos del final terminó transformándose en realidad. Reyes, quién había ingresado por Juárez, logró sacar un centro a pesar de la sombra de Mercado, que Barovero rozó con sus dedos y Orué empujó de cabeza hacia la red. Quedó la sensación que el toque en las manos del arquero terminó beneficiando a la posterior definición del delantero. Con el marcador adverso, Gallardo mandó a la cancha a Cavenaghi, pero el goleador no pudo hacerse con una pelota hasta el final del encuentro. Para dar final a los fatídicos minutos finales Valverde pateó un tiro libre digno de otro partido que rompió las redes y cerró el marcador en un 2 a 0 para San José. En este no quedan dudas que el '1' pudo haber ofrecido mayor resistencia al remate.

Tres puntos de oro para un equipo que a pesar de no hacer valer la altura se entusiasma con transformarse en un rival difícil de visitar en Bolivia. Demasiado castigo para un River que físicamente había soportado y que pudiera haberse llevado algo más de la altura de Oruro.

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