La vigésimo tercera jornada del campeonato de la máxima categoría del fútbol inglés presentaba en su programa un encuentro excluyente. Chelsea y Manchester City, puntero y escolta, midieron fuerzas en un choque clave que entregaría a de los de Manuel Pellegrini la oportunidad de recortar diferencias respecto al líder del certamen.
Pese a las expectativas iniciales en un encuentro entre dos equipos de gran jerarquía, el desarrollo fue chato y las ausencias de Cesc Fábregas en el local, y de Yaya Touré en la visita se hicieron sentir. El fútbol no apareció en la cuota necesaria y el partido careció de las ideas de lado uno y de otro. La lucha, la cautela y la imprecisión fueron protagonistas en un duelo que prometía un programa mejor.
De salida Manchester City amenazó con ir a buscar el triunfo. Thibaut Courtois, antes del minuto de juego, debió intervenir para tapar un violento derechazo de Jesús Navas, uno de los hombres más desequilibrantes del juego que fue utilizado en una medida mucho menor a la necesaria. Pero rápidamente el partido cayó en la fricción y de aunque la pelota fue administrada por la visita.
En Chelsea, la ausencia de Fábregas generó demasiado trabajo a Oscar, quien se asoció poco con Eden Hazard. Nemanja Matic tuvo muchos problemas y traslado demasiado el balón y demostró que la distribución de juego no es fu fuerte. Un equipo preparado para combatir de más y que perdió el balón con demasiada facilidad. Manchester City no estuvo mucho más lúcido. Sin Touré, David Silva se convierte en la única carta creativa. Sus posibilidades se redujeron al desequilibrio que pudiera generar Sergio Agüero. La velocidad de Navas no pudo ser neutralizada Azpilicueta y debió ser más utilizada.
Dos tiempos chatos, faltos de creatividad y de ritmo se redujeron un tres minutos de emoción. Chelsea, que no había inquietado a Joe Hart en toda la primera mitad, se puso en ventaja a los 41 minutos. Un preciso pelotazo de derecha a izquierda que Hazard bajó de manera magistral y que dejó en solitario a Loïc Remy, quien solo la tuvo que empujar a espaldas de Vincent Kompany. Pareció un golpe psicológico pero el City se recuperó de inmediato. A los 44, Navas le ganó la espalda a Azpilicueta y envió un centro que tras un deficiente rechazo de Courtois le permitió un Agüero enviar un violento zurdazo, el cual Silva desvió y mandó al fondo de la red. Empate y a dormir de nuevo.

La igualdad le quedó bien al desarrollo. Probablemente fue un premio para un Chelsea que lo sabía favorable. El local nunca se animó un buscar con decisión y necesitaba un triunfo. Ahora deberá esperar que otros le permitan achicar La diferencia que no pudo reducir por mérito propio. Será una dificultosa tarea para los de Pellegrini que deberán sumar seis unidades más que el puntero de aquí al final del torneo.
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