En época de plena segunda Guerra Mundial hubo personas que
se defendieron, y defendieron sus ideales con una pelota de fútbol como “arma”.
Acá, en Cultura Redonda, te vamos a contar la historia de "El partido de la
muerte” y de cómo el balón aparece como método para abolir parte del comunismo de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Nikolai Trusevich fue un legendario arquero del FC Dinamo
Kiev. Por aquel entonces, todos los equipos dentro de la URRS componían la
“Primera División de la URRS” (luego llamada Primera Liga Soviética hasta el
fin del régimen). También participaron equipos de renombre actual como el
Lokomotiv y el CSKA, ambos de Moscú. El ejército Nazi (Nazional Sozialismo) comenzó por invadir
la parte sur de la ex Unión Soviética (Ucrania) y para demostrar la “supremacía”
Aria, tomo como objeto principal el fútbol.
El aviso del duelo |
Todo deporte fue oficialmente suspendido por la llegada de
las tropas de Hitler al suelo de Kiev, luego de vencer en combate a los
soldados civiles que defendían su ciudad. Y como daño colateral de todo acto
bélico, llegó la pobreza. Los jugadores de aquel Dinamo se dispersaron en los
alrededores de la ocupada región sin tener contacto entre ellos por algunos
meses. Después de los primeros reencuentros en la panadería estatal número
tres, donde charlaban sobre cómo conseguir un trabajo, llegó la idea de volver
a lo que era su pasión: la pelota.
Fue esa panadería el lugar que recibió a
Trusevich, gracias a un fanático del elenco de Kiev, Losif Koldrik, quien le
ofreció trabajo como barrendero del lugar. El mismo Koldrik, quien se mantuvo
como administrador de la panadería por ser de origen alemán, anunció entre su
entorno laboral la idea de formar un equipo de fútbol, hecho que le sirvió como disparador al
exportero de “reclutar” a sus excompañeros perdidos en la ciudad.
![]() |
Las formaciones |
Durante el frío periodo que ofrece el Viejo Continente entre
el final de los Balcanes y el comienzo del Monte Cáucaso, Trusevich encontró al
primero de sus ex compañeros: Makar Goncharenko. En unas semanas finalizó la búsqueda y encontró a más de sus
excompañeros, aunque no a todos, dado que algunos fueron enviados a los campos
de concentración. Pero además, sumaron ex jugadores del Lokomotiv Kiev. La
formación que ganó los seis encuentros que disputó, fue la siguiente:
- Mikhail Svyridovskiy – Dinamo
- Mykola Korotkykh - Dinamo
- Oleksiy Klimenko - Dinamo
- Fedir Tyutchev - Dinamo
- Mikhail Putistin - Dinamo
- Ivan Kuzmenko - Dinamo
- Makar Goncharenko - Dinamo
- Vladimir Balakin, - Lokomotiv
- Vasil Sukharev - Lokomotiv
- Mikhail Mielnizhuk - Lokomotiv
Nadie podía superar a este poderoso elenco. Y en Berlín
sonaban las campanas. Los altos mandos del Tercer Reich opinaban que las
derrotas de sus soldados se verían como un triunfo más que futbolístico para
los sobrevivientes ucranianos luego de la ocupación. Tras esta moción,
decidieron conformar un equipo formado por los oficiales (Flakelf) de la Fuerza
Aérea nazi (Luftwaffe) para terminar con la supremacía del FC Start. El foco nazi estaba puesto en demostrar que la raza Aria era
insuperable. Pero el orgullo y la valentía del conjunto ucraniano
no iba a permitir que los invasores profesaran en su tierra.
En este encuentro, oficiaría de árbitro un coronel de las SS
(Schutzstaffel) . El mismo, se acercó hasta el vestuario de los ucranianos y
les “recomendó” que perdieran el partido y que deberían realizar el saludo
nazi. Los jugadores pusieron sus manos en el pecho. Al final del primer tiempo
ganaban 2 – 1. El partido finalizó 5 – 3 para el Start. Lo curioso, que además
reafirmó su sentencia de muerte, por si alguna duda quedaba, fue una jugada
realizada por Oleksiy Klimenko, donde superó a varios rivales, incluido el arquero y
en la línea de gol paró, y remató hacia el centro del campo de juego,
claramente en forma de burla.
![]() |
Homenaje a los valientes cracks |
Por último, los nazis dejaron jugar un último partido al
súper equipo de Kiev cuyo rival se desconoce. Lo único que se sabe de ese
encuentro es que venció 8 – 0. Luego, acusados de ser agentes de la NKVD
soviética, fueron arrestados. Parte del elenco murió torturado por los soldados
alemanes y el resto en campos de concentración.
Lo que nos moviliza como futboleros, es saber que 72 años
antes, eso que nos mueve interiormente fin de semana tras fin de semana,
sacudió el honor de unos pocos que fueron privados de ejercer lo que más les
gustaba en principio y luego asesinados por ser mejores que los “mejores”. El
fútbol se juega con los pies.. Y miren la distancia que hay.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario