De la mano del ya veterano Seydou Keita, Malí va por una sorpresa en el Grupo D que tiene como favoritos a dos pesos pesado como Camerún y Costa de Marfil.
Malí no llega a Guinea Ecuatorial en su mejor forma. Una
eliminatoria superada angustiosamente con un pobre nivel de juego y la derrota
reciente en un amistoso ante Sudáfrica por 3-0 avivan el fuego de las dudas
sobre un equipo que tiene como principal aliada a la estadística, que demuestra
que sus pocas participaciones mayormente terminaron en buenos resultados.
Historia
Su primera participación en Copa Africana de Naciones fue,
curiosamente, la más exitosa de su historia. En 1972, como debutante en la
competición, Malí llegó a disputar la final de torneo sin haber ganado un
partido en los 90 minutos reglamentarios. Tres empates en primera ronda y un
triunfo en tiempo suplementario ante Zaire por 4-3 le permitieron disputar la
única definición continental de su historia, cayendo por 3-2 ante Congo en
Yaoundé, Camerún.
Desde allí, no volvió a participar del máximo torneo
africano de selecciones hasta 1994, pero su récord es envidiable para un
combinado con tan poca participación en el primer nivel continental y ninguna en
Copa del Mundo. De las ocho ediciones de Copa de África que disputó, llegó a semifinales
en seis, un dato no menor para tener en cuenta que Mali, caracterizado siempre
más por su juego combativo que por un fútbol vistoso, siempre debe ser
respetado pese a que hoy parece estar muy lejos del nivel demostrado en las
últimas dos ediciones de la CAN.
El Camino a la Copa
La etapa clasificatoria no fue del todo feliz para el equipo
maliense. Tras dos derrotas consecutivas en el inicio de las revanchas, Mali
llegó a la fecha definitoria en igualdad de puntos con Malawi aunque con
ventaja en la diferencia de gol. El destino quiso que su último rival fuera una
Argelia ya clasificada, con puntaje ideal hasta allí, que prescindió de algunas
de sus principales figuras y cayó 2-0 en Bamako para dejar en manos de Mali el
segundo puesto del Grupo B pese a cosechar solamente tres
victorias e igual cantidad de derrotas.
- Malí 2-0 Malawi (Sako y Diabate)
- Argelia 1-0 Malí
- Etiopía 0-2 Malí (Diaby y S. Yabatare)
- Malí 2-3 Etiopía (Sako y M. Yabatare)
- Malawi 2-0 Malí
- Malí 2-0 Argelia (Keita y M. Yabatare)
Posiciones: Argelia
15, Malí 9, Malawi 7, Etiopía 4.
El Juego
El combinado dirigido por el polaco Henryk Kasperczak no
llega a la Copa en su mejor momento futbolístico. Habiendo superado las
eliminatorias con bastante esfuerzo y con la complicidad final de una Argelia
clasificada antes del enfrentamiento de la última fecha que finalizó con la
victoria clasificatoria de Malí por 2-0 ante un equipo argelino sin varias de
sus principales figuras.
No es casual el angustioso desenlace para un seleccionado
maliense que sufre severos problemas en la tenencia del balón y en la zona defensiva,
sobre todo en los balones cruzados, además de utilizar la pelota dividida como
método para avanzar metros en el campo ante la imposibilidad de armar juego
asociado desde el fondo.
El entrenador polaco ha probado multitud de variantes
individuales dentro de esquemas similares que se definen en un 4-4-1-1 que en
algunas ocasiones, ante la necesidad ofensiva y como solución para recuperar
las pelotas que se dividen en la salida más allá de la mitad del campo, pasa a
un 4-2-3-1, lanzando unos metros más adelante a aquellos que funcionan como
mediocampistas exteriores, normalmente Sambou Yatabare y Bakary Sako, ambos más
ligados al trabajo ofensivo, que suelen demostrar problemas a la hora de
regresar a tiempo hasta campo contrario.
Los nombres indican una formación ofensiva con tres
atacantes, los dos mencionados antes y Seydou Keita formando la supuesta línea
de tres jugadores de ataque que se coloca detrás del único delantero de punta,
Mustapha Yatabare. Sin embargo, la realidad muestra claramente dos líneas de
cuatro retrasadas en campo propio, Keita como media punta tratando de bajar y
dar buen destino a los constantes envíos largos y Mustapha Yatabare en
solitario esperando que el ex Barcelona tenga éxito en su lucha para recibir la
compañía de Sambou Yatabare y de Sako en los últimos treinta metros del campo.
En la contención es correcto el trabajo de Yacouba Sylla,
que además de recuperar suele sumar posibilidades de éxito a las pocas salidas
asociadas que intenta Malí, pero se producen espacios a la espalda de los dos
mediocampistas defensivos y delante de los centrales que los rivales pueden
aprovechar a su antojo para generar peligro. Otro problema sin solución para la
defensa maliense es el de los envíos cruzados desde los costados, debido a la ineficiencia
comentada de los mediocampistas externos para evitar la escalada de los
laterales rivales y la facilidad que estos tienen para generar este tipo de
situaciones que se suma a la poca pericia de los defensores para responder a
estos centros que cruzan el área desde un costado hacia el otro.
Con todo esto, la mayor fortaleza de Malí parece ser el
ámbito físico. El maliense, tradicionalmente y en este momento también, suele
ser un jugador muy fuerte y de contextura sólida y hacia ese terreno debería
llevar el equipo de Kasperczak el juego si quiere aumentar las posibilidades de
éxito que no llegan desde el juego ante rivales de fuste como Camerún y Costa
de Marfil.
En este contexto, Malí no es favorita a clasificar y el
presente le quita puntos para cualquier apuesta al respecto, pero merece el
respeto de un seleccionado que jugando un fútbol más basado en la lucha que en la belleza a lo largo de la historia, ha llegado a semifinales en el 75 % de las ediciones de Copa Africana de Naciones que
disputó.
El Fixture
20-1 –vs- Camerún
24-1 –vs- Costa de Marfil
28-1 –vs- Guinea
El Entrenador
Henryk Kasperczak
Nacido el 10 de julio de 1946 en Zabrze, Polonia, el actual
entrenador de Malí desarrolló una extensa carerra como futbolista que se inició
a finales de los años 50 en Stal Zabrze de su país de origen y finalizó en Metz
en 1979 con más de 60 partidos en la selección polaca en sus tiempos de gloria.
Allí en Metz fue donde cruzó la línea de cal para
convertirse en entrenador inmediatamente después de dejar el mediocampo del
equipo francés. Desde 1979 a esta parte Kasperczak pasó por varios equipos
franceses –Saint-Éttiene, Racing Strasbourg, Montpellier, Lille y Bastia-, se colocó el buzo de entrenador en Gornik
Zabrze y Wisla Kraków de su país, visitó destinos variados y exóticos como
Emiratos Árabes, Grecia y China y dirigió a Marruecos, Costa de Marfíl,
Senegal, Túnez y al propio seleccionado maliense en su largo periplo por el
fútbol africano.
Llegó a Mali nuevamente en diciembre de 2013 en reemplazo de
Patrice Carteron con un contrato de cuatro años que esconde el desafío de
renovar el seleccionado de cara a las eliminatorias mundialistas en busca de su
primera participación en Copas del Mundo.
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