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Mancuello, de la banda a jugar por dentro

Seis años han pasado desde su debut, y Mancuello encontró su mejor nivel. De un volante que solo jugaba por el flanco izquierdo, a un futbolista que es sustancial actuando como pivote en la mitad.




Salió del entrenamiento por un golpe en un tobillo. Al costado de la cancha, el ayudante de campo entablaba una conversación con el manager del club, quién se acercó al jugador y le preguntó de dónde venía. Tras la respuesta y la alusión a Reconquista (Santa Fe), la ciudad natal del volante, lo siguiente fue la repregunta. Esta vez, la cuestión era cómo hacía para abordar a su lugar de origen. El jugador contestó señalando los caminos a tomar en un hipotético viaje. A posteriori, la voz del primer interlocutor preguntó de qué manera llegaría si por los principales caminos no se pudiera circular. Del otro lado, el futbolista dio un nuevo itinerario a seguir para arribar a Reconquista.

El manager de Independiente era César Luis Menotti. Se encontraba conversando con Juan Amador Sánchez (segundo de Américo Gallego), cuando decidió hablar con Federico Mancuello para transmitirle de forma extraordinaria un concepto. El volante zurdo replicaba con respeto lo que el ex director técnico deseaba averiguar, hasta que llegó el momento de relacionar esa charla con su juego. “¡Qué bien! ¿Y por qué en la cancha no juega igual? Así como cambia de trayectoria en la ruta, hágalo en los partidos. Deje un poco la banda, tire una pared, haga una diagonal, gambetee a un tipo. Anímese, viejo”, fueron las palabras del ex conductor de la Selección Argentina.

Aquel momento fue, acaso, el inicio de la evolución de Mancuello. Llevaba dos años en Primera División, y el Tolo lo ubicaba siempre pegado a la banda. Desde allí, tenía la labor de ganar el carril, aunque su trabajo en el equipo era limitado. Destacaba en algunos partidos, era un jugador discontinuo y de a poco fue perdiendo su lugar en la escuadra titular. De hecho, su nivel hizo que el club acepte cederlo a préstamo.

Córdoba fue su nuevo destino. Zielinski le abrió las puertas en Belgrano y allí comenzó a alzar su rendimiento. Si bien no logró ser indiscutido, era una pieza a la que el entrenador recurría con asiduidad. Un año en Barrio Alberdi y el retorno a Avellaneda. Era 2012, y volvía a Independiente en una etapa de transición y cambió de técnico. Cristian Díaz dejaba la institución, que contrataba a Ramón Díaz, ya bajo la presidencia de Javier Cantero.

El período de debacle de la entidad había comenzado hace tiempo. Derivaría en el descenso. Por primera vez, Independiente disputó la segunda categoría del fútbol argentino, con 21 equipos restantes y 42 fechas por jugar. Logró ascender tras una final con Huracán que le dio la tercera plaza. Mancuello había decidido quedarse, junto a otros futbolistas tras la caída, y sería parte elemental para conseguir el objetivo.

Más allá de que su nivel fue óptimo en la segunda parte de la temporada, acabó siendo fundamental. El cambio de DT no hizo mella en su rendimiento, incluso halló las condiciones para aprovechar su nueva demarcación en el campo. En el sistema de Jorge Almirón, Mancuello comenzó a jugar en el doble pivote del círculo central. Por momentos lo hizo como interior por izquierda, pero abandonó definitivamente la banda en el habitual 3-4-2-1 del entrenador, para ser el volante que más se descuelga hacia el ataque.

Actuando como mediocampista interno, ha conseguido hacerse dueño del equipo. En esa posición se siente cómodo para moverse desde su área a la posición de mediapunta; suelta el balón con precisión y dispone de una gran capacidad para comprender los espacios del campo. De esta manera, se ubica de forma correcta y a diferente altura del mediocentro, con el fin generar líneas de pase a la espalda de los volantes adversarios. En la primera jornada del certamen, ante Atlético Rafaela, recibió de frente a la defensa y sacó un remate inatajable para Conde. El mismo gol lo repitió ante Rosario Central, y uno similar anotó ante Banfield.

Pese a que no es un futbolista con marcada influencia en la gestación de juego, sabe cuándo desmarcarse y atacar el área. Así se ha convertido en un llegador notable desde segunda línea. Frente a Racing, Quilmes, River y Godoy Cruz, convirtió de ese modo. Después de marcar en la fecha inaugural del torneo, transcurrieron dos jornadas en las que su equipo perdió y no metió goles. En los últimos siete encuentros, Mancuello consiguió anotar en todos, colocándose así en el liderazgo de la tabla de goleadores, con ocho tantos.

En otro orden, en una entrevista realizada con el programa televisivo Estudio Fútbol, mostró que su evolución futbolística va de la mano con sus conocimientos del juego y su forma de transmitirlos. “Muchas veces, el centro delantero es absorbido por los centrales. Los volantes llegamos por sorpresa. Mismo yo, Pizzini o el Rolfi Montenegro. Salgo a la cancha con la seguridad de que voy a tener una chance”. Asimismo, también hizo referencia a que aún deben comprender en qué momento adelantar la línea defensiva para provocar el fuera de juego.

El consejo de César Luis sirvió como atrevimiento. Mancuello comenzó a encontrar los caminos para una progresión en sus formas de juego. Ya no es aquel carrilero que solo buscaba imponerse por el costado izquierdo. Hoy en día, es un jugador más completo por dentro, se ha ganado la capitanía y es vital en el esquema de Almirón.

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