El Real Madrid fue superior al Barcelona y se quedó con el clásico. Varios jugadores del conjunto culé no mantuvieron el nivel y el arrollador peso del los Merengues los liquidó. Luz roja para los de Cataluña..
Solo iban tres minutos del primer tiempo cuando el partido se volcó para el Barcelona. Neymar hizo el controlo orientado como marcan los libros, se sacó a tres de encima y a cobrar. Velocidad y precisión. Eso que hoy marca diferencia y que antes también lo hacía. Los ritmos de esa primera etapa fueron parejos y por eso no hubo mayores diferencias entre estas dos potencias del fútbol mundial. Cristiano Ronaldo puso la paridad, tras un clarísimo penal de Gerard Piqué que se tiró como un arquero y tocó el balón con la mano, y la llegada del entretiempo no dejó un dominador pero si un espectáculo de lujo.
Cuando Jesús Gil, el árbitro del cotejo, pitó el inicio de los segundos 45 minutos todo comenzó a cambiar. Los comandados por Luis Enrique decayeron en la cancha y se notó con el transcurrir del tiempo. Sergio Busquets no llegaba a tiempo, no cubría los espacios y no era preciso, esto último, a su vez, les ocurrió a Andrés Iniesta y a Xavi. Los cerebros de esta máquina mortal no estuvieron en su mejor día y no pudieron marcarle el camino a sus compañeros. Lejos quedó aquel comando de Lionel Messi, quien se asoció bien con los de arriba pero que no se puso el equipo al hombro. Luis Suárez terminó por ser el más incisivo en la ofensiva y eso que fue el día de su debut con la camiseta azulgrana. Al uruguayo le falta eso que le faltó hoy a todos sus compañeros: ritmo, pero seguramente cuando tome velocidad pasará a ser una pieza de gran valor.
Los ritmos pueden cambiarse por actitud física o por rapidez mental, estos dos atributos tuvo el team de Carlo Ancelotti, que finalizó por hacerle precio a su clásico rival. Pepe puso el 2-1, ni bien salieron del vesturiario, y Karim Benzema decretó el 3-1 final. Igualmente esto es solo para la estadística, porque la labor general fue mucho mejor para los Merengues, que encontraron su victoria en el excelente desempeño de Isco y James Rodríguez. El ex Málaga posiblemente tuvo su encuentro consagratorio y se amarró en el corazón de los madridistas, los cuales, muchos de ellos, dudaban de sus cualidades. Por su parte, el colombiano pareció no sentir el peso de la camiseta y las circunstancias del partido y tuvo un gran nivel.
Daniel Caravajal, aunque a varios les sorprenda, fue una de las figuras del Real. Su despliegue, su ímpetu a la hora de ir a buscar cada pelota, su buena labor en defensa y en ataque y la manera en que se juntó con sus compañeros lo llevaron a quedar en el podio. Benzema, casi sin tocar la bola, se puede sumar a este listado por el simple hecho de manejar los tiempos dentro del área y de generar peligro con movimientos simples. Para suerte de él, coronó su tarea con un tanto que puede pasarse en las escuelas como sinónimo de contra perfecta y de error grosero en defensa. A esto debemos sumarle un correcto desempeño de Luka Modric y Toni Kroos, dos engranajes vitales en el andar de este Madrid.
El desorden de Busquets y de Dani Alves pesó demasiado sobre el final y solo no se notó en el resultado por la entrega de Javier Mascherano. El Jefecito dejó la vida en más de una bola, algo que solo acrecienta su rol de bombero pero que no debe ser una carta que se juegue normalmente en este Barca o mismo en la Selección Argentina, ya que confirma que hay muchos errores o hay fallos en sus compañeros que deben corregirse. Seguramente el ritmo de La Liga no se modifique con este resultado, pero al entrenador culé le debe dejar un mensaje de alerta debido a que los de Madrid son, por el momento, el mayor contrincante para quedarse con el título. Del otro lado solo debe haber alegrías y la idea de continuar por esta buena senda..
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