Luego de una desventaja inicial, Chelsea derrotó a Swansea
City en Stamford Bridge con tres tantos del delantero Diego Costa y se quedó
con el liderazgo exclusivo de la Premier League afirmándose como uno de los
grandes candidatos a la pelea por el título.
En el duelo de líderes que entregaba la cuarta jornada de la liga de Inglaterra, Chelsea derrotó a Swansea City 4-2 y dejó al equipo galés sin
invicto para quedar como único puntero de la Premier League con puntaje ideal y
con poco menos de cuatro goles marcados por partido de promedio que dejan a las
claras el tremendo poder ofensivo del equipo londinense, que cuenta con un
intratable Diego Costa que ya marcó siete tantos en el certamen.
El comienzo del juego fue ampliamente favorable al conjunto
dirigido por Gerry Monk, que logró incluso ponerse en ventaja a los diez
minutos mediante un gol del defensor de Chelsea John Terry en contra de su
valla, tras un buscapié de Nathan Dyer desde la izquierda. El amplio dominio de
las acciones por parte de un Swansea que movía el balón de un lado al otro ante
un rival impotente y conseguía recuperar rápidamente mediante una asfixiante
presión entre la mitad y los tres cuartos de campo que impedía el armado del
juego de un mediocampo Blue que era superado numéricamente y
futbolísticamente, se extendió durante media hora pero no se plasmó en los
metros finales. Swansea dispuso del balón, lo administró muy bien, pero no
lastimó lo suficiente a un rival que sufre horrores a la espalda de un flojo
Gary Cahill. Con el correr de los minutos, la presión de los ‘swans’ fue
cediendo y en el último cuarto de hora
de la primera parte, Chelsea, que cuenta con jugadores capaces de aprovechar
plazos muy cortos de dominio para modificar el marcador, primero avisó con
Oscar y Eden Hazard y luego pegó con un cabezazo de Diego Costa tras un córner
ejecutado por Cesc Fabregas desde la derecha que significó el empate cuando se
terminaba el primer tiempo. Demasiado premio para Chelsea por el desarrollo y castigo justiciero para Swansea por la
poca profundidad de su dominio de balón y territorio.
En el inicio del complemento, José Mourinho envió al campo al brasilero Ramires en reemplazo del alemán
André Schurrle para cambiar el dibujo táctico de su mediocampo, emparejar numéricamente
la cobertura de la zona media y superar futbolísticamente a su rival desde ese
sector durante toda la segunda mitad. Nemanja Matic se paró delante de la
defensa para cubrir el espacio que habían utilizado muy bien Gylfi Sigurdsson y
Bafetimbi Gomis con su movilidad en la primera parte , Ramires y Fabregas,
controlaron a Jonjo Shelvey y a Ki Sung Yong, la figura del equipo galés en la
primera media hora y Hazard y Fabregas comenzaron a pesar en el partido a tal
punto que, a los diez del complemento crearon una jugada por izquierda que
terminó con un centro atrás del español y la definición de zurda de Diego Costa
que le dieron la ventaja a Chelsea.
Swansea intentó adelantarse en el campo y el golpe a golpe
tuvo a Lukasz Fabianski salvando su arco ante Hazard luego que este dejara en
el camino a Federico Fernández para enfrentarse en un mano a mano con el
arquero pero también Gomis, tras recibir, a espaldas de Cahill, un pase exacto
de Wayne Routledge, definió mal cuando enfrentó a belga Thibaut Courtois y
despilfarró la última oportunidad de igualar un partido que se terminó pocos
minutos después cuando Costa se filtró entre Ashley Williams y Neil Taylor para
transformar en gol un pase de Ramires. Los veinte minutos finales fueron un
monólogo Blue, llegó el cuarto por intermedio de LoÏc Remy que había
reemplazado a Costa y Fabianski evitó una catástrofe para un equipo que mostró
su peor cara en el complemento y consiguió un resultado más decoroso por un
pase filtrado de Wilfried Bony que Shelvey, definiendo a la izquierda de
Courtois, transformó en un gol meramente decorativo para el score.
Swansea deberá apuntar a expandir en el tiempo lo realizado
en la primera media hora o no desgastarse tanto para no sufrir en demasía en la
segunda mitad del juego. Chelsea, como ante Everton, volvió a desnudar
problemas defensivos entre una línea media con mucho juego y poca recuperación
y una defensa que tiene un punto bajo en Cahill que deberá atender a corto
plazo. La contracara está arriba, en un ataque versátil y relevante que tiene
en Diego Costa a un animal del área que se ha adaptado rápidamente a lo que
necesita José Mourinho, permitiéndole a su equipo la licencia de haber recibido
cinco tantos en los últimos dos juegos sin dejar ningún punto en el camino.
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