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Capacidad de metamorfosis

El Atlético soportó un largo período de dominio del Real Madrid, supo golpear en los momentos justos y ganó 2-1 en el Bernabéu. El ingreso de Arda Turan cambió el partido.







Gran parte de las victorias del Atlético en el Derby madrileño, desde la asunción de Diego Simeone, han tenido la misma tónica. Sin embargo, pocas veces sufrió una fase tan larga de dominio del rival en esos juegos. Más allá de diferentes matices y la filosofía que caracteriza a los Colchoneros, no se recuerda un partido en el cual hayan sido superados dentro de la globalidad del primer período.

La temprana apertura del marcador, por el cabezazo de Thiago en una pelota parada, fue contraproducente para el Atleti, que rápidamente optó por un repliegue demasiado bajo. Sus dos líneas de cuatro hombres, cercanas al área propia y muy juntas, no dejaban espacios. Mandzukic y Jiménez, como primera barrera de presión, se encontraban incluso de cara a los mediocentros adversarios.

Antes del primer cuarto de hora y tras un mal arranque en el marcador, el Real Madrid comenzó a dominar por completo el juego. Con total libertad por delante del doble pivote, James Rodríguez hallaba zonas de recepción y llevaba a su equipo a campo rival. Desde la claridad y precisión en el pase, el colombiano se erigía como la principal figura del conjunto dirigido por Ancelotti. De todas maneras, se le hacía muy difícil poder generar espacios.

La superioridad numérica de los blanquirrojos cerca del balón quitaba opciones al dueño de casa, aunque el retroceso de las líneas dejaba al Atlético sin siquiera posibilidad de creación. Ambos delanteros se encontraban lejos de terreno contrario, además de que Jiménez pocas veces obstaculizaba la construcción de juego de Kroos en la medular. Ese estilo de salida por alto, para la descarga de Raúl García o Mandzukic y el provecho de la segunda jugada al vacío, era imposibilitado por Ramos y Pepe, que jugaban en campo rival y ganaban de arriba. Por si fuera poco, Simeone dejó a quiénes podían hacer daño a la contra sentados en el banco.

Con el correr de los minutos, comenzó a crecer Cristiano Ronaldo, que disputó un gran primer tiempo. Sobre la banda derecha, destrozaba las intenciones defensivas del Atlético con sus conducciones. También, ganaba siempre a Siqueira y desequilibraba. Pero su mayor influencia en el partido llegaría cuando ingresó al área y provocó la falta del lateral. Desde el punto penal, el portugués igualó el juego.

El final de la etapa inicial llegaría en el mejor momento de la Casablanca. Había profundizado con el desdoble de los marcadores de punta y la precisión de sus mediocampistas. Asimismo, hacía que las basculaciones y los escalonamientos en la marca del Atleti empiecen a perder sentido con el equipo tan replegado cerca de Moyá. De hecho, el arquero fue elemental al salvar varias oportunidades.

Pero ese dominio no sería continuo. El local perdió el ritmo al reanudarse el partido, y los últimos campeones de Liga demostraron su capacidad de cambiar en medio del juego. Desde un palco por la suspensión que cumple, el Cholo ordenó el adelantamiento de la línea media, con la finalidad de conservar algo más la bola y evitar que el Real quite pocos segundos luego de una pérdida.

De todos modos, un cambio incidiría notablemente en el desarrollo. El turco Arda Turan, que volvió de una lesión, entró y dio mejor cara al Atlético. Otra utilidad del balón y mejor gestación en campo rival. Junto a él, ingresó el francés Griezmann y el equipo pudo correr en campo rival. Salida con mayor velocidad para desorganizar al Real, que no logró mantener el rendimiento de la primera etapa.

Mediante un saque de banda, conseguiría la jugada que sentenció el encuentro, con el protagonismo de los hombres llegados desde fuera. El mediapunta francés atrajo marcas sobre un costado y lanzó la pelota al área. Raúl García abrió sus piernas para que el balón pasara limpio y Arda definió al segundo palo. Golazo para lograr la segunda victoria consecutiva en el Santiago Bernabéu.

A pesar de la autoridad exhibida por el Madrid durante largo tramo del juego, el Atleti supo golpear en los momentos justos para llevarse otro histórico resultado como visitante en el clásico. No evidenció esa particular intensidad colectiva en todo el desarrollo del partido –sí en muchos pasajes del complemento-, aunque pudo disminuir el dominio de los de Ancelotti, que finalizaron sin la claridad de su juego interior y enviando centros a Chicharito Hernández. Sin duda, un triunfo de su metamorfosis.


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