El Real Madrid se llevó la Supercopa europea al vencer en Cardiff al
Sevilla. Se impuso desde todos los aspectos del juego y tuvo a un Kroos
magnífico. Ronaldo anotó los goles del 2-0 final.
El mercado
ha aportado un matiz que lo hace más completo. A las características de una gran
temporada en la que obtuvo la tan ansiada décima Champions League, el club ha
sumado particularidades que mejoran ciertos aspectos del juego y hacen incluso
más vistosos aquellos con los que dominó el pasado curso. El Real Madrid no
tuvo inconvenientes frente al Sevilla, y parece que quienes tengan reales
ambiciones frente a los de Ancelotti, deberán elevar sobremanera el listón
competitivo.
A partir de
un sensacional Kroos se comenzó a gestar la victoria. El alemán, que disputó su
primer partido oficial desde que se incorporó luego del Mundial, no falló
siquiera un pase. Absolutamente preciso, con una exactitud casi imposible de
igualar, tanto en corto como en largo. Lo hizo desde una posición que
seguramente no ocupará en el transcurso del año; hoy jugó como mediocentro por
la suspensión de Xabi Alonso y fue elemental para moverse a su izquierda y
sacar siempre el balón jugado. Fue siempre el iniciador, el encargado de un
primer pase claro.
El entrenador
italiano dispuso un doble pivote en el centro del campo que no se caracteriza por sus correcciones. Tanto el volante teutón como Luka Modric suelen descolgarse hacia
terreno contrario. Al no tener al jugador vasco, su planteo fue necesario. Pero
no tuvo problemas para mantener el equilibrio en el desarrollo del juego. Kroos
mantuvo su posición siempre, jugando por detrás de la línea del balón y recuperando
varios balones a partir de interceptar la acción rival. Por otro lado, James
Rodríguez –otro que hizo su presentación oficial-, actuó como enlace pero sin
balón regresaba inmediatamente al centro para ocupar un lugar y ser un escollo
más para las intenciones contrarias.
La
constante movilidad en zona interior de la fase ofensiva del Madrid creó reales
dificultades a la defensa del Sevilla. Benzema, que continuó con sus
inteligentes movimientos que exhibió la pasada campaña, eligió los momentos
claves para entrar y salir del área o ser apoyo. Además, las caídas a banda o
diagonales hacia fuera del delantero francés eran un punto vital para sacar
ventaja. De hecho, con dos pases al espacio que él mismo creó, salieron ocasiones
claras en las que Beto se lució.
Por su
parte, los de Unai Emery intentaron un repliegue medio para salir en transición
ofensiva y ser directo. Sin Rakitic ya como lanzador (tampoco M’Bia para estabilizar
en los pasajes de juego), a los andaluces les costó una enormidad crear una
oportunidad clara de esa manera. Una vez que conseguían traspasar la zona
media, el dinamismo de sus trescuartistas se transformaba en la única opción de
desnivel. Aunque pocas veces pudieron conectar con Bacca, que estuvo usualmente
aislado de sus compañeros.
La ventaja
del Real llegaría a través de la concepción en la que mejor se sienten sus dos
estrellas, y con la cual su rival intentaba desequilibrarlo. Una pelota parada
mal jugada por Sevilla derivó en una contra que Ronaldo inició por derecha y
Bale continuó en la izquierda. Fue la única vez que el galés cayó sobre ese
costado en el encuentro, pero el centro fue magnífico para que el portugués
conectara a la red el balón después de seguir la jugada desde el lado opuesto.
Fue la
inflexión necesaria del equipo comandado por Carletto Ancelotti. Desde ese momento,
no tuvieron una oposición que molestara sus intenciones. La cantidad variantes
posibles para adaptarse a cada momento del partido presagian una temporada
estupenda si logran ensamblar las piezas como lo han hecho en la final de
Supercopa europea. Incluso, no sufrieron en fase defensiva. Al balanceo que el
retroceso de James generaba para compensar, se sumaba que Ramos y Pepe
estuvieron muy bien en los mano a mano. De los del fondo, solo Carvajal estuvo
errático al salir.
En los
primeros instantes del complemento, Ronaldo colocaría su segundo gol para
cerrar casi de forma definitiva el partido. Nuevamente Kroos inició, esta vez
ubicado decididamente en terreno adversario tras una recuperación alta. Jugó
para Benzema, quién con dos pasos hacia atrás perfiló su cuerpo y habilitó al
luso. Cristiano sacó un zurdazo inatajable al segundo palo. Todo sentenciado,
quedaría tiempo para las conducciones de afuera hacia adentro de Bale, o la
increíble claridad de Toni al soltar el balón.
Consciente
de las dificultades del Sevilla para gestionar el balón desde la iniciativa, el
Madrid se retrasó unos metros para dejar salir con claridad e intentar una
transición rápida. Bien tomados los mediocentros, y con Denis Suárez (canterano
del Barça que entró en la transferencia de Rakitic) y Vitolo consumiéndose en
sus búsquedas, el equipo de Emery tampoco pudo causar peligro en ataque
posicional. Solo con el ingreso de Reyes, y en los minutos finales, algunas
combinaciones por fuera produjeron cierta expresividad ofensiva.
El Real
Madrid ha comenzado su período 14/15 dominando en todos los talantes del
encuentro. La capacidad de generar chances de gol de cualquier situación
asusta, partiendo desde el desequilibrio individual y la velocidad colectiva. Si
cuenta con un Kroos inspirado, la temporada puede ser inclusive mejor que la
anterior.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario