Los de Pekerman siguen haciendo historia en Brasil y ya están en cuartos de final. Superaron de la mano de un excepcional Rodríguez a Uruguay por 2-0 y ahora se medirán con los locales.
Hoy salió con el traje más parecido a aquel que usaba hace poco más de un año. Ese con el cual convenció a un país y enamoró a un continente. Será que el rival en cuestión ya había sido testeado con esa fórmula, será que simplemente se habían dado las condiciones.
Lo cierto es que Colombia en el Maracaná se pareció más que nunca en esta Copa del Mundo al equipo de las Eliminatorias. 4-2-2-2, tenencia, cadencia, equipo en campo rival y a esperar el momento de dar el zarpazo. Ya no hubo 4-2-3-1, ya no hubo repliegue tras el 1-0. Este sábado, Pekerman dispuso el dibujo más tradicional y nuevamente volvió a vencer. El argentino está teniendo una dirección estratégica brillante y modifica de acuerdo al rival sin perder la esencia aunque adaptándose a lo busca explotar en cada caso.
Pero podemos hablar de planes, de ideas, de estrategias. Nada de eso serviría sin los intérpretes y mucho más cuando hay uno que está en un nivel tan sublime. James Rodríguez no solo se metió con su actuación en esta Copa del Mundo entre los más grandes de la historia del fútbol colombiano. También entra en la contienda de los mejores de la actualidad.
El golazo que abrió el partido (un partido hasta ahí duro y cerrado, con poco para subrayar) lo muestra en este presente de gracia y justeza. Luego sentenció todo con una aparición apara concluir una maniobra colectiva espectacular. A día sábado 28, es el goleador del Mundial con 5 tantos en 4 encuentros.
Pero hay más Colombia además de James. Porque Yepes y Zapata hasta acá han ocultado sus carencias (gracias al gran trabajo de Sánchez y Aguilar delante de ellos), porque Cuadrado es la invitación al desequilibrio, porque Teo sigue jugando con el librito del concepto abajo del brazo, porque hoy Ospina evitó el tanto uruguayo que hubiera invitado a la ilusión a los Charrúas.
Colombia llega a cuartos envalentonada, con la convicción que le han dado cuatro triunfos al hilo y saberse a la altura de las circunstancias. Uruguay cierra un Mundial del cual se seguirá hablando durante mucho tiempo con el affaire Suárez. Ahora se le viene Brasil a los cafeteros y porqué no creer en que es posible otro triunfo. Y pensar que ya nadie piensa en Falcao.
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