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Con el corazón en las manos

En el Mineirao, Brasil recibió a Chile en un partido, que a priori iba a ser difícil para la selección verdeamarelha. Y que a la larga fue muchísimo más de lo que cualquier pronóstico podía vaticinar, aunque finalmente y desde los disparos del punto de penal se llevó el triunfo. 


Por el lado de Chile se apostó más al equipo, a la unión y con su delantero estrella, Alexis Sánchez que terminó por ser la segunda figura del partido, atrás de un inmenso Gary Medel, que culminó por salir por un desgarro.

Pero no hay que narrar los hechos tal como pasaron. Así parecería que fue un partido más cuando no fue así. Sería obviar lo que se pudo ver en televisión y que en la cancha, seguramente fue diez veces más intenso.

El arranque tuvo un incidente que a la larga condicionó a Brasil. Una patada a Neymar que dejó tocado al crack brasileño para todo lo que quedó de partido. Eso marcó al jugador del Barcelona que no pudo desplegar todo su juego con normalidad. De ahí, Chile empezó a agrandarse. A dominar la pelota, a llevar el ritmo del partido como querían. Pero errores infantiles en la salida, gracias en parte a la presión de los delanteros rivales, hacieron que Brasil llegue y seguido al arco de Claudio Bravo.

Uno de esos errores infantiles fue a los 18 minutos del juego, tras un córner permitieron a David Luiz empujar la pelota abajo del arco para el 1-0. Con este gol, parecía que todo el buen trabajo de ese arranque de Chile se venía abajo. La gente empezó a empujar a su equipo para que no se quede en el gol.

El público estaba en un momento ensordecedor. Vio al Brasil que siempre quisieron ver. Mordiendo en todos los sectores de la cancha y obligando a Chile a cometer errores demasiado infantiles en el fondo. El nerviosismo del lado del equipo de Jorge Sampaoli empezó a notarse. Ese arranque donde intentó un partido de igual a igual quedó en el pasado.

Con mayor posesión eso sí, pero poca efectividad. Tal así que Brasil tuvo en sus pies el segundo cuando Neymar erró una bola que pasó cerca del palo a los 25 minutos. Y Brasil que no suele perdonar, perdonó. Algo que le terminó por costar muy caro.

Un lateral hecho por Marcelo que rebotó Hulk, el jugador del Zenit ruso la dejó muerta en la salida y ahí aprovechó Eduardo Vargas para llevarse la pelota, tirar el centro atrás para Aléxis Sánchez y que este defina para el empate. A los 32 minutos el partido estaba empatado.

Toda alegría para el equipo chileno en el 1-1
La sorpresa se notó en el Mineirao donde la gente se enmudeció. Brasil estaba absorto. No podía creer el empate que sufrieron. Tardaron cinco minutos en reaccionar. En darse cuenta que ya estaba, la mala suerte estuvo del lado de Brasil y ahora había que empatarlo. Neymar estuvo cerca con un cabezazo que pasó cerca del palo tras un desvío. Pero eran eso, arrebatos de individualidades de los costados. Brasil apelaba a eso.

Luego lo tuvo Fred tras un error de Mauricio Isla que pasó por encima del travesaño. Brasil no estaba en su tarde. El ambiente lo decía. Brasil tuvo chances y no tuvo esa cuota mínima de suerte para que pegue en un palo y entre. 

De esta manera terminó el primer tiempo. Un Chile que dominó la pelota, pero que no estaba para nada cómodo con ella. La presión de Brasil era mucha y eso complicaba en la salida al equipo de Sampaoli. Y el segundo tiempo, no cambió mucho en el arranque. Tal así que a los 55 minutos, un pelotazo a Hulk que bajó la pelota y definió cruzado. Era el 2-1, la gente festejaba, el mismo jugador y Felipao estaban gritándolo cuando Howard Webb lo anuló por una mano de Hulk.

Hulk para con la mano, para Webb, la pelota en el 2-1 anulado
A la distancia se pudo apreciar lo que toda la gente brasilera en el Mineirao pensó: "Ya está. Sí la que entra, fue anulada, esto va a estar complicado". Y vaya si lo fue. Porque esa fue la única que entró en el arco de Claudio Bravo en el segundo tiempo. Porque vaya si llegó Brasil en el segundo tiempo. Primero fue Jo que no la pudo empujar a metros de la línea de gol, después un cabezazo simple de Neymar y después llegó la gran tapada del arquero chileno. Una jugada por izquierda que llegó a los pies de Hulk que fusiló a Bravo y este reaccionó de manera brillante para evitar, una vez más el gol. 

Chile extenuado físicamente. Brasil igual. Y la gente en silencio total. No querían el temido alargue. El partido llegó a su fin y había que jugar 30 minutos más. Y acá ya todo tenía la pinta de que el ganador iba a ser épico. De esos partidos que quedan en la memoria de todos lo que lo pudieron ver.

En la primera jugada de peligro de Brasil en el alargue, Chile perdió a su gran soldado. Gary Medel pidió el cambio tras salvar un centro que terminó en córner. Y como sí la suerte estaría del equipo trasandino, Jo se erró el segundo gol en el córner de esa jugada de Medel. Brasil, no sólo el equipo, estaba expectante. Estaba ansioso, nervioso, por todos los estados emocionales posibles se encontraba todo el país.

Las piernas ya no respondían del lado de Chile que sólo aguantó y apuntó a conseguir una contra. Y en el final del segundo tiempo del alargue iba a llegar esa jugada. Una pelota recuperada en mitad de cancha por Mauricio Pinilla que aguantó, tocó para Sánchez, este devolvió la pared y Pinilla reventó el travesaño en el minuto 120 del partido.

Los corazones brasileros se detuvieron por minutos. Ni la respiración se escuchó en ese momento por la televisión. Sólo el "Uhhhh" de los pocos chilenos que estaban en el Mineirao se oyó. Y sí, le dieron una vida más a Brasil. Terminó el encuentro y esto se definió por los penales.

Así estaba Brasil. Dejaron todo y un poco más también
Y Brasil tuvo su as bajo la manga. Julio Cesar, que minutos antes estuvo a lágrima tendida como no creyendo que tanto iba a costar este partido, iba a ser quien se quedaría con toda la gloria. La gente confiaba en él. Mientras que del otro lado, Chile ya no respondía. Ni Arturo Vidal ni Medel estaban disponibles, cambiados durante el partido. Las piernas pesaban 500 kilos cada una. 

Howard Webb hizo el sorteo y la historia épica se hizo presente. Empezó pateando Brasil. David Luiz fue y con gran categoría puso el 1-0. Y arrancó la historia de Julio Cesar, el arquero que más de uno vio retirado cuando se fue a jugar a Toronto a principios de esta temporada.

Mauricio Pinilla agarró la pelota, pateó tan mal que a un atajador de penales como Julio César le hizo el 55 por ciento del trabajo. Y sí, tapó Julio Cesar. El Mineirao estalló en un grito de desahogo importantísimo. Iba Willian para poner el 2-0, para casi sentenciar la serie. Para que la caipirinha corra por todo Belo Horizonte. 

Y el jugador del Chelsea, con mucho nerviosismo en su rostro, lo erró. Julio Cesar otra vez llamado a ser el héroe. A ser el que salve al scratch. Julio Cesar contra Aléxis Sánchez esta vez. Para el empate el chileno, para que se mantenga la ventaja para Brasil. 

Ni un ruido, nada. Era un silencio sepultural el Mineirao. Fue Aléxis y...¡OTRA VEZ TAPÓ JULIO CESAR!. La gente estaba en éxtasis. El ídolo ya de capa caída demostró todo lo contrario. Las dudas en el principio del Mundial se disiparon rápidamente. Brasil seguía 1-0 en los penales.

Luego llegó el turno de Marcelo que convirtió y de Aranguiz que también marcó para que se ponga 2-1 la serie. Y estaba vez la responsabilidad estuvo en Hulk. Quizás la figura de Brasil durante los 120 minutos pero quién cometió aquel error infantil para el empate chileno. 

Nervios, ansiedad, ya no encuentro palabras para describir lo que se vio en ese estadio. Y fue Hulk. Y tapó Claudio Bravo. Y otra vez la gente que enmudeció. Brasil estuvo a nada de ser eliminado y más cuando Marcelo Díaz convirtió el empate.

Con cuatro penales por lado pateadas, un 2-2 en el marcador. Y toda la presión para el cracke. Para que se reciba en el monte de los grandes. Todo era para Neymar. Plata o mierda, sería. Ídolo o que por el resto de la historia se escuche en las calles de Río de Janeiro: "Neymar, sí, el que erró el penal que nos dejó afuera en octavos". 

Todo ese ambiente no influyó en Neymar, que se cargó la presión al hombro y pateó el penal como lo que es, un distinto. Bravo para un lado, la pelota para el otro, y 3-2 para Brasil. Toda la presión ahora se trasladaba para Gonzalo Jara.

Y otra vez, Julio César. Fue Jara, pateó a la izquierda del arquero, trató de ponerla lo más cerca al palo posible. Y desgraciadamente para Chile, la pelota pegó en el palo y atravesó toda la línea sin entrar. 

Neymar no pudo contener la emoción.
Brasil a cuartos de final. De una manera increíble, épica, emocionante, Brasil consiguió quizás el partido más difícil de sus últimos mundiales. Y los jugadores lo demostraron en el festejo. Un Julio César que no podía creer como la pelota camino en el aire la línea y no entró nunca. Un David Luiz que explotó en velocidad olvidándose del cansancio, de los dolores para ir abrazar a Felipao. Un Neymar que estalló en llanto en la mitad de la cancha.

Brasil se vio eliminado. Brasil no quiso jugar los últimos minutos del alargue, mejor dicho no pudo. Pero Brasil siempre es Brasil. Y cuando se tiene la oportunidad para matarlo, hay que matarlo.

Autor del 1-0 parcial, David Luiz festeja la victoria por penales
Chile perdonó y hoy Brasil está en cuartos de final. Ahora espera rival. Será Colombia o Uruguay, cualquiera de los dos será durísimo para Brasil, que terminó muerto físicamente. Pero la confianza y la localía serán su punto a explotar en su camino al hexacampeonato.

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