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Con el peso de la justicia

México ganaba claramente en el desarrollo y ajustadamente en el marcador y pagó caro su retroceso ante una Holanda que dominó el partido tras el cambio de esquema organizado por Louis Van Gaal y se llevó el triunfo en el final con un penal dudoso. 


Holanda se clasificó a los cuartos de final de la Copa del Mundo Brasil 2014 tras vencer a México por 2-1 en un encuentro disputado en el estadio Castelao de la ciudad de Fortaleza. El encuentro tuvo un desarrollo cambiante que reflejó claramente las intenciones de uno y otro durante los noventa minutos y terminó premiando a una Holanda que cambió a tiempo y contó con el favor de un penal dudoso de Rafael Márquez a Arjen Robben. El árbitro portugués Pedro Proenca sancionó, probablemente, compensando la errónea decisión tomada en el final del primer tiempo cuando no detectó un doble penal claro del mismo Márquez y de Héctor Moreno al mismo delantero del Bayern Munich.

México fue claro dominador del primer tiempo superando en todos los sectores a una Holanda que no consiguió enhebrar juego y que perdió recuperación con la temprana salida por lesión de Nigel De Jong, su principal exponente en la materia. El gol, que llegó en el inicio del complemento por intermedio de Giovani Dos Santos, fue la consecuencia indiscutible de un México que siempre buscó el arco rival y que contó con varias situaciones para abrir el marcador.

El gol de Dos Santos, que entregaba una justa ventaja al seleccionado tricolor terminó siendo el sillón de la comodidad que complicó la actuación mexicana en el encuentro. El cambio de Louis Van Gaal, que con una sola modificación varió el esquema táctico del equipo para enmendar la falta de marca en la mitad del campo con mayor presencia ofensiva, quitando a unos de los laterales, Paul Verhaegh, para colocar a Memphis Depay. Esa modificación terminó resultando fundamental en el juego y, sumado al innecesario repliegue mexicano sustentado desde el banco con la salida de Gio Dos Santos, fue la clave del triunfo holandés.

Las modificaciones le dieron los espacios a Robben para manejar el balón con más comodidad, las pelotas paradas en favor de Holanda comenzaron a sucederse, Guillermo Ochoa tuvo que intervenir cada vez con mayor asiduidad y Van Gaal pegó el golpe de gracia con el ingreso de Klaus Jan Huntelaar para derrotar a una defensa mexicana que, con el final y la clasificación delante de sus ojos, acumulaba más y más gente dentro de su área. El delantero de Schalke 04 primero bajó hacia atrás un tiro de esquina de Robben desde la derecha para que Wesley Sneijder fusilara a Ochoa con un derechazo a falta de tres minutos para el final y luego, en tiempo agregado, se ocupó de convertir en gol el discutido penal que juzgó el árbitro Pedro Proenca que, con una posible injusticia, premió a aquel que no tuvo miedo.

México se volverá a casa con el sabor amargo de lo que pudo ser y no fue y, mirando de reojo la sanción del penal que definió el marcador, deberá realizar una autocrítica que le permita discernir el verdadero motivo de la eliminación. Holanda, mientras espera su rival para cuartos de final, sabe que en el banco tiene a un estratega que, con un plantel limitado pero con un tridente ofensivo desequilibrante, ha sabido adaptarse a las necesidades que le planteo cada rival y hasta ahora ha superado con éxito los diferentes y complicados bancos de prueba que la Copa del Mundo le puso delante en el camino hacia la gloria.

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