Nipones y griegos no se sacaron ventaja y consumaron un empate sin goles que clasificó a Colombia. Los europeos se jugarán el pase ante Costa de Marfil mientras que los orientales harán los propio ante los de Pekermán.
La salida de ambos conjuntos en el primer tiempo era la que se intuía por estilo y jugadores. Japón con el 4-2-3-1 y el ingreso al once inicial de Okubo en detrimento de Kagawa que no convenció ante Costa de Marfil. Los griegos con su clásico 4-3-3 pero con la entrada de Mitroglou por Gekas y el habilidoso Fetfazidis en el sitio de Salpingidis.
Un primer acto que tuvo como protagonista a los nipones con el esférico, como era de esperar. Un Hasebe siempre presente y criterioso en la salida del balón. El equipo de Fernando Santos aguardaba -muy ordenado en su parcela del campo- una posible salida rápida al contraataque con Holebas-Samaras por izquierda y con la mirada puesta en Mitroglou, siempre dentro del área y dispuesto a hacer daño.
Si bien Japón tenía la posesión, no generaba peligro en el arco de Karnezis. Solo se acercaba al gol mediante disparos lejanos de un activo Osako o en balones aéreos con destino a las diagonales de Okazaki/Okubo, ya sea anticipando o ganando la espalda de los defensas rivales.
A partir del minuto 34, a Grecia se le complicó el partido. Primero la lesión de Mitroglou y tres minutos más tarde la expulsión por doble amarilla a Katsouranis (ambas por cortar transiciones). El seleccionador portugués reaccionó rápidamente y envió al terreno de juego a Karagounis quien se posicionó junto a Maniatis, en la medular. Samaras por izquierda, Panagiotis Kone por derecha y Gekas como delantero centro conformaban el nuevo dibujo (4-4-1).
La segunda mitad comenzó de forma idéntica. Hasebe dejaba su lugar a Endo pero la falta de ideas era idéntica. Alberto Zaccheroni decidió darle la oportunidad a Kagawa (Okazaki como delantero centro) por Osako. Tras la modificación, el jugador del Manchester United partía desde la izquierda pero intentando conectar con Endo y Honda para la elaboración por el carril central, dejando libre el flanco para las proyecciones constantes de Nagatomo. También fueron incesantes las subidas de Uchida por la otra banda.
La jugada más clara llegó en el minuto 67 cuando Okubo le entregó el esférico a Kagawa, éste lanzó por alto un cambio de frente hacia Uchida que centró para el que había iniciado la acción que desperdició dentro del área pequeña el gol tan añorado por los Samuráis. La inoperancia de los asiáticos era cada vez más redundante.
El central Maya Yoshida acabó jugando como delantero centro, la defensa en mitad de cancha y los helenos defendiendo estoicamente en la línea del área grande. Daba la sensación de que podrían haber jugado durante mucho tiempo más y que el gol nunca se iba a presentar en Natal. Japón no pudo y Grecia con un jugador menos desde el minuto 37, incomodó en alguna jugada a balón parado, recordándole al mundo lo conseguido en la Euro 2004.
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