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Cómo sería una selección soviética hoy

Un recorrido por los hechos que desencadenaron la desintegración de la URSS en quince repúblicas independientes y por cómo quedaría conformado hoy un once ideal, con sus relativos suplentes, para el Mundial.





Antes de su completa disolución, por el año 1991, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas había conseguido obtener grandes logros y formarse como una potencia futbolística en varios certámenes. Los clubes del territorio poseían su peso en los torneos continentales como la Copa de Europa y las conquistas tenían su punto de partida en los Juegos Olímpicos y finalizaban en los campeonatos de las selecciones de categorías menores.

Posteriormente, ante la desintegración, los provechos en el deporte se disiparon y la mayor calidad fue a parar solo a manos de algunos de los países que se conformaron como repúblicas independientes. Tras la firma del Tratado que terminó con la URSS, solo unas Naciones de las 15 que se constituyeron luego de la división pudieron obtener réditos con el balón.

La realidad de la descomposición de aquel Estado comenzó en la última década del siglo anterior. Una intensa crisis azotaba la economía soviética y, con el objetivo de poner fin y comenzar un nuevo proceso, se llevó a cabo una reestructuración llamada Perestroika. La lucha cultural ante semejantes compromisos hizo que aparecieran cada vez con más fuerza las disputas étnicas y nacionales.

Los intentos de Gorbachov no fueron  provechosos
A través del paso del tiempo y la permisión de los partidos políticos por medio del líder Mijaíl Gorbachov, las legislaturas de las repúblicas empezaron a promulgar leyes que disminuyeron la intervención del Gobierno. Poco a poco la situación pasó a un plano más dificultoso, y las continuas manifestaciones ponían en aprietos a las autoridades. Un intento de golpe de estado por parte del Partido Comunista y las Fuerzas Armadas terminó frustrado, pero fue la gran causa de la disolución.

Ante el temor de los movimientos, la mayoría de las Repúblicas declararon su independencia absoluta. Esta caída del socialismo fue una de las pérdidas territoriales más grandes de la historia. Una cantidad de 15 estados (Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán) se repartieron y salieron de la integración de la Unión. El Estado se disolvió y Rusia tomó sus compromisos y la representación internacional. Luego del tiempo, se firmó la Comunidad de Estados Independientes y los nuevos países fueron aceptados por la ONU.

Pero sin llegar a meternos más en el ámbito político y sin siquiera entrar en las implicancias y complicaciones de las Naciones como Ucrania en la actualidad, lo ideal es volver al comienzo. Previamente a lo sucedido, el conjunto de figuras de fútbol lograba llegar a instancias definitivas en diversas competiciones. Las medallas Olímpicas, las Copas y Recopas de clubes como el Dinamo Kiev y el Dinamo Tbilisi, los primeros puestos en las juveniles como el del Sub 21 en Europa con jugadores de la talla de Aleksandr Mostovoi, Kanchelskis o Salenko. Este último fue obtenido en 1990, solo un año antes de uno de los mayores sucesos del Siglo XX.

No obstante, después de la independencia de los 15 Estados, solo algunos pocos han salido beneficiados desde la calidad futbolística que han heredado. Rusia, más allá de haber asumido los roles del Gobierno Central en la forma de intervenir, es la que más provecho ha tenido si se tiene en cuenta la calidad de los jugadores que ha sacado al mercado. Además, clasificó luego de 1991 a los Mundiales del ’94 y ’02, cayendo eliminado en primera ronda en ambos. Actualmente, de la mano de Fabio Capello, compartirán el Grupo H en Brasil con Bélgica, Argelia y Corea del Sur.

También Ucrania ha tenido sus nombres en la elite. Cabe recordar a Shovkovsky, Voronin o Andriy Shevchenko, que construyó su carrera siendo goleador en Milan y Chelsea, sobre todo en su periplo por Italia. Los demás países, pese a figuras aisladas, no tuvieron estrellas rutilantes que se hayan destacado en la más alta competencia.

Igualmente, dentro de esa numerosa totalidad de futbolistas, entre los que ponderan rusos y ucranianos, se podría formar un once ideal en el que hasta abundarían suplentes. En un hipotético esquema flexible, los soviéticos siempre se han caracterizado más por el intento de solidez defensiva que por el ataque incesante y masivo.

Un 5-4-1 con estos jugadores sería una hipotética alineación de la URSS hoy en día

En el arco, el lugar de portero podría ser ocupado por múltiples opciones pero sin duda que la más importante de ellas es Igor Akinfeev, que se alista como el titular para el seleccionado ruso en la Copa del Mundo. De todas maneras, hay otros nombres como Karčemarskas, un arquero lituano que actúa en el Gaziantepspor turco, o el georgiano Loria.

La defensa, ante la sumatoria de jugadores probables, podría ser una línea de cinco. Aleksandr Anyukov, los hermanos Aleksei y Vasily Berezutskiy, Ignashevich y Kombarov formarían el fondo. Todos ellos rusos, se hicieron conocidos en los últimos años por sus apariciones en noches de Champions. De ese fondo, el líbero, el stopper izquierdo y el lateral zurdo estarán en Brasil con Capello.

De cualquier modo, al igual que en el arco, puede haber suplentes de estilo, como los ucranianos Fedetskiy y Khacheridi o el marcador de punta izquierdo ruso Eshchenko. Además, otra posibilidad sería Roman Shirokov, que puede ser centrocampista; en su carrera ha tenido problemas de conducta y sufrió el castigo de pasar varios meses con el ejército de Rusia. Roman también ha sido convocado para el Mundial.

Para un mediocampo constituido por cuatro hombres, aparece el primer jugador de renombre y gran importancia en el fútbol europeo por estas horas. El armenio Mkhitaryan, del Borussia Dortmund, que supo suplir a Mario Gotze e hizo unas muy buenas Eliminatorias con su país, sería la punta de un rombo en la medular, jugando como enlace.

Mkhitaryan, protagonista de Armenia
El mediocentro de ese once podría ser Tymoschuk (Ucrania), que hoy es líder del Zenit y supo tener temporadas en lo más alto de su nivel jugando en el Bayern Munich. Para la función de interior derecho aparece el primer bielorruso, Aleksandr Hleb, con pasado en Barcelona y Arsenal. Por el otro costado, Yuri Zhirkov encontró su punto álgido en Chelsea y fue citado por Rusia. Otras probabilidades: Fayzulin, Arshavin, Glushakov o los nacidos en Ucrania Yarmolenko y Konoplyanka.

 Ante la conformación de la zaga y el medio, el esquema apropiado sería el 5-4-1, con un único punta. Esa referencia de ataque no saldría de Kokorin, el delantero que Rusia anota como titular en la Copa, o Dzagoev, que también puede actuar como mediapunta. El ucraniano Zozulya es el otro ‘9’ que surgiría como como candidato para el puesto.

Quedan muchos jugadores fuera, algunos que no han tenido oportunidades con sus selecciones y otros que tampoco contaron con chances de alcanzar una meta futbolística desde su club. Rusia tiene la mayor cantidad y, en un equipo ideal, los nombres surgen de inmediato. En tanto, otros ya se han retirado (mismo caso que Shevchenko o Voronin) pero tuvieron sus años en el fútbol más competitivo, como Kakha Kaladze (de Georgia) en aquel Milan ganador.

1 Comentarios..:

  1. Interesante ejercicio, sin embargo creo que la URSS hubiese tenido una mejor selección a finales de los 90 principios de los 2000 con como bien apuntas, Shevchenko en su mejor momento y jugadores como Mostovoi, Karpin, Kaladze y otros más.

    Saludos.

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