El Real Madrid busca La Décima desde que Zidane hizo el mejor gol de su carrera. Doce años de frustraciones que se pueden cortar este sábado frente al durísimo Atlético del Cholo.
Nadie hubiera apostado a que iba a pasar tanto tiempo hasta que el Real Madrid el más ganador de la competición volviera a una final. Situémonos en ese momento, los Blancos venían de ser campeones en 1998, 2000 y revalidaban su condición de más campeones de Europa en el 2002, en Hampden Park con un Zidane pletórico. 12 largos años que llegan a su fin este sábado.
Ese Real de finales de los 2000 y comienzos del nuevo milenio era un espectáculo. Ya antes del comienzo de la era galáctica, los Merengues retomaron la tradición continental de la época de Di Stefano, Puskas y compañía. En esos años fue el equipo hegemónico a nivel continental, primero con la batuta de Redondo en el eje central y luego con un Zizou que en aquel golazo inolvidable ante el Bayer Leverkusen en Glasgow se metería en la historia grande del equipo de Madrid.
Primero fueron los balcánicos Suker y Mijatovic, luego aparecieron el mencionado Zidane y Luis Figo, quien jamás tendría el nivel que mostró en Barcelona pero que fue una pieza importante en el nuevo ciclo. El que siempre estuvo fue Raúl. Qué jugador, por favor. El "7" no fallaba nunca en las difíciles y terminaría siendo el símbolo del Real durante años. En aquella final del 2002 también se anotaría en el marcador.
Pero el marketing pudo más que lo que ocurriría en la cancha. Una caída ajustada al año siguiente en semis ante la Juventus en Turín (en el alargue) sentenciaría para Florentino Pérez el ciclo Del Bosque. Había comenzado la etapa de los Zidanes y Pavones. Mientras se iban Makelele, Cambiasso y Hierro -además del entrenador- llegaba Beckham. Ni La Liga 2002/2003 de la mano de los goles de un fantástico Ronaldo sería suficiente para las ansias empresariales del presidente.
Llegó Queiroz (hoy DT de Irán) y perdió una Liga en la que llevaba ocho puntos de ventaja ante el Valencia de Rafa Benítez. Además, una caída en cuartos de final ante el Mónaco de Giuly comenzaría el suplicio blanco en la competición.
Recién la aparición de José Mourinho le daría otra entidad al equipo en Champions. Sin embargo, Mou y sus pupilos se achicaron sistemáticamente a la hora de dar el último paso previo a la final. Planteos pequeñitos para tamaño plantel en 2011 ante el Barsa, en 2012 ante el Bayern y en 2013 ante el Borussia Dortmund, dejaron a los Merengues eliminados en semifinales.
Con menos chapa pero un currículum que no tienen nada que envidiarle a ningún DT top, Ancelotti logró lo que nadie pudo en estos 12 años, eliminando con una goleada impensada al campeón Bayern Munich en Bavaria. El italiano puso al Madrid en su sitio natural, con un plantel que es la envidia del continente entero prácticamente.
Cuando el gol de Zizou amagaba con convertirse en una de esas secuencias que se repiten ad eternum en la TV, el Madrid vuelve a disputar la final de la Champions. El fantasma de La Décima, a un paso de ser enterrado. En frente estará un equipo que va a ser cualquier cosa menos un trámite: nada más ni nada menos que el campeón de España.
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