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Fetfatzidis rompió el pacto

Genoa y Roma parecían firmar de mutuo acuerdo el empate en un partido sin valor en el cierre de la temporada. Pero el ingreso del griego cambió todo, y el local ganó 1-0. García aprovechó para presentar a algunos jóvenes.





Hace ya un par de jornadas que la Serie A está definida. La Roma, de gran temporada, no tuvo nada por hacer frente a una Juventus escalofriante, escandalosa, que no tuvo rival. En ese contexto, después de mantenerse siempre a la expectativa durante el año futbolístico, los dirigidos por Rudi García decidieron bajar el listón. En las últimas tres fechas eso se notó con creces, sobre todo en la que cerró el campeonato. Visitando al Genoa, el cierre de competencia hizo que ambos equipos ni siquiera tomaran riesgo alguno.

Jugaron para cumplir, ya sin presiones. El conjunto capitalino, ya asentado en la segunda posición desde hace algunas fechas y con algunas bajas producto de que los convocados por sus selecciones para el Mundial viajaron con anterioridad a sus países (salvo los italianos), frente a un equipo que no hizo mucho en su campaña pero que logró salvarse del descenso. En ese contexto, el único atrayente del juego era observar cómo finalizaría la Roma una temporada récord en su historia.

La tónica con la cual comenzó el encuentro fue la de siempre en el escolta del Calcio. Tenencia de pelota, movilidad, intentos de romper por fuera. Pero la posesión en el centro del campo no se traducía en peligro. Desde ninguna perspectiva. Durante algunos tramos, la presión y superioridad numérica cerca de la línea media lograban la recuperación y el ataque con espacios en terreno rival, pero en esos momentos aparecía el arquero Mattia Perin. Fueron pocas ocasiones, pero el joven que estará en Brasil, convocado por Prandelli, respondió con creces cuando lo buscaron.

Una falla en la salida de Genoa posibilitó un remate de afuera de Taddei. También, Ljajic sacó un tiro esquinado tras un saque de córner. Y en la única profundización del primer tiempo, Roma tuvo la más clara. Pero en todas apareció Perin, sin tener que esforzarse demasiado pero apareciendo en momentos claves. En tanto, los locales habían tenido una clara en esa etapa inicial, aunque el debutante arquero de Roma, Skorupski, sacó el potente cabezazo desde el área chica.

El entrenador García tomó este partido para presentar a varios jóvenes, que incluso dejaron buenas sensaciones. Uno de ellos fue el portero, que no resultó mayormente exigido. Además, el lateral derecho Jedvaj y el extremo izquierdo Ricci debutaron en un partido sin muchas obligaciones. Todos cumplieron, más allá de no influir demasiado.

Las variantes que incluyó el DT, sin Maicon, Pjanic, De Rossi ni Gervinho, fueron auspiciosas. De cara a la próxima temporada, la sociedad Taddei – Nainggolan, más allá de que no son exclusivamente titulares, puede dar buenos dividendos. En los momentos en que Ljajic se soltaba en ataque, el brasileño y el belga tomaban el centro del campo y equilibraban al equipo. El volante citado como reserva por Wilmots para la Copa del Mundo fue el encargado de iniciar cada jugada.

Para comenzar el complemento, ambos parecieron firmar un pacto de no agresión. Casi no atacaron durante el segundo tiempo, en el que la pelota siguió correspondiendo a Roma, aún sin profundidad en los últimos metros, cuando fallaba el último pase. Mientras, Genoa defendía sin replegarse e intentaba salir. Ninguno atacaba con decisión, ni eran incisivos en campo adversario. En los últimos 45 minutos, no hubo chances cerca de Perin ni de Skorupski.

Cuando parecía que el partido se diluía en la intrascendencia, en un momento de juego en el que no abundaba la intensidad, un cambio del conjunto local cuando faltaba poco para el final fue el revulsivo que el encuentro necesitaba. El griego Fetfatzidis ingresó a la cancha y, sin hacer mucho, su rendimiento le alcanzó para decidir el encuentro. La mala salida romana fue aprovechada por el dueño de casa y un pase vertical dejó solo de cara al arco al helénico, que definió al gol ante la salida del arquero.

Unos minutos después, el mismo delantero tendría otra chance, en el desconcierto visitante. Finalmente, el gol fue decisivo para sentenciar el partido. El argentino Ricardo Centurión, de buen partido, salió de la cancha aplaudido por su gente. En tanto, la Roma acabó la Serie A con tres derrotas, ante Catania, Juventus y Genoa, una racha inmerecida para semejante campaña. En la próxima temporada, la Champions y las mejoras en el juego colectivo de García pueden dar inclusive una mejor cara al equipo.

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