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Corazón de león


Con un determinante Luis Suárez que regresaba al equipo Celeste, tras su comentada operación de meniscos, Uruguay ganó un encuentro fundamental ante Inglaterra y mantiene chances de meterse en octavos de final.



Uruguay llegaba llena de dudas a San Pablo para enfrentar a Inglaterra en un encuentro clave para las aspiraciones de ambos en esta Copa del Mundo Brasil 2014. Cambios en todas las líneas, la falta de su líder espiritual, Diego Lugano, por lesión y el apurado regreso de Luis Suárez como máxima esperanza configuraban un estado de situación complicado para la Celeste de cara al duelo ante un seleccionado inglés que, pese a la derrota ante Italia, había dejado una imagen aceptable en su primer partido.

Pero aquella buena imagen de los británicos ante la azzurra se vio desdibujada por un equipo uruguayo que plantó la bandera de la solidaridad y el esfuerzo como principal identificación para  cortar circuitos, achicar espacios y evitar que Inglaterra pudiera llegar asociadamente hasta las cercanías de Muslera. Y pese a que un tiro libre de Wayne Rooney pasó a centímetros del ángulo derecho del arquero y un cabezazo del mismo Rooney se estrelló en el travesaño tras un tiro libre ejecutado por Gerrard desde la izquierda, Inglaterra nunca pudo superar la barrera que planteó Uruguay. Un combativo mediocampo liderado por Arévalo Ríos, quien protegió correctamente a su última línea y le presentó batalla firme a los intentos de Henderson y Gerrard por generar juego, que no sufrió con las escaladas de Baines y Johnson y que, por sobre todo, no permitió a Rooney y a Sterling desequilibrar en lo individual.

El problema para Uruguay pasaba por la respuesta. El retroceso de Cavani hasta su propio campo para colaborar con la línea media y un Lodeiro más inmiscuido en la lucha que en el juego, dejaban a Suárez lejos del resto del equipo aunque esto no le restaba chances de crearle preocupación a Jagielka y a Cahill. Así, Inglaterra se fue sintiendo impotente y Uruguay tuvo la chance que esperaba. Lodeiro se filtró entre  Gerrard y Henderson, jugó a la izquierda para Cavani y este se sacó el overol de trabajador para vestirse de smoking y habilitar a Suárez con un centro con olor a pase gol que  el delantero de Liverpool se encargó de convertir en diferencia. El corazón de Suárez y el cerebro de Cavani mantenían vivo a Uruguay cuando se iba la primera mitad.

Los de Tabarez se fueron a territorio inglés en los primeros minutos del complemento, Hart tuvo que esforzarse para evitar que un córner ejecutado por Suárez se metiera en su arco y estirara diferencias. Cavani desvió su remate mano a mano con el portero inglés tras un gran pase de Lodeiro, pero todo se trató de una ilusión óptica e Inglaterra pasó a dominar el partido y le dio a Muslera la chance de redimir su pobre actuación ante Costa Rica con un par de intervenciones clave que mantuvieron la ventaja hasta que, a falta de un cuarto de hora para el final, Johnson recibió de Sturridge, encaró hacia el área y envió un centro rasante que Rooney envió a la red aprovechando la distracción de Cáceres en el cierre.

Cuando todo parecía que el empate le comenzaba a quedar bien al partido y ambos parecían empezar a conformarse con un resultado que los castigaba, apareció nuevamente una luz en la oscuridad: Luis Suárez. Muslera sacó desde el arco, Gerrard, en su lucha aérea con Cavani, sólo alcanzó a peinar el balón y Suárez que le había sacado años luz en la rapidez mental a un inocente Cahill, fusiló a Hart y le dio a Uruguay una victoria que se pesa en esperanza y deja a la celeste con vida y a Inglaterra con la soga al cuello.

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