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El Madrid se impacienta

El Real no pudo con el Valencia y no pudo aprovechar las derrotas del Atlético de Madrid y del Barcelona. Sus chances de quedarse con La Liga siguen vivas pero dejó pasar una gran chance de acercarse.



En una fecha donde el Atlético y el Barcelona habían dejado puntos en el camino el Real Madrid se disponía a enfrentar al Valencia de Pizzi, un equipo irregular como pocos. Los merengues salieron con el 4-3-3 que tanto les ha funcionado pero con tres bajas importantes. Modric, Di María y Pepe no fueron de la partida por precaución. Por su parte el conjunto Che se paró 4-2-3-1, con Javi Fuego y Keita detrás de Feghouli, Parejo y Vargas que a su vez acompañaban al único punta del equipo, Paco Alcácer.

El vértigo no se debe tomar como un detractor del juego inteligente, del juego pausado, de la paciencia. Por el contrario, un equipo vertiginoso tiene que ser paciente en la creación de espacios y momentos para atacar a su rival. El Real Madrid, especialmente en los últimos partidos, había sido un ejemplo claro de cómo emplear el vértigo con un juego inteligente, por eso mismo llegaba al partido contra el Valencia con grandes esperanzas de hacer mucho más accesible La Liga, no fue así.

Los dirigidos por Ancelotti salieron a disputar el encuentro en campo rival, no habían pasado ni tres minutos del encuentro cuando, tras un gran pase de Bale, Cristiano quedó mano a mano con Alves,  el guardameta del Valencia atajó lo que fue más bien una floja definición de Ronaldo. Los merengues saltaron al campo enchufados y parecía increíble que hubieran pasado diez minutos del encuentro sin un gol blanco. Pero la banda izquierda del Madrid comenzó a flaquear, Marcelo tuvo uno de sus peores partidos de la temporada, lento en defensa e impreciso en ataque, y por su banda se gestó la primera clara del Valencia en el primer tiempo. Feghouli desbordó rápidamente al lateral y lanzó un centro cruzado, Varane y Carvajal  se confundieron en la marca y Dani Parejo entro solo para cabecear un balón que después de rozar los dedos de Diego López fue a dar al larguero.  El partido seguía 0-0 pero el Madrid quedó advertido.

El resto del primer tiempo fue un trámite, el Valencia decidió cambiar a un 4-4-2, bajó a parejo y a Feghouli a la línea de volantes y dejó a Vargas y a Alcácer en la delantera. Todo esto con la finalidad de controlar un poco más la subida de Bale y el medio campo blanco. De poco sirvió, el Madrid comenzó a controlar el encuentro, fuertes en el medio campo con Xabi Alonso e Isco que se sacrificaba bastante, el único que estaba fuera de sintonía era Illarra, caso preocupante ya que seguramente sea el sustituto de Xabi Alonso en la final de Champions. El Real controlaba los ataques del Valencia pero carecía de la precisión suficiente para generar los propios. Cristiano se estrelló, en sus intentos individuales, una y otra vez con Alves y Benzema falló dos claras frente al arco. Y llegó el minuto 45, Feghouli volvió a desbordar a Marcelo y disparó, Diego López la sacó del ángulo y mandó el esférico a córner, ahí se quebró el partido, cobró el Valencia y Mathieu le ganó con una facilidad impresionante a Varane, quien quedó plantado al igual que Diego López que no salió a cortar el centro.

Para la segunda mitad Ancelotti sacó a un desorientado Illarramendi y dio entrada a Di María, el cambio se notó al instante, la explosión y velocidad del argentino parecieron darle una nueva cara al Madrid y de sus pies nació, al minuto 59, el empate blanco. A la salida de un córner el Fideo enganchó hacia adentro y mandó un centro cruzado que fue a parar a la cabeza de CR7 quien está vez decidió asistir a Sergio Ramos para que este pudiera vencer al meta brasilero. Era el uno a uno y el panorama pintaba bastante bien para el Madrid con 30 minutos por delante pero el Valencia tenía otros planes, con sus dos líneas de cuatro bien plantadas abriendo el campo era cuestión de tiempo para que Feghouli volviera a desbordar y así lo hizo.  Está vez un desesperado Ramos salió a apoyar a Marcelo, pero no sirvió de nada el argelino los sacó a los dos y envió un centro rasante que fue a parar al borde del área donde entró Dani Parejo para clavar el segundo gol de los Ches. Minuto 66 y el Madrid cayó en un hueco profundo.

Con 20 minutos por delante los blancos no pudieron ordenarse y esperar para atacar, se mandaron hacia al frente sin ningún tipo de estrategia, con una aceleración mal controlada y que terminaba, sin falta, estrellándose contra las líneas defensivas del Valencia. Carecían de precisión y de timing para controlar sus ataques cayendo siempre en el centro bombeado al corazón del área. Ancelotti intentó controlar un poco más el juego mandando a Casemiro a la cancha con la intención de darle más libertad a Xabi Alonso, pero el tolosarra tampoco pudo cambiarle la cara a los merengues, que con el pasar de los minutos cada vez se parecía más a aquel Madrid de comienzo de temporada que ganaba los partidos a punta de cazar rebotes al minuto 90 después de estrellarse infinitas veces con la defensa rival.


Pero apareció Cristiano, el delantero merengue se inventó un taco dentro del área para congelar a Alves y poner el 2-2 final. Los merengues perdieron una gran oportunidad pero el gol de CR7 al minuto 93 los pone a soñar con ganar La Liga. Para analizar queda el pobre partido de Illarra que pone en duda la participación de este en la final del 24 de mayo, parece que al discípulo de Xabi Alonso le falta bastante para aguantar el peso de jugar como “el maestro” en la final de Champions, para mí, Modric de mediocentro y Di María e Isco de interiores seria la línea de tres más adecuada para ese partido.     

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