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Con un Higuaín estelar

Con una gran actuación del centrodelantero argentino, que anotó tres tantos, el Napoli se llevó una buena victoria por 4-2 ante la Lazio en el San Paolo.







La tabla los corre, los puntos de diferencia con el de abajo cada vez son menos y el temor a fracasar está presente. El fantasma de una temporada multimillonaria que no trajo resultados, y la apuesta a un técnico que no rindió obligan al Napoli a, al menos, clasificar para la Champions 2014/15, y para no correr riesgo de no entrar, debe ganar todo. 

En el banco estaban sentados Inler y Hamsik, dos emblemas de los sureños y también estandartes del juego. Su bajo nivel los llevó a no estar entre los titulares, por lo que Jorginho, Mertens e Insigne serían los encargados de no extrañarlos. Del otro ldo un Lazio también con obligaciones, debía ganar para no perderle pisada al Inter y la clasificación a la Europa League.

El comienzo del partido fue impreciso por parte de ambos. Ninguno se impuso con autoridad, mediocampos duvitativos e inconexos. Las espaldas de Berhami eran espacios libres para Candrva y Lulic, quienes con más movilidad abrieron la defensa rival en varias ocasiones antes del primer tanto del partido. 

Con el gol del bosnio, después de un gran movimiento individual, el visitante se plancho. La Lazio entró en una meseta defensiva. Retrasó sus líneas, hasta quedar, por momentos con un 4-5-1 con Mauri como único delantero.  El Napoli mientras tanto seguía sufriendo su propia bipolaridad, con transiciones rápidas y efectivas para llegar a 3/4 de cancha y encontrar allí imprecisiones. Las mismas que le costaron no encontrar el empate rápidamente a pesar de ser dominadores. Ante la falta de presencia de Mertens, Higuaín tuvo que retroceder unos metros para entrar en el circuito de juego.  Pandev era un peón en la cancha, poco movimiento, poco decisivo y falto de recursos. 

El generador era el "Pipa" y el revulsivo Insigne. Lo que tenía uno le faltaba al otro. El partido necesitaba más compañía para el joven italiano, y no la encontraba en cancha. La primera parte se terminaba y Mertens parecía ganarse el boleto para ver el complemento desde el banco, hasta que desde afuera del área, y con una pegada excelente, puso el empate antes del entretiempo.

Apenas empezado el complemento, Higuaín género espacios a través de un taco y dentro del área fue Mertens quien recibió y provocó el penal. Roja para Cana. Y sin participar del juego, el belga se volvía decisivo. Tras la ejecución del argentino y la ventaja para los locales el partido se plancho. Lazio ya no parecía tener respuesta a un partido que dejo escapar, y los de Benítez conformes con el resultado se cuidaron. 

Fueron 15 minutos en los que subestimaron al rival. Le costó jugar con uno menos pero se autosuperó Lazio. El ingreso de Postiga le dio más presencia cerca del área rival y ganó metros en la cancha. Candreva también se hizo protagonista y tuvo alguna chance para empatar. El medio del Napoli estaba quedado, sin restos para parar la velocidad de Onazi. 

Sin embargo, la ilusión de los de Roma se terminó con el tercer gol, el segundo del Pipa. Poco podía hacer antes y menos con dos tantos de diferencia. Terminó optando por tirar la toalla y aguantar como sea hasta el final. Sin exigírsela demasiado, ni exigiendo al rival. 

En el último minuto, cuando ya todo estaba sumergido en la monotonía del 3-1, el delantero argentino volvió a deleitar al San Paolo. Esta vez con su mejor producción en el partido. Se guardó lo mejor para el final. Dominio orientado con la cabeza, desembarque cuerpo a cuerpo, dribling, pique corto y definición exquisita. El Pipa desplegó su menú de recursos sobre el campo y expuso tanto a Novaretti como a Berisha

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