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Vicente Calderón, el presi de todos

En tiempos en que el Atlético de Madrid vuelve a estar en boca de todos, bien cabe recordar a quién lo colocó en la palestra del fútbol mundial, un tipo que en sus 20 años de mandato, luchó para tener el estadio y para que los grandes de España dejen de ningunear a su querido Atleti.


Vicente Calderón era un exitoso empresario madridista al que le iba muy bien en lo suyo, pero como todo hombre tenía una pasión y esa pasión era el Atlético de Madrid del que era socio desde pequeño. No estaba tan decidido a formar parte de la política del club, pero poco a poco y casi sin darse cuenta entró y sus opiniones empezaron a ser escuchadas y respetadas.

Cuando el mandato de su antecesor, Javier Barroso, no daba para más, todos pensaron en Vicente, cuando se decía Vicente, todos sabían a quién hacía alusión. Pero él no estaba tan convencido, aunque finalmente se presentó y arrasó.

En diciembre de 1963 y ya faltando poco para tomar las riendas del club, su mujer María de los Ángeles falleció, algo que marcó de por vida al flamante presidente. Calderón nunca más fue ese gordito simpático que hacía reír a más de uno. Al contrario, llegaba al club temprano y se iba muy tarde, como él decía: "Prefiero estar trabajando a tener que ir a mi casa y extrañar a mi mujer".

Supervisando las obras del estadio... en la mano el autor de su muerte, el cigarro
Calderón toma al Atleti en medio de un caos, la gente estaba enardecida con Barroso por los descalabros económicos y deportivos de su gestión; su figura, Enrique Collar, se había negado a jugar hasta que le ajustaran su salario y pasara a ganar un millón de pesetas por año. El viejo estadio había sido vendido en 120 millones de pesetas y se había comprado el terreno para el nuevo estadio, pero no se podía tomar posesión de los terrenos por una deuda.

Tuvo que poner manos a la obra de forma urgente. Primero se rodeó bien en su Comisión Directiva, trajo a Víctor Martínez al que transformó en ojeador y su mano derecha. Martínez tenía un conocimiento muy grande en el fútbol sudamericano y trajo a los argentinos Heredia y Ayala (aquel del latiguillo "en Europa no se consiguen", haciendo alusión a los botines) y al brasileño Dirceu, los tres de gran rendimiento.

Con Luis Aragonés, quien siempre dijo que fue su padre deportivo
Pero también trajeron a los españoles, Quique Ramos, Juanito y a Luis Aragonés, del Betis, quien siempre dijo que Calderón fue su padre deportivo. Calderón logró destrabar la deuda y se hizo de los terrenos para hacer el estadio Manzanares, como se llamó al principio, las obras comenzaron a toda prisa, pero allí empezaron a ponerle palos en la rueda ya que por celos hacía el Real Madrid, le empezaron a negar licencias y demás.

Era un tipo duro, pero muy conciliador. Por ejemplo, su mano derecha, Víctor Martínez, luchó en la Guerra Civil española del lado republicano y Calderón del lado franquista.

Siempre atento a las noticias del mundo deportivo
También hay que recalcar que en los 20 años al frente del Atleti tuvo un solo problema con el Real Madrid, y fue propiciado por el vice del Real, Raimundo Saporta, que solo quería prestarle el estadio mientras se construía Manzanares, si los socios del Real podían entrar a los partidos del Atlético, como neutrales (¿les suena?).

Las obras seguían paradas y Calderón le dio un ultimátum al alcalde Carlos Arias Navarro. Sus palabras fueron claras y le aseguró que si no destrababa las licencias, se iba a encadenar en el estadio junto a los socios. Hubo un tira y afloje, y Calderón logró su cometido. El estadio Manzanares se corrió varios metros hacia las orillas del río con el mismo nombre y en el espacio que quedaba se construyeron casas que el ayuntamiento usufructuó.

Día de la inauguración del estadio Manzanares
En 1966 se inauguró el estadio Manzanares (más tarde el estadio pasó a llamarse Vicente Calderón) y el eslogan que se pintó en la entrada fue: "Ya estamos en nuestra casa y nadie nos ha humillado. Mientras ellos van de pie, nosotros todos sentados".

En 1980 decide dejar la presidencia, pero en 1982 le volvieron a convocar, Vicente ya estaba grande, y algo enfermo, pero las mañas las seguía teniendo intactas. Su vice, Santos Campano, le insistió hasta el hartazgo que incorporara a la mesa directiva a un joven muy sagaz, Jesús Gil y Gil. Lo trajo y al poco tiempo lo echó del club porque el joven quería instalar un bingo, con espectáculos y demás en la misma concentración del equipo.

En marzo de 1987 murió luego de un derrame cerebral, y con él se fue media historia del Atlético Madrid, tan querido era en la ciudad que en su funeral había hinchas propios y del Real, despidiendo a la figura. En un partido del Real, hubo un minuto de silencio para despedir al presidente del archirrival, en donde hubo lágrimas muy sinceras.

Cuándo empezaron los problemas fisícos comenzó a realizar ejercicios
Sus dos mandatos (1964-1980) y (1982-1987) fueron los más fructíferos del equipo, Calderón hizo agrandar el palmarés del Atleti en cuatro Ligas Españolas, cuatro Copas del Rey, una Supercopa Española y una Intercontinental. Una verdadera institución dentro de otra institución.

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