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Un gol fue diferencia


El Inter se quedó con una victoria importante ante el Torino como local. Rodrigo Palacio anotó el tanto de la victoria para los de Mazzari.







En el Giuseppe Meazza se enfrentaron dos de los equipos más irregulares y protagonistas de la Serie A. Nada que ver tendría la posesión de la pelota, la calidad y el dominio abrumador en un partido con las características de ambos equipo. El Inter suele ser dueño de la pelota pero sin riesgo, y el Torino, inteligente y pensante, utiliza las pocas arremetidas que tiene para concretar de contra con grandes jugadas colectivas. Pero claro, a ambos les cuesta un abismo consolidarse como favoritos a ganar un partido por sus irregularidades, las mismas que los lleva a vivir presentes de altibajos en la tabla de posiciones. 
Y el partido no fue una utopía lejana de la realidad. De hecho, en el primer tiempo se dio el pronóstico que uno podía imaginar. El local manejo los hilos y los tiempos del partido, pero con muchas dificultades. La falta de precisión constante de Guarín, la inactividad de Hernanes en tres cuartos de cancha y la poca movilidad de Icardi, hicieron que entre Cambiasso y Palacio se tengan que ocupar solos de sostener al equipo en posición de riesgo. Tal es así, que después de una pared entre los argentinos, llegó la apertura del marcador. El ex Boca tocó y fue a buscar una excelente devolución del capitán, y con poco ángulo cabeceo por encima del arquero que nada pudo hacer. 
El Torino mientras tanto intentó sin demasiada suerte. Apenas tuvo la pelota en escasas ocasiones y le alcanzo para incomodar la portería de Handanovic con buenas actuaciones de Cerci e Immobile. El juego rápido y asociado del visitante no fue tan preciso como para romper constantemente la línea de tres, que sin pelota se transformaba en 5, del local, pero las veces que lo logró lo hizo con la claridad que acostumbran mostrar los delanteros del Toro. 
En el segundo tiempo, Ventura advirtió a los suyos de los espacios que dejaba el Inter, y en 10 minutos mostró ser capaz de doblegar a su rival. Lo acorraló y expuso a los de Mazzarri ante toda su gente. El nivel era preocupante y parecía que el empate estaba al caer, Cerci dominaba la banda derecha a espaldas de Nagatomo, y vives por primera vez en el partido entraba en el partido. Sin embargo no duró mucho más que diez minutos en los que entre Ranocchia y Handanovic conservaron el cero en su arco. 
La arremetida visitante se terminó porque en los pies de Hernanes el equipo creció. Además, la salida de Guarín y el ingreso de Kovacic le dieron al equipo aires revulsivos de mitad de cancha para adelante. Palacio siguió con su rol importante, moviéndose por todo el frente de ataque y se consagró como la figura del partido con su impronta de sacrificio y buen juego. 
El partido fue lo suficientemente parejo para que la diferencia de un gol sea irremontable. El Torino deberá reencontrarse con la victoria después de tres derrotas consecutivas si no quiere echar a perder la gran primer rueda del campeonato. Mientras tanto, el Inter, con su irregularidades deberá seguir el sendero victorioso para mantenerse a la expectativas de los puestos de Champions. 

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