El conjunto de Mataderos es una de las sensaciones del ascenso. Rompió los libretos del mal juego y poco a poco consolida una idea que lo deja a las puertas de la B Nacional..
Se suele decir que en el ascenso del fútbol argentino no se puede jugar bien. El argumento más utilizado es la falta de espacios por la exagera implementación del trabajo y el juego físico. Los jugadores corren más que la pelota y no son pocas las ocasiones donde el esférico vive en el aire. Nada de que la bola ruede por el césped. Así se define a las categorías "de abajo" en Argentina, pero hay equipos que rompen con ese estigma y merecen ser valorados porque a pesar de contar con presupuestos menores a los de un club de Primera a veces juegan mejor que ellos.
Se suele decir que en el ascenso del fútbol argentino no se puede jugar bien. El argumento más utilizado es la falta de espacios por la exagera implementación del trabajo y el juego físico. Los jugadores corren más que la pelota y no son pocas las ocasiones donde el esférico vive en el aire. Nada de que la bola ruede por el césped. Así se define a las categorías "de abajo" en Argentina, pero hay equipos que rompen con ese estigma y merecen ser valorados porque a pesar de contar con presupuestos menores a los de un club de Primera a veces juegan mejor que ellos.
En la B Nacional podemos dar como ejemplo actual a Defensa y Justicia o a Banfield, ambos punteros del certamen. Sin embargo un poco más abajo aparece Nueva Chicago, puntero absoluto de la B Metropolitana, Tercera División, que con el andar de los partidos logró consolidar una idea de juego que marca la diferencia y lo mantiene en los puestos de vanguardia. Hoy le lleva cinco puntos a Atlanta, su más cercano perseguidor, aunque su andar dentro del terreno de juego ha sobrepasado a sus resultados deportivos, algo que lo posiciona en un podio al que es mucho más complicado subir.
Sus hinchas disfrutan del andar del conjunto comandado por Pablo Guede y un reflejo de eso fue su victoria frente a Platense por 3-1. Es muy extraño que el público de una institución valore la intención de ganar la posición del balón y menos aún que aplauda un pase al arquero con la idea de continuar generando espacios. Eso fue lo que ocurrió en Mataderos frente al Calamar. Esto no asombraría a los que suelen mirar al Barcelona pero en la B Metro, un torneo altamente parejo, no es moneda corriente y merece ser destacado. Los hinchas del Torito gastaron sus manos con un pase atrás aunque cueste creerlo entre tanto vértigo y locura. Por un instante el resultado pasó a no importar y lo que importó fueron las formas y las ideas.
Difícilmente un hincha de otro team destaque lo hecho por Chicago, pero más de una vez se escucha que el mejor conjunto de la divisional es precisamente el verdinegro. No solo se convirtió en el uno de los mejores en su andar futbolístico sino que también en sus individualidades. El conjunto lo es todo pero es innegable que sin determinados jugadores su nivel no podría ser posible. Como estandarte aparece Cristian Gomito Gómez, un histórico e ídolo en el club. Con 39 años este volante sigue destilando magia y juega simple para que no le devoren los tobillos los mediocampistas caníbales de la B Metro.
Guede le dio una buena idea a Chicago.. |
Muchos dicen que un buen team tiene un sana mezcla de experiencia y juventud. Entonces sin dudar podríamos decir que Chicago tiene una pizca de eso porque los 39 años del Gomito se ven desde muy lejos con los 19 de Alejandro Melo, un pibe que a base de muy buenas actuaciones se ganó su convocatoria a la Selección Argentina Sub - 20. Por ahí también aparece la edad de Andrés El Lobo Montenegro, un goleador bien de ascenso, que con 35 pirulos volvió a demostrar que sigue vigente. Igualmente, como ya dijimos, lo importante de este equipo es el funcionamiento colectivo porque prácticamente todos los integrantes del plantel mantienen un gran nivel. El conjunto terminó por supera a los nombres.
Las ideas de Guede fueron las que revolucionaron a estos jugadores, quienes a principio del torneo tuvieron a Mario Finarolli. El joven entrenador (40 años) se formó en España y lo hizo junto a Pep Guardiola y Tito Vilanova, sinónimos de buen fútbol. Hoy por hoy Nueva Chicago cambia el estigma de que en el ascenso no se puede jugar y mucho tiene que ver su entrenador. No se puede ver el futuro pero con estas ideas, estas formas y esta forma de jugar Guede y Chicago pueden volar muy alto aunque también dejará la lección de que la bola puede robar por el césped y ser bien tratada en la B Metropolitana. Si se aburren de mirar el mal andar de Boca, River o cualquiera de los equipos de Primera, algo muy recomendable es mirar a este Nueva Chicago que encima ha tenido victorias épicas y destila espectáculo..
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