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Hoeness, de alemán ejemplar a prisión

Jugador, mánager y presidente del Bayern Munich, considerado un ciudadano modélico ante el manejo correcto de enormes finanzas, Hoeness termina siendo condenado a prisión por evasión fiscal.





La población alemana, hoy más que nunca, sigue debatiendo acerca de su figura. Un personaje que generó una pluralidad de perspectivas en la opinión pública a partir de sus hechos, y también en base a lo que ocultó. Entre todas las personas que en su vida lo vieron con buenos ojos a partir del manejo de sus ganancias, hoy se ven sorprendidas por la realidad de Uli Hoeness. El ex presidente del Bayern Munich, club modelo europeo, ha pasado del bienestar a la prisión luego del avance en una investigación.

A principios del año 2013, una causa en contra de este mandatario se inició al comprobarse que no había pagado 3,5 millones de euros de impuestos. Eso fue la base de lo que continuaría en todo el año que lleva de tratada la investigación. Posteriormente, se conoció que no había declarado a la administración fiscal la suma de 33 millones de la misma moneda, que se encontraban secretos en una cuenta de un banco suizo.

Esta situación comenzó a acallar las voces de los que lo tenían en un pedestal, y las críticas se intensificaron. Su personalidad, lejos de estas acusaciones, tenía que ver con un hombre que ayudaba a organizaciones caritativas, participando por ejemplo en las fiestas navideñas de peñas deportivas, o ayudando a cualquier jugador que pasara por una mala realidad económica. De todos modos, eso lejos está de lo ocurrido primeramente en 2003, cuando ayudó con el Bayern Munich a mantener la competitividad en la Bundesliga.

Por esos años, inicios de siglo, el Borussia Dortmund se encontraba en una profunda quiebra que casi lo lleva a la desaparición. Sus grandes deudas parecían insalvables, pero la entidad que conducía Hoeness actuó y prestó la suma de tres millones de euros para que los borussers pudieran salvar su situación y seguir participando. Luego, hubo otras grandes modificaciones en el club de Westfalia para ser lo que es hoy, pero ese préstamo resultó fundamental, y Hans-Joachim Watzke (Pte. Del Dortmund por ese entonces) manifestó su gratitud eterna hacia la decisión del club más poderoso de Alemania.

Una vida en el Bayern, fue jugador, mánager y presidente
Esa actitud, propia de una institución que cumple con el Fair Play financiero y mantiene la competitividad en la que es hoy la liga más rentable del Viejo Continente, se repitió por parte del Bayern ante su clásico rival, el 1860 Munich, en 2006, al realizar la entrega de 11 millones de euros. Es decir, el club bávaro garantizó, aún a expensas de ayudar a su máximo oponente en el certamen nacional, y también a su rival clásico, un nuevo y mejor porvenir del fútbol germano.

Por este tipo de hechos del club que conducía, Uli Hoeness se ganó el respeto de propios y extraños. Además, el Bayern ha llegado a estar en lo más alto de las esferas económicas y deportivas, sin deudas, y su buena imagen seguiría agigantándose. De hecho, empezó a hacer amistades con la política alemana, y resultó ser gran amigo de la canciller Angela Merkel. Se los ha visto juntos en numerosas oportunidades, y Uli pudo codearse con las grandes personalidades. Por eso mismo, un hombre que no solo se limitó a lo deportivo, pese a hacerse un nombre a partir del fútbol.

Hoeness llegó a ser futbolista por siete años del Bayern Munich, conquistando numerosos títulos, como tres Copas de Europa (hoy Champions League), cuatro ligas y una Copa alemana. En la década del ’70, fue campeón del mundo y europeo con la selección germana. Pero tuvo que retirarse a los 27 años por una lesión en su rodilla que no fue tratada a tiempo. Fue mánager general del club durante 30 años, y llegó a la presidencia, en la cual su gran manejo de las economías le hizo un nombre en los altos estratos del país.

Con Alemania Federal ganó el Mundial de 1974 
En los últimos años, criticó con dureza las ayudas públicas a clubes españoles, hizo del Bayern un equipo multicampeón sin las enormes deudas de entidades como Barcelona o Real Madrid, fue catalogado como un “alemán ejemplar”, un modo a seguir, hizo crecer los números de la fábrica de salchichas de la que es dueño, y denunció el proyecto de colocar impuestos a las fortunas. Este último punto es el más relacionado a la actualidad que lo lleva a prisión.

A razón de una grandísima evasión fiscal (la empresa Adidas, dueña del 20 % de acciones del Bayern, también estaría implicada en el caso) y de las sumas ya comentadas en la cuenta suiza, el nombre de Hoeness comenzó debidamente una devaluación en la opinión de las personas alemanas. La causa comenzó a principios del año pasado, y fue el diario Stern el primero que lo publicó en sus páginas, al averiguar en la cuenta helvética sobre sus números. Pero allí comenzó también una inventiva de Uli que finalmente acabó no dándole resultados.

El entonces mandatario del Bayern apresuró a denunciarse por su propia cuenta, con el objetivo de regular su situación y evitar, mediante pago de una fuerte multa, ir a la cárcel. Lo consiguió en ese tiempo, enero de 2013, pero la investigación siguió su curso. Igualmente, la denuncia a la que apeló Hoeness no tuvo el final deseado, ya que esa vía solo es legal cuando el hecho no ha tomado carácter público, y en el rotativo Stern no lo nombraban, aunque citaban su número de depósito en el banco.

Al no presentar a tiempo su renuncia, quedó en carácter de imputado. Todo el año pasado pudo observar el éxito de gestión en un año inolvidable para el Bayern, que consiguió el triplete de Champions, Bundesliga y DFB Pokal, y ganó el Mundial de Clubes. Pero el 10 de marzo de 2014 el proceso comenzó nuevamente, Hoeness aceptó el fraude fiscal, aunque había declarado menos dinero. Finalmente, son 27,5 millones de euros los que evadió. Al tener esto en consideración, fue condenado a tres año y medio de prisión, bajo la mirada sorpresiva, y también despectiva, de muchos que lo observaron como un ser ejemplar, caritativo, y que hoy ven como su estafa impositiva lo manda a la cárcel.

La sentencia dice que Hoeness estará tres y medio en prisión
Allá por 1982, el hecho de ser el único sobreviviente de un accidente de avioneta resultó una inflexión dentro de su vida. De jugador a mánager y presidente del Bayern, de relacionarse con los políticos de más alto rango, a caer hoy en prisión, bajo las palabras del vocero de Merkel, que señaló: “Muchas personas se sienten decepcionadas, Angela es una de ellas”. Tiempo antes, muchísimos aficionados lo homenajearon, y él mismo dijo que “serviré a este club hasta que no pueda respirar”. El club lo obligó a la renuncia al conocerse la indagación. También Pep Guardiola expresó que fue un gran amigo y que volvería a trabajar con él. La misma cárcel, denominada Landsberg am Lech, en la que Adolf Hitler escribió “Mein kapf (mi lucha)” en 1923, alberga a Hoeness hoy en día. A 60 kilómetros de Munich, cumplirá su condena.

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