La historia de un cordobés que comenzó su carrera en Lanús y hoy hasta podría jugar en la Selección de Vietnam. Pruebas, concentraciones extrañas y hasta la posibilidad de que la estrella del equipo se lave los calzoncillos. Una charla diferente..
Existe otro fútbol, uno muy diferente al que conocemos o palpamos todos los días. En ese fútbol es moneda corriente que le tomen prueba a jugadores; a cualquier jugador, sea joven o no, y que hasta lo tengan entrenando sin pagarle o sin una confirmación de trabajo. Ese mundo queda lejos de Messi, de Cristiano y hasta de hasta de cualquier equipo de ascenso de América. Lo bueno de este sistema es que le abre las puertas a muchos que quizás las tuvieron cerradas o que no tuvieron suerte. Las opciones son diversas e impensadas y Gonzalo Marronkle camina por esas rutas, las cuales lo llevaron a jugar en Vietnam, un país que hoy adopta como propio y donde se siente más que cómodo.
"Llegué a Vietnam hace cinco años por medio de un empresario, que fue el mismo que me llevó a Portugal. Me dijo que estaba esta posibilidad y si me parecía bueno venir a probar. Acá todo jugador tiene que hacer una prueba de dos o tres días. En ese entonces estaba Henrique Calisto de técnico de la Selección que me conocía de Portugal. Hice la prueba, firmé el contrato pero como no estaba abierto el libro de pases no me pudieron inscribir. El presidente me dijo que me vaya a Argentina que cuando abriera nuevamente me tenía que sumar a la pretemporada", le contó a Cultura Redonda desde Hanói, la capital del país asiático.
Gonzalo nació en Córdoba el 14 de noviembre 1984, pero en busca de concretar su sueño de ser futbolista armó el bolso y se vino para Buenos Aires. Se probó en Lanús y quedó. Debutó en Primera y dio sus primeros pasos en el fútbol profesional, aunque poco tiempo después tuvo que cambiar de horizonte y se calzó la casaca de Los Andes y luego de Defensa y Justicia. Justo en ese momento apareció la chance de emigrar a Europa, un destino más que esperado para cualquier player. El Porto fue la opción y su nuevo club. Llegó justo después de la partida de José Mourinho pero tampoco tuvo muchas chaces y prefirió probar suerte en el ascenso luso. Así fue que pasó por el Marco, del cual no guarda un gran recuerdo, luego por Chaves y finalmente recaló en Portimonense.
Existe otro fútbol, uno muy diferente al que conocemos o palpamos todos los días. En ese fútbol es moneda corriente que le tomen prueba a jugadores; a cualquier jugador, sea joven o no, y que hasta lo tengan entrenando sin pagarle o sin una confirmación de trabajo. Ese mundo queda lejos de Messi, de Cristiano y hasta de hasta de cualquier equipo de ascenso de América. Lo bueno de este sistema es que le abre las puertas a muchos que quizás las tuvieron cerradas o que no tuvieron suerte. Las opciones son diversas e impensadas y Gonzalo Marronkle camina por esas rutas, las cuales lo llevaron a jugar en Vietnam, un país que hoy adopta como propio y donde se siente más que cómodo.
"Llegué a Vietnam hace cinco años por medio de un empresario, que fue el mismo que me llevó a Portugal. Me dijo que estaba esta posibilidad y si me parecía bueno venir a probar. Acá todo jugador tiene que hacer una prueba de dos o tres días. En ese entonces estaba Henrique Calisto de técnico de la Selección que me conocía de Portugal. Hice la prueba, firmé el contrato pero como no estaba abierto el libro de pases no me pudieron inscribir. El presidente me dijo que me vaya a Argentina que cuando abriera nuevamente me tenía que sumar a la pretemporada", le contó a Cultura Redonda desde Hanói, la capital del país asiático.
Gonzalo nació en Córdoba el 14 de noviembre 1984, pero en busca de concretar su sueño de ser futbolista armó el bolso y se vino para Buenos Aires. Se probó en Lanús y quedó. Debutó en Primera y dio sus primeros pasos en el fútbol profesional, aunque poco tiempo después tuvo que cambiar de horizonte y se calzó la casaca de Los Andes y luego de Defensa y Justicia. Justo en ese momento apareció la chance de emigrar a Europa, un destino más que esperado para cualquier player. El Porto fue la opción y su nuevo club. Llegó justo después de la partida de José Mourinho pero tampoco tuvo muchas chaces y prefirió probar suerte en el ascenso luso. Así fue que pasó por el Marco, del cual no guarda un gran recuerdo, luego por Chaves y finalmente recaló en Portimonense.
El físico, una de las armas de Gonzalo.. |
"Ahora no tengo más empresario. Mi empresario soy yo. Es un
riesgo que decimos correr con mi mujer, ella dice que es mi presentante
(risas). Cuando estuve en Europa no cobre cinco meses en el Marco. Me tuve que cambiar de club porque en mi club no me pagaban. Tiene sus contras y sus cosas a favor. Acá tenes incentivos muy buenos. Te dan plata por día, como para que vos te pagues la comida. Se lo dan a todos los chicos. Es un poco raro porque en la mentalidad vietnamita lo único que importa es el dinero. Es lo más importante que hay. Te dan plata para el desayuno, para los botines o para que te compres la ropa de entrenamiento", contó el actual delantero del Hanói T&T.
Vietnam puede ser una nación poco conocida para muchos y si sus costumbres son poco conocidas, mucho más su fútbol aunque para Gonzalo hay varios hábitos que son muy normales y hasta graciosas: "Nosotros nos reímos entre nosotros porque decimos que si viene Messi se tiene que probar. Ahora aparecen algunos que aparecen con el contrato, pero la mayoría tienen que hacer una prueba. A veces no son de dos o tres días, porque hay representantes que vienen y dejan a los chicos acá. Después ellos no tienen para comer o donde dormir. Se hace un poco complicado. Capaz te quedas dos meses no los convenciste y no te pagan nada. Hay muchos chicos que se pagan el pasaje ellos o que piden plata prestada. Después es difícil volver si no te tomaron. Son decisiones que tenes que tomar".
El tema de las pruebas, como si fueran las inferiores de cualquier club de Primera que busca chicos para su cantera o como si fuera un team comandado por Ricardo Caruso Lombardi, no es la única diferencia que este cordobés encontró. "Las concentraciones son diferentes. Es como un hotel, piezas de a dos y compartidas. Nosotros nos tenemos que lavar las medias y los calzoncillos. Igual vos vas al centro y compras las medias muy baratas. Entonces las usas algunas veces y las cambias. Estaba acostumbrado a Europa donde estaba todo organizado, teníamos cualquier cantidad de ropa. Acá vos tenes que traer las cosas de tu casa. Los botines los limpias vos", narró este goleador que a pesar de ser una de las figuras de su club asegura que no tiene privilegios por sobre sus compañeros. ¿Se imaginan a Messi lavándose las medias después de un partido?
"Acá los clubes son como franquicias. Vos tenes un club, descendés y si tenés plata comprás otro. Y seguís estando en Primera con el mismo nombre. No descendés. Podés llevar a los mismos jugadores o juntar los dos equipos y seleccionas los mejores jugadores. En Segunda dejas a los peores y en la Primera a los mejores. El presidente de mi club es dueño de cuatro equipos. Tres están en Primera y uno está en Segunda. De los cinco años que llevo acá, cuatro veces fueron campeones los equipos de él. Dos nosotros y dos el otro equipo", deslizó Marronkle, quien ya no se asombra frente a estas singularidades pero que destacada que no pasa desapercibido: "Ellos me miran porque nos ven diferente. No porque me reconozcan. Se miden conmigo o miran a mi señora que es rubia, pero no porque sepan que soy jugador de fútbol".
Vietnam puede ser una nación poco conocida para muchos y si sus costumbres son poco conocidas, mucho más su fútbol aunque para Gonzalo hay varios hábitos que son muy normales y hasta graciosas: "Nosotros nos reímos entre nosotros porque decimos que si viene Messi se tiene que probar. Ahora aparecen algunos que aparecen con el contrato, pero la mayoría tienen que hacer una prueba. A veces no son de dos o tres días, porque hay representantes que vienen y dejan a los chicos acá. Después ellos no tienen para comer o donde dormir. Se hace un poco complicado. Capaz te quedas dos meses no los convenciste y no te pagan nada. Hay muchos chicos que se pagan el pasaje ellos o que piden plata prestada. Después es difícil volver si no te tomaron. Son decisiones que tenes que tomar".
El tema de las pruebas, como si fueran las inferiores de cualquier club de Primera que busca chicos para su cantera o como si fuera un team comandado por Ricardo Caruso Lombardi, no es la única diferencia que este cordobés encontró. "Las concentraciones son diferentes. Es como un hotel, piezas de a dos y compartidas. Nosotros nos tenemos que lavar las medias y los calzoncillos. Igual vos vas al centro y compras las medias muy baratas. Entonces las usas algunas veces y las cambias. Estaba acostumbrado a Europa donde estaba todo organizado, teníamos cualquier cantidad de ropa. Acá vos tenes que traer las cosas de tu casa. Los botines los limpias vos", narró este goleador que a pesar de ser una de las figuras de su club asegura que no tiene privilegios por sobre sus compañeros. ¿Se imaginan a Messi lavándose las medias después de un partido?
"Acá los clubes son como franquicias. Vos tenes un club, descendés y si tenés plata comprás otro. Y seguís estando en Primera con el mismo nombre. No descendés. Podés llevar a los mismos jugadores o juntar los dos equipos y seleccionas los mejores jugadores. En Segunda dejas a los peores y en la Primera a los mejores. El presidente de mi club es dueño de cuatro equipos. Tres están en Primera y uno está en Segunda. De los cinco años que llevo acá, cuatro veces fueron campeones los equipos de él. Dos nosotros y dos el otro equipo", deslizó Marronkle, quien ya no se asombra frente a estas singularidades pero que destacada que no pasa desapercibido: "Ellos me miran porque nos ven diferente. No porque me reconozcan. Se miden conmigo o miran a mi señora que es rubia, pero no porque sepan que soy jugador de fútbol".
Más allá de la falta de similitudes con lo "conocido", Gonzalo deja en claro que los vietnamitas mantienen la pasión por la redonda pero con su particularidades: "En las ciudades chicas las llenas a las canchas porque no
tienen otra cosa. Les gusta el fútbol. Hay millones de cancha de fútbol 5 y juegan
todo el día, pero en Hanói no se llena porque tienen muchas cosas para hacer. El
fútbol de Vietnam es profesional hace poco. Antes jugaban por jugar. Vos vas a
las canchas de fútbol cinco y hay muchos que no saben ni patear. Ellos se ríen
y se divierten así. No es como nosotros que nos matamos. Acá no hay inferiores
prácticamente. Ahora le empezaron a dar más bola, pero va a llevar tiempo. Hay un equipo que tiene un convenio con el Arsenal de Inglaterra, ese club hizo un centro de entrenamiento muy lujoso. Tiene avión propio y todo, pero es una ciudad que es muy fea".
"Nosotros estamos felices acá. El barrio es hermoso. Hay un restaurant argentino y hasta consigo salamines. En principio voy a ver hasta cuándo llego a jugar y después veremos. Ya tengo hecho el curso de entrenador y el presidente ya me dijo que si quiero ser entrenador las puertas están abiertas, así que veremos", explicó el ex Granate y fue bien claro sobre una posible vuelta aunque la familia se extrañe: "Me gustaría volver, pero son muy pocos los equipos en la Argentina que están organizados. Hoy estoy tan cómodo que ni pienso en volver. Argentina es otra cosa, pero si pongo en la balanza todo lo que tendría que poner no volvería".
Extrañar el fútbol o al público argentino no hace que Gonzalo no sea crítico con la actualidad futbolística de Argentina. "Yo veo que hay jugadores que quizás no tengan la calidad o las cualidades para jugar en ciertos clubes. No puede ser que Argentina esté con River como está o Boca como está. Hay jugadores que quizás no tengan buen nivel pero por tener un buen representante tienen más posibilidades que un jugador de mayor calidad. Te cansa el ambiente y por eso no tengo representante. Te sacan porcentajes del sueldo. A mí me pasó, mi representante no me dio nada de mi firma. Soy agradecido, pero había cosas que no iban", recordó.
Su arraigo con este país asiático se podría terminar de sellar con su llegada a la selección vietnamita. Sí señores, un argentino en el combinado nacional de Vietnam. Para Marronkle es un sueño por cumplir: "Ahora estamos tratando de que vaya a la Selección. Me tengo que hacer el pasaporte este año. Para el técnico de la Selección uno de los ejemplos de jugador soy yo. Mi forma de jugar. Más que nada porque ellos juegan de otra manera. Yo manejo el cuerpo y gano mucho de cabeza. Sería una alternativa diferente para su Selección. Jugaría sin problemas. Me quiero nacionalizar. Me gustaría jugar las Eliminatorias. Es un gusto que me quería dar". Los trotamundos son así: nunca se sabe hasta dónde llegarán por su pasión por la redonda y este argentino es un claro ejemplo de esto..
Otros jugadores trotamundos..
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